El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y sus ministros saben lo que hay que hacer para estabilizar la economía, pero “esas cosas necesitan divisas para hacerse”, y no la tienen.
Así explicó este lunes a los ciudadanos “la situación que hay ahora mismo” en Cuba, entrevistado para la Mesa Redonda por su “hermana del alma”, la periodista Arleen Rodríguez Derivet.
Con ese argumento, el Doctor Díaz-Canel podría ser postulado al Nobel de economía, una ciencia donde se han desarrollado y aplicado modelos dinámicos para el análisis de los procesos económicos, o se han estudiado las relaciones causales, pero en la que todavía no se ha descubierto “el agua tibia”.
Dijo Díaz-Canel que ellos saben, pero que no tienen. Siguiendo su lógica, un alumno podría decir que sabía la respuesta del examen, pero que no tenía lápiz para escribirla. Pero así está la situación en Cuba: un pueblo sometido al gobierno de los que saben, pero…
Pero Díaz-Canel dijo que escucha al pueblo, que escucha a los economistas, a los expertos, a Pánfilo y a Mahoma, pero… “la estabilización macroeconómica necesita divisas para hacerse y eso es lo que hoy no tenemos”.
Hay quienes proponen ampliar el mercado cambiario, pero ¿con qué divisas?, se preguntó el primer secretario del Partido Comunista de Cuba.
“Para cambiar tengo que tener divisas. Y hoy las divisas nos está dando para comprar un poco de combustible que no alcanza... y fraccionadamente la canasta [básica] y otros insumos que son necesarios para mantener la vitalidad de lo fundamental de la población”.
¿Quedó claro? El régimen no tiene divisas, solo las mínimas que destina a comprar combustible (más el que le regalan) y así poder dar algunas horas de luz a la población; o para también darle algunas calorías para que no muera de hambre: cinco huevos al mes, pan cada tres días (con menos harina), o sirope en sustitución de leche.
Para eso es la poca divisa que tiene el régimen... y para construir hoteles, comprar autos de renta turística, patrullas o material antidisturbios. No hay más; pueden mirar debajo de la cama de Díaz-Canel y Lis Cuesta, que solo verán los micrófonos de Alejandro Castro y poco más.
En estos momentos críticos, de qué sirve aumentar los salarios, razonó el gobernante. De nada, porque no hay producción ni equilibrio entre oferta y demanda, por lo que en tres meses estaríamos en la misma situación.
“Entonces, hay cosas que tenemos la convicción de que hay que hacerlas. Y hay que hacerlas, o gradual, o esperar a otro momento para hacerlas, porque hay que hacerlas de manera conjugada con otras medidas”.
Así está la situación en Cuba.
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