El científico cubano Oscar Casanella compartió un texto en sus redes sociales en el que narra su experiencia como padre de un niño en edad escolar en Estados Unidos.
El activista político, quien se encuentra en ese país con su familia desde enero pasado, relató en su muro de Facebook todo lo que vivió en una reunión de padres en la escuela de su hijo mayor, y las diferencias con el sistema cubano.
"Mi hijo no tendrá que decir 'pioneros por el comunismo, seremos como el Che', y está recibiendo una buena educación", afirmó.
Según Oscar, lo primero que le sorprendió de la escuela fueron los murales exteriores con imágenes alegóricas a Cuba, como el dibujo de un tocororo o de José Martí, como si estuviera ambientada para mantener vínculos con la cultura e historia de Cuba.
"Mientras caminaba por la escuela visualicé la misma en una Cuba futura, en una Cuba libre y próspera con recursos suficientes y bien administrados para poder darle a nuestros niños cubanos una educación de calidad", dijo.
Casanella también se refirió al excelente estado constructivo del centro, y recordó la triste muerte de la niña cubana Magabis Omaña, aplastada por una valla de su escuela en Guantánamo.
"Para el régimen cubano, el estado constructivo de las escuelas no son una prioridad, los hoteles sí lo son", recalcó.
Al ver la cantidad de recursos de que disponen los estudiantes para su aprendizaje, confirmó que ningún país puede tener un gran desarrollo social sin tener un buen desarrollo económico y viceversa.
"Quiero aclararles que esta escuela donde estudia mi hijo es pública y 'gratuita'. Siempre pongo entre comillas el término 'gratis', porque en realidad los ciudadanos pagan indirectamente las escuelas públicas de sus hijos mediante el pago de impuestos. Sin embargo, en Cuba son tan altos los impuestos personales que los trabajadores pagan antes de recibir el salario mensual porque el Estado lo descuenta, que lo que te entregan de salario no alcanza para comprar la comida de 10 días", precisó.
"A mi hijo le dan desayuno y almuerzo 'gratis' y de calidad en esta escuela, y eso me hace sentir privilegiado con respecto a los padres dentro de Cuba, que sufren debido a la escasez de alimentos y a la pésima nutrición que reciben sus hijos en las escuelas de Cuba", agregó.
El bioquímico de profesión detalló que los maestros de su hijo son bilingües y se especializan a lo sumo en dos materias, además de que atienden cada uno a un número pequeño de alumnos, para favorecer el trabajo personalizado.
Como conclusión, Oscar se sintió muy complacido con la visita a la escuela y especialmente con la interacción con las maestras.
"Al parecer, este capitalismo pone más en el centro de su atención al ser humano que el 'socialismo cubano'. Deseo que los niños en Cuba puedan recibir una educación similar a la que está recibiendo mi hijo aquí en EUA", dijo.
En marzo pasado, el activista, uno de los acuartelados del Movimiento San Isidro en noviembre de 2020, pudo comprobar en carne propia cómo funciona el sistema de salud en Estados Unidos, al nacer su segundo hijo en ese país.
Oscar alabó las atenciones que recibieron él y su familia durante el parto, y subrayó que, a diferencia de su primer hijo, nacido en Cuba, este vino al mundo "rodeado de unas condiciones e infraestructura hospitalaria mil veces mejor".
Como beneficiarios del programa de seguros de salud del gobierno para personas necesitadas, MediCaid, los gastos hospitalarios no los asumió la familia de Casanella.
Además, señaló que no tuvo que llevar al hospital avituallamientos como toallas, cubos para almacenar agua, calentadores ni ropa de cama, como suele ocurrir en la Isla.
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