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El transporte público se halla en una situación crítica en Santiago de Cuba, donde la mitad de los ómnibus existentes ofrecen servicio.
Dentro del esquema del transporte santiaguero que divide sus ómnibus en principales (P1 a P5), alimentadoras (conocidas como Dianas) y complementarias (C1 y C2) solo están circulando cinco de las 10 disponibles en la primera categoría, 18 de las 36 con que cuenta la segunda y solo dos vehículos de la tercera categoría, señaló Yarianis Carrión, especialista de la Empresa Provincial de Transporte, al diario oficialista Sierra Maestra.
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Debido a esa situación el Gobierno de esa oriental provincia ha tenido que recurrir a las entidades estatales para apoyar la movilidad de pasajeros, en un contexto de carencia de combustibles.
Según la especialista, los inspectores populares conocidos como “azules” están en los puntos de recogida para ayudar a disminuir la aglomeración de pasajeros, que resultan los más afectados ante el déficit de combustible.
Además, agregó que “los ómnibus locales, nacionales, del turismo u otros vehículos asociados a empresas, deben también recoger pasajeros durante su horario de trabajo para contribuir con la demanda de movilidad de la población”.
Lo cierto es que aunque la funcionaria estatal advirtió que para 2024 se prevé una mayor circulación de vehículos arrendados y un mejoramiento en el abasto del combustible, las condiciones actuales del transporte público en el país son desalentadoras.
En la propia provincia santiaguera a finales de septiembre las autoridades anunciaron la reducción del transporte urbano ante la crítica situación energética del país anunciada por el régimen.
Los ómnibus, ferrobuses y lanchas de Santiago de Cuba disminuirán la regularidad de sus viajes fuera del horario laboral, explicó Luis González, director de transporte en la provincia.
Además de por la crisis energética, el transporte en la ciudad ya estaba afectado y funcionando con el 40% de sus vehículos, por falta de piezas de repuesto, lubricantes y mantenimiento.
En otro territorio oriental, Las Tunas, a inicios de octubre, se redujeron considerablemente las rutas de ómnibus, a un solo vehículo por cada una, informó al periódico oficialista 26 Reynaldo Reyes Silva, delegado de Transporte en el territorio.
“Se han reducido las rutas de manera considerable, hay una guagua por destino en las habituales 1, 5, 6, 7 y 10. Esto se debe a que solo disponemos de 2,400 litros de combustibles para carga y pasaje, que incluye la movilidad de algunas empresas y la canasta básica”, alegó.
Las autoridades de Las Tunas insisten en retomar fórmulas aplicadas en otros períodos de crisis, como la presencia de inspectores en las piqueras y el apoyo de los vehículos estatales al transporte de la ciudadanía, que -según el funcionario- es una “iniciativa” que “ya había sido orientada por la dirección del país, y actualmente se analizó con las máximas autoridades tuneras y los directivos de todos los organismos”.
Mientras, algunos transportistas privados se aprovechan de la situación para subir los precios de los traslados en medio de la galopante inflación.
En la propia ciudad de Santiago de Cuba un total de cinco vehículos privados para el transporte de pasajeros fueron multados por cobrar precios abusivos a la población.
Se trataban de cuatro vehículos particulares y uno arrendado que cobraban precios que llegaban hasta los 500 pesos y, en uno de los casos, “no poseía los precios visibles a la población”, informaron fuentes oficialistas de ese territorio.
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