El científico y opositor cubano Óscar Casanella publicó en Facebook un mensaje dirigido al presidente estadounidense Joe Biden y a sus asesores, a propósito del reciente cambio en su política hacia Cuba, en el cual consideró que las nuevas medidas que volverían a la etapa del deshielo eran un error.
"Joe Biden, estás cometiendo un grave error y lo estás haciendo en el peor momento, luego de que la dictadura aprobara un abusivo y medieval código penal", escribió el activista; en alusión también a la aprobación del nuevo Código Penal, que refuerza el mecanismo represivo en la isla.
Casanella, quien reside en Estados Unidos junto a su familia desde hace pocos meses, debido al acoso al cual se encontraba sometido en la isla por sus ideas, narró en su carta su experiencia trabajando por cuenta propia (de manera privada) y concluyó que no existe una voluntad por parte del gobierno de Miguel Díaz-Canel de fortalecer dicha línea económica.
Uno de los argumentos principales de la administración de Joe Biden para revocar algunas de las sanciones impuestas por Donald Trump radica en que la economía privada puede ayudar a impulsar los cambios necesarios para democratizar el país. Varias de sus medidas tienen a los emprendedores como principal objetivo.
No obstante, Casanella opinó que "remover a la dictadura es una condición necesaria para permitir el crecimiento del sector privado. La dictadura sabe que para subsistir necesita mantener débil, pequeño y controlado al sector privado".
El activista relató que, en 2012, luego de una gran burocracia, él obtuvo una licencia de transportista para trabajar de manera privada. Había regresado de una beca de dos años en Suiza, había ahorrado dinero, y decidió invertir en un automóvil americanos. Sus padres, que estaban en Angola laborando, compraron además una casa para ponerla a rentar.
"Creamos un negocio familiar y con amistades para trabajar con el turismo y en la práctica funcionábamos como una agencia de viaje a la cual le llamamos qvainside (www.qvainside.com)", precisó.
Sin embargo, el científico reveló que cada vez que lograban obtener ingresos decentes, "la dictadura cubana y su aparato burocrático arremetía contra nosotros subiendo impuestos descomunalmente, reordenando el transporte para impedirnos ir a otras provincias o a lugares turísticos (como la 'república independiente' de Varadero o de los cayos turísticos), para toparnos los precios, para obligarnos a ir por rutas y calles específicas".
"Los policías e inspectores vivían todo el tiempo deteniendo a los transportistas por cualquier motivo o sin motivo alguno y aplicando grandes multas o exigiendo altos sobornos para permitirnos continuar trabajando. Uno trabajaba muy asustado, con miedo, con estrés y con frecuencia uno terminaba detenido en una estación de policía por cosas como tener el carné de la licencia operativa un poco estrujada y no querer sobornar al policía", explicó.
Además, recordó que nunca ha existido en Cuba un mercado mayorista para el sector privado, algo que ha obligado a los emprendedores a recurrir con frecuencia al mercado informal, que puede implicar cometer delitos. "Las baterías, radiadores, alternadores, motores de arranque, gomas... Solo se encontraban a altísimos precios en el mercado negro", indicó.
"Yo conocía e interactuaba con cuentapropistas de todas las provincias y constaté que estos problemas y mi indignación no era un fenómeno ni personal, ni local, ni siquiera provincial sino de alcance nacional", afirmó.
"En uno de los reordenamientos a mí y a muchos de mis amigos no nos dieron licencia operativa para trabajar fuera de la provincia sin embargo a otros cuentapropistas que hicieron exactamente los mismos trámites e incluso algunos tenían vehículos en peor estado que el de nosotros, pues sí le dieron licencia para trabajar en todo el país, algo totalmente discrecional y que luego me entero que respondía a temas de confiabilidad, de integralidad revolucionaria, de sobornos o relaciones con los altos funcionarios y, por supuesto, algunos de estos transportistas privilegiados eran colaboradores de la policía política", denunció.
Por último, el defensor de derechos humanos reveló que en uno de los interrogatorios que sufrió debido a su activismo político, la Seguridad del Estado le advirtió que "la revolución" no iba a permitir nunca "que creciera el sector privado ni que se enriqueciera porque esto pondría en peligro a la propia revolución".
"También me dijeron que ellos no permitirían que en Cuba se aplicara un modelo como el de Vietnam o China, porque en las condiciones de Cuba, terminaríamos de vuelta en el capitalismo y el neoliberalismo", subrayó.
En los últimos días varios opositores y activistas cubanos han compartido la inconformidad de Casanella con la postura de Washington. Ariel Ruiz Urquiola, Anamely Ramos, Salomé García, Rosa María Payá y Antonio Rodiles son algunas de las voces que se han pronunciado en contra de este giro en la política.
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