El sacerdote Alberto Reyes, de la diócesis de Camagüey y fuerte crítico del régimen cubano, afirmó que por primera vez vio niños cubanos durmiendo en cartones.
En entrevista concedida a la televisora católica EWTN Español, el párroco, sensible a los problemas de las personas más vulnerables en el país, denunció que el hecho ocurrió en el municipio guantanamero de Maisí.
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“Cuando yo veo la televisión y me venden ese mundo ideal donde todos los niños en Cuba son felices y después en Maisí me pasa esto, y veo niños que no quieren ir a la escuela porque tienen que levantarse de madrugada, porque tienen que caminar cinco kilómetros para ir a la escuela… (SUSPIRA) No puedo”, dijo visiblemente emocionado quien es además uno de los mayores defensores de las libertades religiosas en el país.
Reyes, quien ha convertido su perfil en Facebook en tribuna de denuncia de los mecanismos de represión del estado, afirmó que las personas en Cuba están pasando hambre.
“Lo que más me duele de esta Cuba es la desesperanza. Es decir, la gente siente que no puede hacer nada, la gente siente que está maniatada, la gente tiene mucho miedo, también porque las veces que este pueblo se ha levantado para decir ‘quiero libertad, quiero otro sistema’, los han callado a golpes y a cárcel”, dijo al noticiero de EWTN.
En ocasiones anteriores, el padre Reyes ha descrito la miseria que rodea a las personas que viven en la isla, donde el salario de los trabajadores y las pensiones de los jubilados no alcanzan, y quienes no tienen ayuda del exterior padecen numerosas dificultades.
Refiriéndose a los acontecimientos del 11 de julio de 2021, y los posteriores hechos represivos del régimen, el párroco afirmó que esa fue la gran voz del pueblo: “No queremos este sistema, este proceso llamado revolución cubana no lo queremos”.
“Por eso las calles llenas de policías, por eso todo lo que pasó el 15 de noviembre que el país amaneció militarizado cuando este pueblo dijo ‘ah, pues vamos a salir pacíficamente’”, añadió. “Si tan seguro estás que este pueblo te ama, por qué no lo dejas expresarse públicamente. Déjennos ser un pueblo libre y déjennos ser un pueblo próspero, porque no hay derecho a mantener a este pueblo en la miseria que está y en la falta de horizontes en que está”.
El sacerdote Reyes ha ganado amigos y enemigos por contar la realidad que se vive en el país. Es el párroco de Esmeralda, pueblo de Camagüey, donde ha sido testigo y denunciante de la miseria, tristeza y carencias de los moradores.
Por eso, ha sufrido en carne propia los actos de repudio, consecuencia de ser una voz en un país donde existe un sistema con experiencia silenciando personas.
“Un acto de repudio es lo más bajo a lo que se puede llevar a una sociedad, que es convocar a un grupo de personas, para que vayan frente a tu casa y te griten, te ofendan, en algunos casos te tiren piedras, palos, en los 80 tiraban huevos, ahora no porque no hay ni para comer”, declaró el sacerdote. “Es un acto de odio. Es un acto popular de odio público, con lo triste de que personas que están allí, poco tiempo después emigran”.
Reyes ha recibido múltiples amenazas, pero lo mueve el ideal de estar “haciendo lo que siento tengo que hacer”. En su caso, acompañar al pueblo más humilde, denunciar los atropellos y aliviar las secuelas de la carencia.
En 2023 aumentó la pobreza en Cuba, según informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos. La organización no gubernamental reveló que “el 88% de los cubanos vive en pobreza extrema, un 13% más que en 2022”.
Recientemente el sacerdote Reyes denunció que los gobernantes eran conscientes del sufrimiento del pueblo, pero no les importa.
El párroco criticó fuertemente al régimen castrista en un texto compartido en sus redes en el que propone a sus compatriotas la manera de actuar tras constatar que al gobierno no le interesa el sufrimiento del pueblo.
En otro momento, también en sus redes sociales, Reyes dijo que el Estado presume de dadivoso pero en realidad cada vez más sumerge a los cubanos en una vida miserable.
Publicó un texto en el que explica uno de los métodos del régimen para mantenerse en el poder: el paternalismo, que calificó como destructivo y malévolo.
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