El recordista mundial de salto altura, Javier Sotomayor, ensalzó el apoyo que recibió del fallecido gobernante Fidel Castro cuando estuvo involucrado en el caso de doping durante los Juegos Panamericanos de Winnipeg-1999
“Agradezco que el Comandante Fidel haya confiado en mi palabra”, manifestó el estelar ex atleta como invitado al programa 'Con 2 que se quieran', que conduce Amaury Pérez. “La posibilidad de saltar en Sídney se la debo a Fidel”.
Sobre aquella situación que resulta controversial todavía en la actualidad, el campeón olímpico de Barcelona-1992 y multimonarca universal, indicó que todo se trató de una confabulación. “No sé de dónde salió lo del doping. No sé decirte”, espetó dos décadas después de aquel suceso.
Tras ganar la presea de oro en la cita continental en suelo canadiense, el plusmarquista falló su prueba al dar positivo a cocaína. "La verdad es que se hace una prueba y eso tiene una cadena que es igual para todos. Mi abogado y yo demostramos todas las incongruencias que hubo con la muestra mía", afirmó el legendario deportista. "Uno orina y se toma una prueba A y una B, y además declara todo lo que el atleta ha tomado. Ese papel tiene tres copias y el protagonista se queda con una", expresó.
Por ejemplo –explicó- "el papel mío llegó con el nombre salto de altura positivo, algo que no debió ser así, porque eso se trata con un número. Todo es a través de un número, y de ser positiva la muestra, se busca el número para llegar al nombre del atleta".
Sotomayor reconoció que tampoco se tomaron las mejores decisiones en ese momento. "El fallo mayor fue cuando en la prueba B, el doctor Álvarez Cambras, que no tenía experiencia en eso, Mario Granda, director de medicina deportiva, y el cónsul que nos atendió en aquel momento, fueron los que me representaron ante ese intento B, y dio negativo. Pero dijeron que había faltado un reactivo, por lo que debía repetirse. Ese fue un error, porque aceptaron hacer una prueba C con el mismo orine, algo que no existe, y entonces nos dijeron que debíamos esperar porque era horario de almuerzo".
"Imaginen –prosiguió 'El Soto'- en cuatro horas podía aparecer cualquier cosa. Nosotros demostramos que todo estuvo mal. Creo que por esa razón me dejaron saltar un año después en Sídney. La IAAF confió en mi inocencia, pero no del todo, porque nunca me dieron la medalla, la medalla no me la devolvieron".
El matancero, dueño de 2.45 metros al aire y 2.43 bajo techo, añadió que lo principal fue demostrar que todo era pura manipulación. "La medalla moral es la que yo llevo. Confiaron en mí mis amigos, mi familia y Fidel", refirió.
“La gente piensa que soy millonario”
Sonriente y con unas gafas en su rostro, Sotomayor manifestó que muchas personas piensan que es millonario. "Me suman el premio Príncipe de Asturias, el récord mundial al aire libre, el bajo techo, las medallas olímpicas… No cobro por nada de eso. La IAAF no paga ninguna de estas actuaciones. Además –continuó- todo se acrecentó cuando la Revista Forbes sacó un listado de los millonarios de Cuba y me incluyó (risas)".
En otros momentos de la entrevista, Javier, sin dudas uno de los grandes deportistas cubanos de todos los tiempos, habló de las posibilidades perdidas en los Juegos Olímpicos de 1984 y 1988, dada las no asistencias de delegaciones de nuestro país.
Insistió en que pudo lograr una medalla en Los Ángeles, porque era muy joven (16 años), aunque ya tenía 2.33 metros y el bronce terminó con 2.31. Sin embargo, enfatizó que la posibilidad del título en Seúl era bien alta, pues una semana antes había logrado el record mundial.
La unidad de su familia, sus cuatros hijos, la niña que viene en camino, su cercanía con la música y el grupo Salsa Mayor, que hoy lidera Maikel Blanco, y la calidad del atletismo mundial del pasado y el presente fueron otros temas abordados por Amaury Pérez en 'Con 2 que se quieran', con el enorme Javier Sotomayor.
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