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El representante de Cárdenas en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Elián González Brotons, afirmó que le duelen los apagones en Cuba, pero pidió no acusar al gobierno.
Entrevistado en exclusiva por la agencia Associated Press (AP), González Brotons aseguró que no vive en una cápsula y que padece y le duelen las mismas dificultades que los cubanos de a pie, desde los problemas de transporte hasta el desabastecimiento y los apagones.
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Pero el diputado cardenense exoneró al gobierno cubano de cualquier responsabilidad por estos problemas, acusando de ello al chivo expiatorio predilecto del régimen: “el bloqueo”.
“¿Es culpa de mi gobierno o es culpa de alguien más? ¿Quién está haciendo que a Cuba no llegue en tiempo, en lugar y hora lo que tiene que llegar?”, se preguntó el joven, llamando irresponsable e insensatos a quienes no entienden el punto de vista oficial, que él comparte.
Para González Brotons, el derecho a la manifestación es universal, “pero creo que siempre hay que tener la cabeza bien puesta en su sitio y pensar por qué suceden las cosas antes de salir a manifestarse”, expresó.
Según su parecer, las decenas de miles que salieron a manifestarse durante las históricas protestas del 11J, estaban en su derecho de hacerlo, pero fueron todos unos irresponsables y manipulados que no se pararon a reflexionar que los apagones, el hambre y la desesperación de los cubanos es culpa del embargo de Estados Unidos.
Esa equivocación y falta de sensatez fueron las que provocaron la represión desatada por el régimen, según González Brotons. Si el estallido del 11 de julio provocó más de 1,000 presos políticos, juicios sumarios, largas condenas, golpizas, amenazas y otras manifestaciones propias de un Estado de terror, no fue por la naturaleza dictatorial del régimen del cual es representante político, sino por culpa de cubanos confundidos y mentalmente perezosos.
“Confío en el modelo cubano y en lo que se ha tratado de construir, que no es lo que tenemos. Nos queda mucho por hacer”, expresó, rechazando la idea de que Cuba adopte el modelo capitalista, porque, al ser “un país pequeño y de pocos recursos”, el capitalismo cubano “sería más parecido al de Haití que al de Estados Unidos”.
González Brotons consideró que “sería un hipócrita si le doy la espalda a mi pueblo”. El famoso “niño balsero” siente la presión de la historia en su vida y decisiones actuales. Modelado por la retórica castrista y la maquinaria propagandística del régimen cubano, el joven de 29 años es un triste ejemplo de adoctrinamiento a ultranza y del desprecio a la familia y los individuos del dictador Fidel Castro.
“Creo que desde Cuba podemos hacer mucho para que tengamos un país más sólido y yo se lo debo a los cubanos, a todos los que lucharon por mí, los que estuvieron con mi padre y eso es lo que voy a intentar hacer ahora desde mi puesto”, afirmó.
En noviembre de 1999, Elizabeth Brotons se lanzó al mar con su hijo de cinco años y otras nueve personas. Todas murieron, menos el pequeño Elián, que sobrevivió amarrado a una cámara de neumático y fue rescatado tras permanecer varios días a la deriva en el mar, sin apenas estragos ni insolación alguna.
A partir de entonces se desencadenaría una de las más gigantescas campañas internacionales del régimen cubano, impulsada por el propio Castro para traer de vuelta al menor de edad, objetivo que consiguió manipulando al padre de Elián, Juan Miguel González, y a decenas de miles de ciudadanos que desfilaron y se manifestaron por el regreso del niño.
“No haber tenido a mi mamá ha sido difícil, ha sido un lastre, pero no ha sido un obstáculo cuando he tenido un padre que ha sabido dar el frente y estar a mi lado”, aseguró González Brotons a la citada agencia.
A pesar de sufrir apagones, escasez y demás problemas comunes a los cubanos -según afirmó-, el joven aceptó ser diputado a la ANPP porque tiene “un compromiso, una responsabilidad con este pueblo”.
“Hubiese sido mucho más fácil irme y vivir mejor, tal vez hubiese vivido mejor... hubiese sido más fácil, pero no creo que hubiese sido lo correcto porque viendo tantas cosas buenas que hay aquí para salvar yo creo que lo mejor fue quedarme y luchar”, aseguró.
De vuelta en Cuba, González Brotons fue apadrinado por el mismísimo dictador, quien vio en el niño una especie de talismán que utilizó a su antojo. Educado y adoctrinado en una burbuja creada por el poder, el joven estudió para cadete militar y luego para ingeniero industrial. Ahora trabaja en Gaviota y considera que haber crecido en Cuba “como otros jóvenes” es lo más importante que le ha sucedido en la vida.
“Respeto a todo el que tomó la decisión de marcharse de Cuba. Respeto a los que hoy lo hacen como mi respeto siempre estará para mi mamá”, manifestó el joven antes de enviar un mensaje a los emigrados cubanos, pidiéndoles que contribuyan a “levantar esas sanciones” y que puedan algún día “regresar con sus familias que, yo creo, es al final el anhelo de todos los cubanos”.
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