Entrevista a basquetbolista cubana Milaida Enríquez

"En 1987 debuté internacionalmente en los Juegos Mundiales Universitarios, realizados en Zagreb, hoy Croacia, y por 17 años me mantuve formando parte del CUBA".

Milaida Enríquez © Facebook / Milaida Enríquez
Milaida Enríquez Foto © Facebook / Milaida Enríquez

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Este artículo es de hace 1 año

La vida te da la oportunidad de conocer a personas disímiles, muchas buenas; otras, no tanto. En el caso de mi entrevistada de hoy les adelanto que es una chica encantadora, sincera a la máxima potencia. Le canta “las 40” a cualquiera y fue 17 años una figura clave en la selección nacional de baloncesto (f) en Cuba: Milaida Enríquez.

Jajajaja… Gracias Julita, tú siempre jugando para el equipo ¿qué voy a contarte? Empiezo por la actualidad: me encuentro trabajando como profesora principal en el combinado deportivo Eladio Cid, más conocido como el Atlético ubicado en la Víbora,10 de octubre, en la capital.


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Yo soy habanera de pura cepa. Nací en este mismo municipio de 10 de octubre, en Lawton, ya hace 54 años.

¡Cómo pasa el tiempo Milo! Éramos tan jóvenes cuando tú encestabas balones y yo reportaba tus hazañas ¿cómo empezaste en este duro bregar de las canchas?

Fui captada por el que sería mi primer entrenador, Ricardo González, ya fallecido. Cuando aquello se hacía un exhaustivo trabajo de búsqueda de talentos y cuando llegó a mi aula preguntó: “¿quién quiere jugar baloncesto?”, a lo que yo respondí levantando la mano. Así comenzó mi odisea por este deporte que tanto disfruté, con el que tanto reí, lloré y me entregué hasta los últimos días de mi carrera.

Empecé ya un poco crecidita porque tenía 12 años y nunca había tenido en mis manos una pelota de baloncesto. Bajo al mando de Ricardo di mis primeros pasos en el combinado deportivo Rafael Conte de mi barriada de Lawton.

Ahí estuve por dos años hasta que pasó una comisión de entrenadores de la ESPA Nacional dirigida por Rigoberto Chávez y Roberto Santiesteban, ambos fallecidos, quienes fueron haciendo captaciones de jugadoras altas para formar una preselección conocida por plan Gigante.

Eso fue en 1984; después de un año de estar ahí, integré el seleccionado nacional juvenil y en 1986 pasé, primero como invitada y después ya como parte de la plantilla, al equipo nacional.

En 1987 debuté internacionalmente en los Juegos Mundiales Universitarios, realizados en Zagreb, hoy Croacia y por 17 años me mantuve formando parte del CUBA.

En el equipo ¿con quiénes te llevabas mejor?

En general con todas, aunque con las que venían conmigo del seleccionado juvenil me relacionaba más: Gertrudis Gómez, Lisset Castillo, Olga Lidia Vigil. También tuve una buena hermandad con María Elena León “la Lupe”, entre otras.

Tú tuviste la gran oportunidad de intervenir en tres Juegos Olímpicos, algo que le ha estado vedado a las muchachas actuales pues nunca alcanzan la clasificación.

Pues sí, lamentablemente ese supremo objetivo de un deportista, participar en unos Juegos Olímpicos, no ha sido posible para el básquet cubano en los últimos cuatrienios.

Recuerdo con gran ilusión mi asistencia a Barcelona 92, Atlanta 96 y Sydney 2000. Por desgracia fuimos descendiendo pues en la cita catalana quedamos cuartas, en la estadounidense, sextas y en la australiana, novenas.

Yo estuve con ustedes en esas tres citas y no olvido cómo nos robaron el bronce en aquella final histórica ante Estados Unidos en los Juegos del 92.

¡Es cierto! Tú estabas allí. En Barcelona el arbitraje estuvo en contra nuestra todo el tiempo. Todavía recuerdo las cinco faltas a Yamilé Martínez mucho antes del pitazo final. A la Peca no la dejaban moverse y como ésa, otras tantas. Todo a favor del elenco norteño. El seleccionado femenino venía de ganar la medalla de bronce en el Mundial de Malasia 90 y era favorito al podio olímpico. Eso era una gran verdad

También interviniste en tres Campeonatos del Mundo, dos Juegos Panamericanos y dos Centrocaribes así como en los muy prestigiosos torneos de Las Américas que servían para clasificar a los Juegos Olímpicos y los Campeonatos Mundiales.

Así es: Mundiales de Australia 1994, que quedamos sextas; Alemania 1998, séptimas y China 2002, novenas. El nivel del básquet en el planeta seguía subiendo, más países incorporaron a las mujeres en su básquet, la preparación y los topes del resto de las naciones se incrementaron y… ¡nosotras nos fuimos quedando a la zaga!

Y el ejemplo más palpable es el cuarto lugar en los recién celebrados Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador así como el no obtener los boletos continentales ni olímpicos en las últimas versiones.

Muy rica tu experiencia. Debes tener cientos de anécdotas como cuando el DT Miguel del Río las puso de castigo en aquel frío lobby en Polonia y yo bajé y las ví. Las carcajadas llegaban lejos ¿recuerdas?

Jajajaja. Sí; contra… ¡y había frío de verdad! Y tú también estabas en la semifinal de La Habana 91, cuando le ganamos a Estados Unidos. Dirigía el Gallego, Manuel Pérez y se lesiona Yamilé Martínez. Me toca debutar como regular ¡qué juegazo metí! 14 puntos, gardié a la pivot Katrina McClain y no la dejé hacer su labor. A partir de ahí me gané un puesto en el quinteto abridor. El Gallego me dijo: “tú eres la mía”.

¿Y qué me dices de cuando “dirigiste” el juego contra las húngaras en los Olímpicos de Atlanta 96?

Muchacha, no sé qué me dio y en medio de la cancha grito: “¡ZONA!” y el equipo fue otro. Nos lanzamos contra las magyares y las derrotamos. Salimos muy contentas y en el vestidor, muy serio, me llama el DT Miguel del Río y me dice: “Oye, no lo vuelvas a hacer; aquí el director soy yo”.

¿Y qué hiciste?

Con todo el respeto del mundo, reírmele en la cara. Aquello me había salido del alma, por mi experiencia, supe que nos iba mejor con una defensa por zona que una a presión cuerpo a cuerpo. Jajajaja. Después nos reímos todos.

Milo ¿y qué me dices de nuestra “bronca” en Beijing porque ustedes querían ir a “pacotillar” a las Naves Azules y yo a la Muralla China?

Oye, aquello fue apoteósico. Tú, con tu Muralla, que al final ganaste y llegamos cuando ya iban a cerrar. Quedé realmente impresionada de su grandeza. Después de todo hubo que agradecerte tu empeño en que mejoráramos nuestra cultura jajajaja ¡qué show!

Tú estuviste en el oro panamericano de Winnipeg y en los primeros lugares de los Centrocaribes de Ponce 93 y Maracaibo 97 ¿qué experimentas ahora que no logran los resultados de antaño las actuales jugadoras del CUBA?

¡Uff! Difícil. Hay que hacer un análisis de por qué pasan las cosas. Ya te adelanté algo antes. Por ejemplo, la estatura. Mira qué cosa más sencilla pero que tanto influye en el baloncesto moderno. La mayoría de las niñas altas cubanas eligen el voleibol no el básquet.

Mi generación fue de jugadoras altas, las más altas que han desfilado por el equipo nacional. Pero, por supuesto, no es solo la talla. Otros factores a considerar son carecer de una adecuada preparación para enfrentar todos los eventos competitivos, no poseer la alimentación necesaria, el empeoramiento de las condiciones de las canchas, su deterioro paulatino. Es imprescindible el descanso requerido, justo para soportar las duras cargas de entrenamiento. La medicina debe contar con los recursos que poseen todos los deportistas en el mundo.

También es necesario la preparación de los técnicos, que se pueda hacer el fogueo internacional, topar con contrarias, lo que es prácticamente inexistente ¡son muchos requerimientos! Las basquetbolistas pierden el interés, no hay motivación.

Te pongo mi ejemplo. Después de haber ganado 12 Campeonatos Nacionales con la escuadra de la capital no recibí el menor reconocimiento por parte de la Dirección de Deportes en la provincia. Me retiraron en Ciego de Ávila a raíz de la celebración de los Juegos del Alba allí; agradecida de los avileños que me aplaudieron, pero mi gente ¿qué? Así es todo, la desmotivación conduce al fracaso ¿o no?

Cuéntame algo de los Torneos de las Américas.

Yo tomé parte en el pre Mundial de las Américas clasificatorio para el Campeonato del Orbe del 94 y quedamos cuartas; en el Preolímpico de Hamilton, Canadá previo a Atlanta 96, ganamos bronce; en el de La Habana que daba el boleto a Sydney 2000, nos coronamos campeonas en espectacular partido ante las brasileñas y en el de Brasil, clasificatorio para el Mundial de China 2002, ocupamos el segundo lugar.

¿Cuál recuerdas con mayor emoción?

El de La Habana, claro. Aquella Ciudad Deportiva repleta, apoyándonos. Superar a verdaderas estrellas de las cestas como Hortencia Marcari, Janet dos Santos, Marta de Souza y Paula Goncalves no se hacía todos los días.

¿Alguna de las muchachas de la actual selección te impresiona?

De las jugadoras actuales que más prometen, a pesar de que hay que seguir trabajando con ellas para que sigan superando su nivel de juego y la madurez dentro de la cancha, veo con perspectivas a Isabela Jourdain, Naomis Vargas, Bexy Claro y Alianis Armenteros, entre otras.

¿Resulta buena la contratación en el extranjero?

Claro está. Para mí es bueno que jueguen en un club extranjero; eso les abre una visión de cómo está jugando el mundo además de las mejores condiciones que poseen fuera de aquí.

Hablando de técnicos ¿con cuál te has sentido mejor?

Con el Gallego Pérez. Él depositó en mí su confianza y reunió toda la paciencia del mundo ya que tú sabes que yo no era fácil jajaja; él me hizo crecer y hacerme la mujer que soy hoy.

Sé que no tienes hijos.

Dios no me dio la posibilidad de procrear una familia pero tengo 8 hermanos y alrededor de 13 sobrinos; sin contar los hijos de éstos ¿qué más familia puedo tener? Me vuelven loca… jajaja.

Si fueras llamada a dirigir o integrar el cuerpo de dirección del seleccionado femenino de baloncesto ¿aceptarías?

Mira, antes de darte mi respuesta te cuento que antes de la terrible pandemia de la covid yo estuve dos años junto a Márgaro Pedroso, actual director técnico del equipo, dirigiendo a las muchachas. Fue algo que me motivó pues desde Bárbara Bécquer ninguna mujer había integrado el colectivo de entrenadores. Quiero evidenciar mi agradecimiento hacia Márgaro y hacia las chicas.

Sin embargo, ahora respondo tu pregunta, mi respuesta es NO. Ya yo no soy la misma, incluso tengo problemas de salud; la situación del básquet y el deporte en general no es la misma así como la del país tampoco.

Yo quiero, necesito tranquilidad; vivir en paz. Yo puedo dar una opinión, ofrecer una consulta pero hasta ahí. De veras, no puedo. Le deseo lo mejor al equipo y que puedan retomar los senderos de éxitos que vivimos mis compañeras y yo y las jugadoras que nos antecedieron.

Mucho se puede hablar con Milaida Enríquez, quien se retiró del deporte activo en 2003 a los 35 años, después de dar toda su juventud al seleccionado cubano de baloncesto, jugando las posiciones de alera pivot y pivot, cogiendo cuanto rebote estuviera a su alcance.

Temple, coraje, estar arriba de la “caliente” caracterizaba a Milo, una profesional digna y admirada por los amantes del deporte de las cestas en Cuba.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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