Las hermanas Angélica y María Cristina Garrido denunciaron que las autoridades de la prisión Mujeres de Occidente en La Habana, donde se encuentran recluidas por participar en las protestas del 11J, las amenazaron con suspenderles las visitas familiares.
El esposo de Angélica, Luis Rodríguez, explicó a Radio Martí que el aumento de las presiones contra ambas activistas se produjo luego de que estas, junto a otras mujeres encarceladas, firmaran una carta con sangre exigiendo al régimen cubano la liberación de los presos políticos.
En su muro de Facebook, Rodríguez agregó que ahora "todas las reclusas de la prisión del Guatao tienen prohibido sacar cartas del penal".
"El oficial de la Seguridad del Estado, el encargado de que ellas ingresaran en prisión, de reprimir, de tratar de quebrarlas psicológica y físicamente, les advirtió que no podían sacar más material de denuncia, de acusación, alguna proclama, nada, de allá adentro, a través de mí, hacia el exterior, porque me iban a prohibir las visitas nupciales con mi esposa y las visitas familiares con ellas dos", declaró al medio de prensa.
Hace cuatro días en redes sociales circuló la misiva de las prisioneras Rosa Jany Millo Espinosa, Mackyanis Román Rodríguez, Mariurka Díaz Calvo, Yunaiky de la Caridad Linares Rodríguez, Gloria María López Valle, Mailene Noguera Santiesteban, Lizandra Góngora Espinosa, Yessica Coimbra Noriega, Odette Hernández Cruzata y las hermanas Garrido.
Familiares de las firmantes informaron que luego de la publicación todas ellas fueron citadas a una corte disciplinaria.
María Cristina (41 años) y Angélica (43) fueron detenidas violentamente el 12 de julio de 2021 en la ciudad de Quivicán, en Mayabeque, por ser consideradas líderes de la protesta realizada la víspera en la localidad, acusación que han negado partiendo de que las históricas manifestaciones del 11J se sucedieron espontáneamente a lo largo del territorio nacional.
Acusadas de desorden público, resistencia, propagación de epidemia y atentado, en un juicio sin garantías procesales ni observancia al debido proceso -de acuerdo con denuncias de ONG de derechos humanos- fueron sentenciadas en marzo de 2022 a siete y tres años de cárcel, respectivamente.
Durante este tiempo, las hermanas Garrido han sido confinadas a celdas de castigo, recibido golpizas, interrogatorios y amenazas, según reiteradas denuncias de las presas y de sus familiares. A consecuencia del estrés, Angelica sufrió una parálisis facial de la que aún se recupera.
María Cristina y Angélica son madres de tres y dos niños, respectivamente, que ahora se encuentran al cuidado de familiares. El pasado año tuvieron que enfrentar la muerte de su padre, en agosto, y de su madre, en diciembre.
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