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Acostumbrada a descubrir talento en deportista que lo tenga, de pasada vi hace ya algunos años a una espigada joven, casi una niña, con unas gruesas gafas anudadas en su cabeza, jugando baloncesto.
Me detuve a observar sus movimientos, sus ataques al aro, reboteando casi como lo hubiera hecho doña Leonor Borrell o la Peca Martínez. Era una verdadero ciclón la chica, que respondía al nombre de Yayma Boulet Peillón.
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Al ver mi interés, se me acercan los que se presentarían como padres de aquel diamante: América y Francisco, y ahí mismo, sobrevino una buena amistad que se mantiene hasta la actualidad.
“De mis padres, ¿qué decirte que no sepas? Me enseñaron a ser la persona honesta y sincera que soy, a ganarme las cosas con mi quehacer diario. Ellos son mi ejemplo, y los que ahora mismo me permiten jugar en el exterior, cuidando de mi hija”.
Ha llovido mucho desde entonces y aquí tenemos a Yayma, con 35 años, jugando en la liga profesional de México. Pero, primero echemos un vistazo atrás.
¿Siempre basquebolista? ¿No te gustaban otros deportes como el voly?
“Pues comencé, precisamente, en el voleibol, pero ¿sabes?, el profe nunca me hizo caso. Me regaló al entrenador del básquet en la Escuela Primaria José Ramón López Peña, Alejandro Navarro, alias 'el mexicano'. Esto fue a los 8 años.
“En ese centro estuve hasta el quinto grado cuando me trasladan a la EIDE José Martí de Cojímar. Al siguiente año ya estaba en la EIDE Mártires de Barbados por dos cursos, pues en noveno fui matriculada en el CEAR Cardín.”
Siempre fuiste centro de los mayores elogios en edades infantiles y juveniles.
“Muchacha, ¡cómo no!. Yo amo el básquet, nací para él, por eso no sobresalía en el voly. Imagínate que con mi equipo Habana, me impuse en 7 Juegos Nacionales Escolares y en 6 Juveniles.
Yo amo el básquet, nací para él, por eso no sobresalía en el voly
“Integré el equipo nacional juvenil para tomar parte en el Centroamericano de la categoría con sede en México, en el año 2000, que ganamos; en el Panamericano Juvenil 2001 de Argentina, plata; y sextas en el Mundial de la República Checa ese mismo año, dirigidas por Alberto Zabala.”
De esas jóvenes, ¿quiénes subieron al elenco principal?
“Oyanaisis Gelis y yo hicimos el grado en la selección en 1999 en calidad de invitadas, hasta que después del Campeonato Mundial en China 2002, tras el regreso del equipo, fuimos incorporadas como jugadoras plenas.”
Casualmente yo asistí a ese Mundial, salimos de La Habana con 14 jugadoras, dos de las cuales regresaban tras un evento internacional en Francia. Para mí tanto la grande como la chica, o sea, Boulet y Oya, estuvieron muy bien, pero la dirección del equipo optó por la experiencia.
“Estuvimos bien pero ambas sabíamos que salvo una contingencia, de lesión o enfermedad, se inclinarían por las jugadoras establecidas. De todas maneras aquella competencia, que fue fuerte, nos sirvió para el futuro.”
¿Cuántos años en la selección? ¿Principales eventos?
“Tan sólo 9. Recuerda lo de mi vista. Te hablo primero de las competencias. En dos Panamericanos, oro en Santo Domingo 2003 y bronce en Río 2007; en los Centrocaribes de Cartagena de Indias 2006, primer lugar; en el Mundial de Brasil, nuestro casi acostumbrado onceno puesto; en seis Centrobásquets, seis metales dorados, y en cuatro FIBAAMÉRICA conocidos antes como Copa América, logramos la clasificación para los Mundiales no así para los Juegos Olímpicos de Beijing, a donde no asistimos porque tampoco pudimos avanzar en el Preolímpico de Madrid.”
¿En cuánto a la vista?
“Desde chiquita tenía problemas con mi visión. Entonces, sin cumplir los 27 años, me detectaron un debilitamiento de los tejidos de la cornea en los dos ojos, y se decidió por el equipo médico darme la baja. No podía realizar grandes esfuerzos físicos en evitación de males mayores.”
La noticia fue acogida con dolor por parte de los muchos seguidores del básquet cubano, ni qué decir lo que sentían Yayma y sus padres.
“Se me vino todo abajo, porque lo único que yo sabía hacer era jugar básquet. Todo en mi vida giraba alrededor de un cesto y una cancha. Me afectó muchísimo: sueños perdidos, quimeras no alcanzadas.
“Pero llegó la resignación. Era por mi bien, no había error lamentablemente, los primeros que no querían prescindir de mí eran los dirigentes del básquet, pero como decían. 'lo primero eres tú' y así fue.
“Fui capitana de capitanes de equipo en el Cerro Pelado, y trabajé en la dirección de formación integral. En esa época agradezco mucho la ayuda, el apoyo, recibido por el ya desaparecido Yayo, Radio Álvarez, entrenador por muchos años del baloncesto cubano, femenino y masculino, que siempre me animó y me instó a no perder mis sueños.”
En medio de eso, en el 2010, Yayma recibió su mejor regalo: la llegada de su hija, Lauren Michelle, quien como para todas las madres es su vida misma, y que ya comenzará a jugar en una cancha pues quiere ser como su progenitora: basquebolista.
¿Cómo asimila ella tu ausencia?, imagino cuánto la extrañas
“No sabes cuánto, menos mal que están mis padres que son únicos. No obstante, estar separada de ella es un sacrificio supremo. Pero hay que entender que, desde el punto de vista económico, estoy haciendo lo mejor para la familia. Hasta que se pueda.”
Estar separada de mi hija es un sacrificio supremo. Pero hay que entender que, desde el punto de vista económico, estoy haciendo lo mejor para la familia. Hasta que se pueda
No es hasta el 2016, cuando la niña cumplió 5 añitos, que la Boulet, en uno de sus chequeos habituales y tras haberse colocado unos lentes duros, recibió la gran noticia de que su enfermedad, queratocono (crecimiento del ojo en forma de cono), se había detenido.
“Yo no me había ni desentrenado, entonces, comencé a correr, a saltar, a hacer gimnasio. Me sentía en óptima forma. Así, recibo la llamada de mi amiga de toda la vida, la base Oyanaisis Gelis, que en el equipo Corinthians, de la liga de Brasil, hacía falta una pívot.
“Hasta el Gigante Sudamericano no paré. Allí, por supuesto, me confirmaron mi enfermedad (no era noticia), pero me permitieron jugar bajo mi responsabilidad.”
¿No fue un riesgo?
“Chica, yo me sentía tan bien. Se me había detenido la enfermedad y, si analizas que la vida en sí es un riesgo, lo acepté. Y hasta ahora, con el favor de Dios, no he tenido problemas. La entrada mía al Corinthians les favoreció el dominio debajo del aro y quedamos segundas en la Liga, en la fuerte liga brasileña. Sabes la posición que ocupan las sudamericanas en el mundo.”
Tú habías tenido una experiencia anterior en Rusia. ¿Fue igual?
“Yo había jugado en Rusia como bien dices entre 2005 y 2006, por un intercambio deportivo, con el conjunto Dinamo Moscú Región. Allí fui la segunda entre las máximas anotadoras y esa justa, y mis años en la selección nacional, me sirvieron de base a lo que hice en Brasil.”
¿Qué tiempo estuviste allí?
“Entre enero y mayo del 2016. De ahí pasé a la Argentina con el Club Deportivo Lanús, entre octubre y diciembre del mismo año. Después regresé a Cuba.”
¿Qué hiciste, no te dio por tratar de integrarte a la selección?
“No. Trabajé como profesora de Educación Física en la misma escuela primaria donde estudié.”
Y en ese lapsus, ¿no aparecieron nuevos contratos internacionales?
“Sí, pero exigían muchos papeles y cuando los tenías, ya se había acabado el torneo. No es hasta enero de 2018 que me llaman, por mediación de Klavdia Calvo, quien de hecho juega conmigo, para integrar el equipo Aztecas de la liga profesional mexicana, el cual finalmente se ubicó segundo y yo fui la pívot del all star.
Ahora que dices pívot, ¿qué cualidades debe tener una jugadora de tan importante posición además de la gran estatura?
“La estatura es importante pero he visto jugadoras que se han desempeñado como 5 y no son tan altas, por ejemplo, Yaquelín Plutín, un 4 natural (alera pívot) pero ¿cuántas veces tuvo que hacer de pívot? Y está entre las mejores basquebolistas cubanas de todos los tiempos.
“Las centros tienen que saber dominar el balón con las dos manos, saber lanzarlo con la zurda y la derecha, ser explosivas a la hora de agarrar los rebotes, ser inteligentes porque en el básquet se dan jugadas en centésimas de segundo y tienes que estar preparada, no por gusto es el juego más dinámico que existe.”
Boulet, ¿para ti las mejores pívots que hayas visto en la cancha?
“Tuve la oportunidad, el honor de jugar con Lisa Leslie, la extraordinaria pívot estadounidense, considerada entre las mejores de todos los tiempos, la gigante polaca de 2 metros 18 centímetros Malgorzata Dydek, la brasileña Alexandra, la rusa Elena Stepánova y la también norteña, Candace Parker.
“Y, por supuesto, doña Leonor Borrell, también entre las más destacadas del planeta históricamente y la Peca Martínez, insuperable en sus tiempos, recuerda que fue puntal en Barcelona 92.”
Volvemos a tu vida actual. Con las Aztecas jugaste también en Costa Rica. ¿Qué fue, un torneo amistoso?
“Sencillo: unieron las principales figuras del campeón y subcampeón, o sea las Lobas de Aguas Calientes y nosotras, las Aztecas, en un solo equipo dirigido por el también cubano Armandito Acosta, y fuimos a Costa Rica a competir en una cuadrangular con las selecciones nacionales del país sede, Guatemala y un elenco de la WNBA, del Mississippi. Y ¿sabes? Les ganamos a los tres.
“Al finalizar, fui a La Habana de vacaciones y como la liga mexicana aún no comienza, me autorizaron a jugar en la liga del Salvador con el equipo Atlético FAS; aquí estaré hasta diciembre. Después me reincorporo con mis Aztecas, que a partir del próximo campeonato va a ser dirigido por Armandito.”
¡Qué bien!, entre cubanos queda la cosa, ¿no? ¿Puedes darme según tu opinión el equipo ideal del baloncesto femenino cubano?
“Lissette Castillo, Taimarita Suero y Oyanaisis Gelis, defensas organizadoras; María Elena León, la Lupe, y Yuniseni Soria, defensas; Grisel Herrera, Dalia Henry y Taina Seino, aleras; Yaquelín Plutín, Lisdeivis Víctores y Milaida Enrique, aleras pívots, y Leonor Borrell y Yamilé Martínez, centros. DT, aunque nunca jugué bajo sus órdenes, el Gallego Pérez.”
Hablando de otro tema, sabes que hay personas que admitirían de buen grado que deportistas cubanos que están en el extranjero compitan por nuestra bandera; otros se niegan. ¿Cuál es tu posición?
“Que jueguen, todo porque el deporte cubano recobre su posición en el mundo. De todas formas, son cubanos, si ellos quieren, ¿por qué no?”
Hablamos del deporte cubano, vamos a referirnos al ostensible bajón del elenco femenino de baloncesto, ¿a qué lo atribuyes?
“El básquet femenino ha ido en picada mientras el masculino, en ascenso. Las niñas no tienen estatura y quizás, no el suficiente fogueo pero yo voy más allá.
“Y es la base, donde se sustenta una superestructura. Mira a Yaquelín Plutín, no tenía esa gran estatura, ¿y tú la dejabas fuera del equipo? Hay que ir más allá: faltan recursos y maestros en la base, hay que estimular a niños y profesores, buscar lo que los motive.
Hay que ir más allá: faltan recursos y maestros en la base, hay que estimular a niños y profesores, buscar lo que los motive
“Entre los mayores, los contratos te mejoran la vida económicamente, te hacen jugar a un nivel superior, deportivamente hablando. No importa la liga que sea, si juegas constantemente, tu nivel mejora”.
Si te llamaran y estuvieras apta desde el punto de vista de tu visión, ¿volverías a la selección?
“¡No! Sin palabras.”
¿Planes futuros?
“ Tengo 35 años, sabes que mi posición de pívot es longeva, así que mientras las piernas aguanten, seguiré jugando.”
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