Los niños de siete a trece años toman sirope en vez de leche en Baracoa, Guantánamo, debido a la falta de esta y del yogur que el Estado cubano vende de manera racionada a los menores comprendidos en ese rango de edad.
Así lo reconoció la emisora oficialista Solvisión en un reportaje en el que abordó el compromiso de los trabajadores de la Empresa de Bebidas y Refrescos (EMBER) de Baracoa para producir el sustituto de los lácteos deficitarios.
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“Los niños no deben preocuparse por eso, porque el sirope se va a hacer llegar. Igual que los niños que cogen la Lactosoy, que se les va a hacer llegar dos litros de sirope por consumidor”, aseguró Alexis Matos Caballero, Jefe de Planta de la EMBER baracoesa.
La presión es grande sobre sus trabajadores, que, sin ser los responsables de la grave situación, están comprometidos a producir los 3,000 pomos de sirope diarios destinados a ese “sector poblacional prioritario” que son los niños de siete a trece años, incluidos los que tiene prescrito Lactosoy.
“Si no hay corriente, corremos el horario de trabajo y buscamos alternativas. Y como todo es manual, muchas veces seguimos… Eso nos obliga a un esfuerzo un poquito mayor para cumplir con la tarea que se nos ha dado en este momento”, dijo la trabajadora Juliana Labañino Castañeda.
En medio de una “compleja coyuntura económica”, según el canal oficialista de televisión, “se asegura la materia prima para que no falte el producto”.
“Viene siendo el mismo sirope, lo que, por sustituciones de la azúcar blanca, hemos tenido que utilizar azúcar parda, la cual nos da una durabilidad de siete días nada más”, precisó Matos Caballero a Solvisión.
Sin embargo, la difícil “coyuntura” no impide que la EMBER de Baracoa mantenga su producción habitual de vino, ron, vinagre y aguardiente, los cuales, según su director, permanecen a la venta en el punto Flor Crombet, como pudieron comprobar las cámaras de la televisora guantanamera.
“¡Hay que producir más leche! El objetivo principal es producir más leche para asegurar la que necesitan en primer lugar nuestros niños –estamos hablando de un alimento fundamentalmente de niños, y de enfermos; con eso no se puede jugar tampoco– incluso sin renunciar a la perspectiva de que otras personas puedan recibirlo en el futuro”.
“Hay que borrarse de la mente eso de 'hasta los siete años'. Llevamos 50 años diciendo que 'hasta los siete años'. Hay que producir leche para que se la tome todo el que quiera tomarse un vaso de leche. Y hay tierra para producirlo”, dijo el dictador Raúl Castro en 2007.
Los niños que hoy comprenden la edad de siete a trece años, entonces no habían nacido. Sus padres sí: fueron esos niños que tomaron leche "hasta los siete años". Y sus abuelos, porque “llevamos 50 años diciendo que hasta los siete años”.
Los niños no deben preocuparse por eso, como dice el Jefe de Planta de la EMBER de Baracoa. Hay sirope para ellos.
Sus padres y abuelos son los que quizás se estén preguntando si la “continuidad” significa otros “cincuenta años” con niños alimentándose con ese sirope de azúcar parda.
La escasez de leche es uno de los dramas alimentarios que han marcado la realidad de los cubanos en las últimas décadas. El panorama se ha agravado al punto de que muchas familias crían a sus hijos sin ese y otros alimentos.
El problema con el abastecimiento de la leche en polvo se ha vuelto crítico desde septiembre de 2021. El gobierno cubano alega como causa el embargo estadounidense y dificultades con la importación por la falta de disponibilidad de financiamiento y de buques para hacer la travesía desde los lugares de importación; algo que extrañamente no sucede con el pollo que compran en el país que supuestamente les "bloquea", y que desmiente con datos la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
El régimen añade que ha tenido que buscar nuevos mercados, que no son los habituales, para satisfacer esa demanda. Argumentan que compran la leche en polvo donde se les presenta la oportunidad, siempre en función del financiamiento, del flete de barcos y de otros impedimentos que curiosamente no afectan a la construcción de hoteles.
En los últimos meses, la escasez de la leche en polvo normada ha disparado el precio de ese alimento en el mercado negro, llegando a alcanzar hasta los 2 mil pesos en abril último.
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