Nuevas revelaciones publicadas este miércoles por el diario The Wall Street Journal (WSJ) aportan evidencias de la preocupación de Estados Unidos por la presencia de China en Cuba, y las operaciones de espionaje que podrían estar activas desde la isla.
Durante el gobierno de Donald Trump, la inteligencia estadounidense rastreó los movimientos de directivos y especialistas de las compañías tecnológicas chinas Huawei y ZTE, descubriendo que entraban y salían de instalaciones sospechosas de albergar operaciones de espionaje en Cuba.
Con el registro de movimientos de estos empleados, los funcionarios estadounidenses alertaron del rol que podrían estar jugando los gigantes chinos de las telecomunicaciones en la expansión de las operaciones de espionaje del régimen de Xi Jinping en la isla.
Fuentes anónimas indicaron al citado medio que Estados Unidos tiene información de estas actividades desde 2019, cuando la administración Trump marcó un giro en las relaciones de Washington con Pekín.
Según el WSJ, desde entonces a la actualidad, la inteligencia estadounidense considera que los regímenes de Cuba y China ya administran cuatro estaciones de espionaje en la isla de manera conjunta.
Luego del escándalo provocado por las revelaciones iniciales, negadas con rotundidad por La Habana y Pekín, el diario estadounidense volvió a agitar el avispero con una nueva revelación, esta vez sobre las negociaciones entre ambos regímenes para establecer una nueva instalación de entrenamiento militar conjunto en la costa norte de Cuba.
China “seguirá tratando de mejorar su presencia en Cuba, y seguiremos trabajando para interrumpirla”, dijo este miércoles un funcionario de la Casa Blanca al WSJ.
El medio no pudo confirmar si las sospechas manifestadas con la anterior administración están siendo analizadas en la actualidad por la del presidente Joe Biden.
En un comunicado, Huawei dijo que negaba “tales acusaciones infundadas” y agregó que estaba “comprometida con el pleno cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables donde operamos”.
La alarma por el uso de los datos que hacen las compañías de telecomunicaciones chinas no es nueva. Durante el último año, Washington ha tratado de convencer a los aliados de excluir a Huawei en particular de sus redes de telecomunicaciones 5G.
A su regreso de China, el secretario de Estado Antony Blinken dijo que había comunicado las “profundas preocupaciones” de Estados Unidos sobre el espionaje y las actividades militares de China en Cuba.
“Esto es algo que vamos a estar monitoreando muy, muy de cerca, y hemos sido muy claros al respecto”, dijo a los periodistas. “Y protegeremos nuestra patria; protegeremos nuestros intereses”, agregó.
Por su parte, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU, John Kirby, dijo este martes que “no era un secreto ni una sorpresa que la República Popular China haya estado tratando de aumentar su influencia, su alcance y sus capacidades de recopilación de inteligencia en el hemisferio occidental y eso incluye la relación que han tenido durante bastante tiempo con Cuba”.
“No es que no lo sepamos, no es que no lo hayamos estado monitoreando”, dijo. “Y, francamente, no es que no hayamos tomado medidas y continuaremos tomando medidas para frustrarlo y poder proteger nuestros propios secretos y nuestra propia seguridad nacional, y ese es el caso en este espacio también”, agregó.
Una carta del congresista Mike Gallagher a la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, y a la secretaria del Departamento de Comercio, Gina Raimondo –a la que tuvo acceso WSJ- solicitó que se esclarezcan las políticas para controlar la exportación de tecnología estadounidense a empresas de telecomunicaciones chinas.
El republicano y presidente del Comité Selecto bipartidista para el Partido Comunista Chino dijo en su misiva que Huawei ha ayudado al régimen cubano a modernizar su infraestructura de telecomunicaciones e Internet desde la década de 2000.
Esta empresa, junto con ZTE y Great Dragon Information Technology Group, mantienen una presencia comercial regular en la isla, señaló Gallagher, poniendo el foco en la “cobertura” que significan las operaciones comerciales de estas empresas en Cuba para que funcionarios de inteligencia chinos viajen hacia y desde la isla sin levantar sospechas.
En 2019, el Departamento de Comercio de EE.UU agregó a Huawei a la lista de entidades que requiere que las empresas obtengan licencias para vender muchos productos a la compañía china.
En 2020, los funcionarios ampliaron significativamente estos requisitos, pero el Departamento de Comercio ha emitido muchas de esas licencias, lo que permite a los exportadores seguir vendiendo grandes cantidades de tecnología a Huawei.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: