El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, calificó de "práctica atroz" las misiones médicas internacionales organizadas por el régimen cubano, por operar bajo condiciones de explotación laboral.
No obstante, anunció que evaluará caso por caso en el Caribe, donde varios países dependen de estos servicios, y admitió que hay lugares donde los especialistas cubanos tienen "mejores normas laborales".
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Durante una rueda de prensa ofrecida en Jamaica, Rubio denunció que en muchas misiones cubanas los doctores no reciben sus salarios directamente e incluso les retienen los pasaportes para impedirles huir.
"En muchas otras partes del mundo, a los médicos no se les paga. Se le paga al Gobierno cubano. Les quitan los pasaportes. Básicamente, operan como trabajo forzado en muchos lugares", afirmó el funcionario estadounidense.
Sin embargo, matizó que cada país gestiona estos programas de forma distinta, y debido a las estrechas relaciones de Washington con naciones caribeñas como Jamaica, se mostró dispuesto a dialogar con los gobiernos locales para comprender mejor cómo funcionan las misiones médicas cubanas en cada territorio.
"Quizás nada de esto se aplique a la forma en que se maneja aquí", dijo, en referencia a Jamaica.
Las declaraciones de Rubio llegan luego de que la Comunidad del Caribe (Caricom) cuestionara abiertamente las sanciones estadounidenses contra funcionarios de gobiernos que contraten personal médico cubano bajo condiciones consideradas abusivas.
Varios líderes caribeños defienden la cooperación médica con Cuba como un componente esencial de sus sistemas de salud. El primer ministro jamaicano, Andrew Holness, afirmó que su gobierno tiene "mucho cuidado de no explotar a los médicos cubanos" y que los trata conforme a las leyes laborales y estándares internacionales.
"Nos aseguramos de que sean tratados como cualquier otro trabajador y que nuestro programa cumpla con las leyes internacionales", señaló Holness, y agregó que el aporte de los cubanos ha sido "de gran ayuda" debido al déficit de personal sanitario en Jamaica.
Rubio también abordó el tema durante reuniones con otros líderes del Caribe como la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, y el primer ministro de Trinidad y Tobago, Stuart Young. Su agenda continuará este jueves con visitas a Guyana y Surinam.
Uno de los apoyos más contundentes al programa médico cubano es del primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, quien hace unas semanas dijo que preferiría perder su visa estadounidense antes que prescindir de la ayuda de los galenos cubanos.
"Si se determina que tengo que perder mi visa, lo haré. Pero no puedo dejar morir a 60 personas trabajadoras y pobres que dependen de los médicos cubanos", declaró.
Gonsalves generó un intenso debate sobre los derechos laborales y la explotación profesional al dar su visto bueno a que el Estado cubano les quite parte de sus salarios a sus profesionales de la salud, ya que estos recibieron una "educación gratuita".
"Eso no significa que sean explotados. Tienen una educación gratuita. Y si van al extranjero, ganando dinero con esa educación, no es descabellado que pongan algo en la caja para que más personas se eduquen", afirmó.
Por su parte, el canciller de Granada, Joseph Andall, advirtió que su sistema de salud colapsaría sin la cooperación cubana, y la ministra de Relaciones Exteriores de Jamaica, Kamina Johnson Smith, alegó que más de 400 profesionales cubanos laboran en el sistema de salud jamaicano.
Washington amplía restricciones
Bajo el liderazgo de Marco Rubio, el Departamento de Estado ha anunciado nuevas restricciones de visa contra funcionarios de gobiernos extranjeros que mantengan acuerdos con Cuba bajo condiciones consideradas de explotación.
La medida forma parte de una política más amplia para frenar lo que Washington califica como exportación de mano de obra cubana, que representa una de las principales fuentes de ingresos del régimen de La Habana.
"No se trata de impedir la asistencia médica, sino de garantizar que esos profesionales no trabajen bajo coerción", argumentan desde Washington.
Aunque Cuba defiende que sus brigadas médicas se rigen por acuerdos bilaterales justos y dignos, organizaciones de derechos humanos, médicos y el propio Departamento de Estado de Estados Unidos han documentado las condiciones de semi-esclavitud que enfrentan los galenos cubanos en el exterior.
Las prácticas incluyen la retención de pasaportes, vigilancia estricta, censura, falta de garantías laborales, restricciones de movimiento y la confiscación de entre el 70 % y 85 % de los salarios de los profesionales. Además, sufren severas represalias si deciden abandonar la misión.
Preguntas Frecuentes sobre las Misiones Médicas Cubanas y la Política de EE.UU.
¿Por qué Marco Rubio califica de "práctica atroz" las misiones médicas cubanas?
Marco Rubio critica las misiones médicas cubanas por operar bajo condiciones de explotación laboral. Según sus declaraciones, los médicos no reciben sus salarios directamente, se les retienen los pasaportes y trabajan bajo condiciones coercitivas, lo que él compara con trabajo forzado. Estas prácticas han sido denunciadas por organizaciones de derechos humanos y el Departamento de Estado de EE.UU.
¿Cuál es la posición de los líderes caribeños respecto a la cooperación médica cubana?
Varios líderes caribeños defienden la cooperación médica con Cuba como esencial para sus sistemas de salud. Por ejemplo, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, ha manifestado que preferiría perder su visa estadounidense antes que prescindir de la ayuda de los médicos cubanos. Otros líderes, como el primer ministro de Jamaica, aseguran que se cumple con las normas laborales internacionales al tratar a los médicos cubanos.
¿Qué medidas ha tomado Estados Unidos en respuesta a las misiones médicas cubanas?
Estados Unidos ha impuesto restricciones de visas a funcionarios de gobiernos que contraten personal médico cubano bajo condiciones consideradas de explotación. La política busca frenar la exportación de mano de obra cubana y garantizar que los profesionales no trabajen bajo coerción. Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia de la administración de Marco Rubio para responsabilizar al régimen cubano por prácticas de trabajo forzado.
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