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Una espigada santiaguero-capitalina anota canastas en esta entrevista. Nacida en octubre de 1980, Zuleira Aties tiene mucho que contar. Hoy día juega en la liga profesional en Perú, país donde reside, y sueña con dirigir en la primera división del baloncesto inca.
Pues te cuento que milito en el Club Regatas Lima, una escuadra ganadora. En ella he alcanzado tres títulos.
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Y claro, como nada es eterno, cuando deje de jugar seré entrenadora. Quiero inculcarle toda mi experiencia y sabiduría a los niños, que pongan su mirada en el porvenir con pasión y amor al deporte de las cestas. Aquí hay talento y muchachos altos que pueden llegar lejos.
Vivo en Perú como sabes y quiero seguir haciéndolo. Puedo ser entrenadora o asistente pero mi meta es dirigir quintetos en la Liga Superior, algo que sin dudas alcanzaré con mucho respeto, paciencia, profesionalismo y trabajo.
¿Cuántos años en la selección nacional?
Solo seis. Me despedí del CUBA en febrero de 2003. Aunque en 2015 solicitaron mi apoyo para lograr la clasificación olímpica y me sumé al empeño con tal de ayudar a mis compañeras, al final fue otro fiasco pues ni me ponían a jugar de regular, algo que no entendí y sencillamente, me fui.
¿Y por qué tan joven dijiste adiós al CUBA?
Sencillo: no me sentía a gusto. Yo tenía que explotar mi potencial como jugadora a nivel internacional. Veía compañeras que se retiraban y nadie se acordaba de ellas; eran menos que nada. Me dije: no voy a ser una de ellas. Darle la vida a la selección ¿para qué? Así supe que tenía que irme, jugar en otras ligas y poder sacar mi familia hacia adelante.
Yo quería aprovechar mi talento, mi juventud. No podía seguir viviendo con un salario de 360 pesos. Yo quería reciprocarle a mi mamá lo que ella había hecho por mí, proporcionarle el confort que merece. No tenía de otra ¿vendiendo tabacos o con los $5 que te daban de dieta?
Yo quería aprovechar mi talento, mi juventud. No podía seguir viviendo con un salario de 360 pesos. Yo quería reciprocarle a mi mamá lo que ella había hecho por mí, proporcionarle el confort que merece. No tenía de otra ¿vendiendo tabacos o con los $5 que te daban de dieta?
Cuando pedí la baja yo estaba en mi mejor momento. Había terminado de jugar el Mundial de China como titular. Pepito Ramírez, el DT, no se lo podía creer. Rodaron la bola de que yo me iba con un extranjero y eso fue incierto. Me castigaron cinco años sin poder jugar y cumplí cuatro.
Era una ley que existía que por suerte ya no es así. Al fin, tras cuatro años sancionada pude cumplir mi sueño y fui a jugar al extranjero, a Hungría específicamente. Ahí comenzó mi carrera profesional.
¿Por qué regresaste en 2015?
Yo, en mi tiempo en Cuba, para no perder la forma jugaba la Liga Nacional. Jugadoras como yo no las hay: altas, buen pívot, rápida, tiradora desde el perímetro, ladrona de pelotas, corajuda. Me llamaron en 2015 para que regresara a la selección a jugar el Panamericano y el Preolímpico y de boba acepté dejando a un lado mi contrato en Argentina (en 2014 jugué en Argentina y me habían mantenido el contrato).
Total, jamás se cumplieron los objetivos, pues después de haber comenzado a jugar muy bien en el torneo de China; en Puerto Rico no me ponían en cancha. Creo que eso se debió al compromiso que tenía el DT Alberto Zabala con algunas jugadoras, no mencionaré nombres pero eso es público. Hasta muchachas lesionadas jugaron.
Y créeme Julita, yo no merecía eso. Me fui muy disgustada. Por eso el equipo nacional hoy día está como está ¿cuántas talentosas basquebolistas juegan en el extranjero, por los mismos motivos, o porque los jefes han prescindido de ellas? Los problemas internos cercenan todo lo bueno que aún pudiera existir.
Ahora está Márgaro Pedroso, quien fue mi entrenador en el juvenil y al cual respeto mucho. Mi opinión de él es la mejor, muy respetuoso, exigente, disciplinado. Veremos qué puede hacer.
Y en relación conmigo, te reitero: puedes preguntar en los equipos que yo he estado, ahora mismo en Perú, donde me respetan, me quieren, me tratan como una persona digna, una jugadora que se esfuerza; soy reconocida. Aquí al pan pan y al vino vino. Te pagan por lo que haces en la cancha, simplemente rindo, no he tenido problema con ningún entrenador. ¡Ah! En Cuba no ¿por qué?, porque digo las verdades y no permito que me humillen.
Aparte de esos problemas que han subsistido y que con Márgaro quizás pudieran erradicarse ¿qué le falta al básquet (f) cubano para recobrar posiciones perdidas?
Lo primero es que no tenemos jugadoras altas y las pocas que llegan no cuentan con los recursos para lidiar con un tabloncillo. Llegan sin preparación, con una base deficiente, no saben jugar. Así, crudamente, es la verdad. No quiero menospreciar a nadie pero es la realidad. Por ejemplo, ni jugar de espalda al aro saben. Lo máximo que hacen es defender debajo de los aros pero no son de puntaje.
En los años 90 que yo viví, y antes también aunque no las vi jugar, había competitividad en el básquet cubano. Había dos equipos, A y B, que se batían, subían y bajaban elementos en pos de un mejor resultado. El DT Miguel del Río era un gran observador y valoraba la calidad. Había muchas mujeres altas.
Había respeto, valoración. Yo no podía llegar como juvenil y pararme al lado de una establecida. Había un equipazo. Ahora todo es un desastre, cualquiera está en la selección.
Aquellas Lissette, Yaquelín, la Peca Martínez por citarse sólo tres, ya no están, ni hay ninguna cerca de ellas.
¿Qué opinas si se pudiera formar un CUBA con las jugadoras que están en el exterior?
Puedo afirmarte que apoyarían mucho. Ahora mismo, entre otras, Oyanaisis Gelis, está en Portugal; Arianna Capiró e Isneidis Casanova en Brasil y Yamara Amargo y Anisleidy Galindo, en México.
Mira, me pongo como ejemplo. Yo voy para los 42 años y juego y rindo en cada partido. Pudiera pensarse que la liga peruana no tiene ese nivel, ok, pero a mí me gardean tres y cuatro jugadoras, me tiran golpes, me dan manotazos al balón, tengo que saber cómo evadirlas y tirar de 2 o de 3, según sea el caso.
Soy profesional. Con mis 41 años juego y me gano la vida; en Cuba ya me hubieran retirado por “vieja”.
Otro ejemplo: Yayma Boulet, una gran pívot que la jubilaron por la vista siendo muy joven y, sin embargo, lleva años jugando en México sin problema alguno. Lisdeivis Víctores, otra jugadora alta, pívot, desertó tras el Mundial de China 2002 cuando el director le dijo: “este va a ser tu último viaje” y mírala cómo triunfó en Brasil, donde se juega un baloncesto de primer nivel.
Lissette Castillo, la mejor base de los últimos tiempos, baja por la rodilla y cuántos años jugó la Ardilla en Hungría y España, en la primera división ¿de qué hablamos? No te puedes dar el lujo de prescindir de verdaderas jugadoras cuando no tienes con qué reponer.
Aducen la edad o lesiones. Yo llevo muy bien mis achaques y solo me he operado una vez, de mi rodilla izquierda. En el profesionalismo te cuidan y el deportista lo sabe y se cuida así mismo.
En el profesionalismo te cuidan y el deportista lo sabe y se cuida así mismo
¿Cómo influyó tu familia en la Zuleira deportista? ¿Siempre el básquet?
Mi mamá influyó mucho en que yo jugara básquet. Ella, divorciada, me trajo para la capital y mi papá quedó en Santiago. Buen padre, siempre al tanto de mí, ya fallecido, pero la que me condujo en mi vida fue mami y fue así que empecé a jugar baloncesto con ocho años.
Me vio por la calle una señora y preguntó mi edad pues mi estatura sobresalía. Le dijo a mi mamá que si a mí me gustaban los deportes y ella respondió que hablara conmigo. Y te soy sincera, a mí lo que me gustaba era bailar y cantar. Pero entré a una cancha para probar y en ella llevo más de tres décadas.
¿Pasos por la pirámide; primer entrenador o descubridor?
Esa fue Milagros, quien siempre vislumbró en mí a una basquebolista. Después me entrenó la profe Riverí. Entre ellas dos me ayudaron en mis primeros pasos. Al año, o sea, con nueve entré en la EIDE y ahí mi gran andar hacia el alto rendimiento.
Me empezó a gustar mi deporte y mi progreso fue notorio. Intervine en cinco Juegos Nacionales Escolares. Mi estatura, 1,91 m, me abría posiciones disímiles dentro del tabloncillo pues podía jugar de 3 (delantera) 4 (alero pívot) y de 5 (pívot).
¿Tus principales aptitudes, características: velocidad, fuerza, destreza al bloquear contrarias?
Soy una jugadora rápida, gran vista periférica para jugar de espaldas al aro; leo el juego, o sea, sé situarme acorde a la posición de mi compañera. Yo salí de Cuba en 2006 y era delantera fundamentalmente, aunque al dominar tantos rebotes, oscilaba entre las posiciones 3 y 5. En ligas profesionales me han utilizado más como pívot.
La clásica jugadora habilidosa ¿no?
En efecto. Yo sabía muy bien dónde colocarme, cortar balones, hacer asistencias, defendía bajo el aro y atacaba, sabía adelantarme a la rival. Sí, soy habilidosa, con chispa. Esas cualidades, con la edad, se van perfeccionando. El juego se te hace cómodo ¡ah! y como yo debuté como alera practiqué mucho el tiro de 3 que muy pocos pívots tienen.
¿Cómo y cuándo llegas a la selección nacional y cuándo y en qué evento debutas?
Con 17 años formo parte de la preselección nacional, año 1997, proveniente de la ESPA nacional. Mis credenciales internacionales las obtuve en el Mundial Juvenil efectuado ese año en Cancún, México, mientras había demostrado mi valía en los topes con las escuadras A y B de Cuba (cuando aquello teníamos la suficiente calidad para armar dos buenos conjuntos). Fueron esos enfrentamientos donde el director técnico nacional Miguel del Río me echó el ojo.
¿Principales eventos en los que tomaste parte?
Imagínate, con 12 años asistí al primer Convivio Cuba-Puerto Rico 1992. Intervine en Centroamericano, Panamericano y Mundial, categoría juvenil. Ya de mayores tomé parte en el Centrobásquet, oro; Panamericano, bronce y Mundial del 2002 en China, donde fuimos novenas. Además, disímiles competencias en América, Europa y Asia. Lamento no haber podido participar en la fiesta máxima, los Juegos Olímpicos.
¿Buenos y malos momentos con la selección nacional?
Mira, realmente, en el periodo que viví dentro del alto rendimiento no recuerdo muchas cosas buenas: apariencias, mentiras, trasfondos de los cuales no quiero ni acordarme como cuando desertaron unos jugadores en un Centrobásquet en República Dominicana y nos prohibieron saludar a nuestros compañeros que eligieron otro camino ¿por qué? Todo un sigilo para mantener los puestos ¡en fin, el mar!
En el periodo que viví dentro del alto rendimiento no recuerdo muchas cosas buenas: apariencias, mentiras, trasfondos de los cuales no quiero ni acordarme
A mí siempre me recriminaban por mi carácter impulsivo, pero yo tenía cabeza para pensar, no para meterla en una “burbuja” ideal que distaba muchísimo de la cruda realidad que nos envolvía… ¡y no solo al deporte!
Tú sabes que yo era echada para adelante, me decían Milaydita 2 por Milayda Enríquez que siempre marcó al equipo como la clásica bocona, protestona. Y yo era así, porque mientras hable la verdad no hay quien me cierre la boca; a mí, mis derechos, no me los pisotea nadie.
Averigua mi paso por el profesionalismo. Jamás he recibido una amonestación, un llamado de atención. Se juega y actúa como profesional. No quiere decir que no haya desavenencias, pero hay ética. Nunca fui Milaydita 2 fuera de Cuba.
Zure, yo tuve la oportunidad de compartir con ustedes en Le Temple-sur-Lot en Francia, aquel torneo amistoso previo al Mundial de China 02 y nunca olvidaré la perdida que se dieron tú y Yaquelín Plutín.
Verdad que tú estabas allí. Nada, nos fuimos Plutín y yo a pasear, a conocer y nos dimos una perdida que hasta un cementerio cercano al campus donde nos alojábamos no paramos jajá. Y nosotras no sabíamos francés y aquella gente si no es francés, no habla. Fue algo divertido, pero por poco nos regresan para La Habana. El deporte es algo muy sano; no hay que ponerle trabas ni candados.
Y July ¿tú recuerdas cuando llevábamos los tabacos para vender y era el último día y no habíamos podido salir de ellos? En Brasil, en un tope, nos pasó y alguien de la jefatura nos dijo: "si ganan les doy 'el punto' que se los compre"... y nos comimos la cancha. Date cuenta de que los deportistas cubanos, todos, dependíamos de eso para comprarle alguito a la familia.
Así, ganamos, fuimos al famoso 'punto' que nada más y nada menos, era un casino al cual entramos por la noche. Y todas, vendiendo tabacos a diestra y siniestra en ese lugar. Dime algo. El equipo CUBA íntegro en esa tarea ¡ah!... y “a escondidas”, ya sabes.
Zuleira, una pregunta que se hace reiterativa pero que resulta imprescindible, ¿hacia dónde crees que vaya el deporte cubano, ves algún futuro plausible?
¿A dónde va? ¡No! ¿Dónde está? La estampida de los últimos meses de miles de cubanos, por disímiles vías, hacia la emigración incluye a los deportistas que saben pueden vivir, simplemente vivir, fuera de Cuba y ayudar a sus familias.
No alcanzan los salarios, muchos tienen hijos y quieren un futuro mejor para ellos. No hay otra manera si no emigras. En Cuba, y no estoy hablando nada que no sea cierto, no se puede vivir.
La única forma es emigrar. Verdadero es que los estudios, la preparación deportiva, la atención médica que recibe un deportista de alto rendimiento la aporta el sistema cubano pero después… ¡no puedes vivir, no hay forma de soñar!
Y no es solo vivir en Estados Unidos. Se puede vivir en otra nación, donde no se puede vivir es en Cuba. Las colas, los derrumbes, los baches, la sociedad cada vez más mal educada y triste, la escasez en todos los sentidos, la falta de medicamentos.
Se puede vivir en otra nación, donde no se puede vivir es en Cuba. Las colas, los derrumbes, los baches, la sociedad cada vez más mal educada y triste, la escasez en todos los sentidos, la falta de medicamentos
Yo solo pido a Dios traer a mi mamá para que viva tranquila y con comodidad lo que le resta. Ella me lo dio todo, ahora yo tengo que dárselo a ella, quiero dárselo. Con mi mamá aquí estaría en una mejor posición para tratar de salir embarazada y tener un bebé que nos colme a todos de dicha… No es pedir mucho, ¿verdad?
Zuleira Aties, tras seis años en la selección nacional cubana, ha jugado baloncesto profesional en Hungría, Ecuador, Argentina, Bolivia y Perú y en todos, su equipo ha alcanzado el podio. Buen futuro para esta santiaguera criada en la capital y que supo, oportunamente, encausar su vida por canchas del mundo.
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