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Las declaraciones de Lis Cuesta Peraza, esposa del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, sobre la supuesta capacidad de las mujeres cubanas para “resistir y avanzar” provocaron una avalancha de reacciones en redes sociales, especialmente en Facebook, donde más de 1,600 usuarios respondieron con sarcasmo, indignación y profunda frustración.
Cuesta, que intentó enviar un mensaje de empoderamiento femenino, terminó convirtiéndose en blanco de críticas por lo que muchos consideran una desconexión absoluta de la realidad del país. “Señora, haga sus maletas y coja el primer vuelo, que ya se les está llegando el final del cuento”, escribió una usuaria en los comentarios a la nota publicada por CiberCuba.
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Otro comentario, más directo, la comparó con la reina francesa María Antonieta, acusada de indiferencia ante la miseria de su pueblo: “Hay veces que esta señora me recuerda a María Antonieta: ‘Si no tienen pan, que coman pasteles’. Algunas personas necesitan un mes de vacaciones en un solar de Centro Habana a ver si aterrizan”, sentenció un internauta.
Las comparaciones históricas se repitieron. Varias personas desearon que el destino de Cuesta fuera similar al de la reina francesa, señalando que “vivir en una burbuja” no le da autoridad moral para hablar en nombre del pueblo.
“Ella necesita pasar unos días aquí en Centro Habana, viendo viejitos recogiendo latas sucias y todos mugrientos, y un solar lleno de negritos con hambre… Eso le daría más argumentos”, comentó otra usuaria, visiblemente molesta.
Muchos reproches giraron en torno al contraste entre el lujo que exhibe la primera dama cubana y la precariedad cotidiana de las madres trabajadoras de la isla.
“Cualquier mujer y madre cubana con niños pequeños y ancianos en su hogar resiste si viviera como usted. Con electricidad todo el tiempo, alimentos de todos tipos y viajando el mundo… así, sí resisten”, opinó una madre.
Las críticas también tocaron aspectos personales de Cuesta, desde su apariencia hasta su vestimenta: “El otro día salió con un vestido azul y los zapatos azules también. El que tiene un par de zapatos azul es porque los tiene de todos los colores. Las cubanas, si acaso, tienen un solo par y con esos tienen que resistir”.
Una usuaria apuntó con ironía: “Señora Lis, me atrevo a asegurar que de la manera maravillosa que usted lo hace, cualquiera resiste y avanza. Claro, con la nevera llena, bolso Gucci y recorriendo el mundo pegada a su dictador”.
El tono general de los mensajes fue de indignación y hartazgo. Algunos expresaron pena, otros rabia. “Mi madre con 93 años, sin luz, sin gas, con una jubilación de menos de 3,000 pesos… mejor no comento más, porque es bochorno lo que siento”, relató una seguidora de la página de CiberCuba.
Tampoco faltaron invitaciones sarcásticas: “La invito a pasarse una semana en mi casa, haciendo las labores que hace mi mamá. Atrás de la bolsita de leche para el desayuno, lidiar con apagones de 10 a 3 y otros días de 3 a 7. Cuando pase por eso, entonces hable de las mujeres cubanas”.
Los cubanos, que diariamente enfrentan escasez, apagones, inflación y colapsos en el sistema de salud, dejaron claro que no se sienten representados por una figura pública que, en palabras de muchos, “vive como millonaria” mientras el pueblo lucha por sobrevivir.
Lejos de fortalecer su imagen, las palabras de Lis Cuesta encendieron una nueva oleada de malestar social. En un país donde la resistencia no es consigna sino necesidad, el mensaje de la “no primera dama” fue percibido como un insulto más que como un reconocimiento.
Selección de comentarios
“La invito a ser mi mamá una semana: hacer magia en la cocina, cuidar un anciano, apagar la perrita, correr detrás de la leche, lidiar con apagones… Después de eso, hable de las mujeres cubanas”.
“Cómo vive ella, cualquiera resiste y avanza. Estas gente tienen que parar”.
“Demasiado cinismo e hipocresía. Está muy difícil la realización personal de nadie bajo la situación que se vive en Cuba”.
“Esa señora tiene sed de protagonismo”.
“Tienes razón, resistir nos sienta de maravilla. Ojalá todas pudieran probarlo… pero bueno, algunas solo saben recomendarlo desde la comodidad”.
“Creerá que puede hablar por todas las madres cubanas que no tienen ni qué dar de comer a sus hijos. Qué vergüenza de primera dama”
“Aquí la única que avanza es su majestad, que no se baja de un avión, viste y calza exclusividades. No se asfixia con el humo del carbón ni se agota con los apagones. Así sí se puede resistir”.
“Está muy cambiada, de seguro ha resistido tanto que por eso ha avanzado tanto su cambio… Otro más que se burla del pueblo”.
“Que se ponga en el lugar de una de nosotras, las que trabajamos por un salario que no alcanza ni para dar de comer a nuestros hijos”.
“Que viva con 3.500 pesos, sin transporte, sin leche, con un niño enfermo y apagones de 12 horas… y después diga si se puede resistir”.
“Cómo se atreve a hablar por las madres cubanas si nunca ha tenido que acostar a un niño sin leche ni pan”.
“Vergüenza debería darle salir con un reloj de miles de dólares mientras las Marianas de hoy no tienen ni para comprar un analgésico”.
“Está tan desconectada que parece un personaje de ficción, rodeada de lujos, mientras la mujer cubana hace magia para sobrevivir”.
“Cualquier cubana resistiría igual que usted, si tuviera escolta, carro, aire acondicionado y un clóset lleno de importaciones”.
“No tiene ni idea de lo que significa ‘resistir’. Que haga cola para el pollo, que cocine con leña y que lave a mano. Entonces hablamos”.
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