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La Iglesia católica cubana está de luto: en horas de la noche de este miércoles falleció monseñor Manuel Hilario de Céspedes García-Menocal, obispo emérito de Matanzas y figura muy querida por las comunidades católicas de Pinar del Río y de toda Cuba.
La noticia fue confirmada por la Diócesis de Pinar del Río a través de una nota publicada en su perfil oficial de Facebook, donde recordaron con emotivas palabras la vida y legado del sacerdote.
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“En horas de la noche de hoy 26 de marzo del 2025, la Iglesia Católica ha recibido la triste noticia de la partida a la Casa del Padre del último de los De Céspedes García-Menocal”, expresó la Diócesis en su comunicado.
“Mons. Manuel Hilario ha marchado junto a Aquel que lo formó y llamó desde siempre para ser pastor de sus ovejas”, subrayó la publicación.
Nacido en La Víbora, La Habana, el 11 de marzo de 1944, Manuel Hilario fue el menor de cinco hermanos y emigró con su familia en 1961 a Puerto Rico, donde estudió Ingeniería Eléctrica antes de ingresar al Seminario San José en Caracas, Venezuela.
Fue ordenado sacerdote el 21 de mayo de 1972 y, en 1984, tras más de dos décadas fuera de la Isla, regresó a Cuba para integrarse plenamente a la vida pastoral.
“Regresaba a Cuba, la Patria donde sus ancestros habían luchado por verla libre, y habían sembrado el mismo amor a las generaciones posteriores”, recordó la Diócesis.
Durante su ministerio, sirvió con entrega en múltiples parroquias rurales y urbanas de Pinar del Río, también fue párroco en Las Minas de Matahambre y Santa Lucía, y posteriormente fundó la parroquia de San Francisco de Asís, en el Reparto Hermanos Cruz.
Desde 1986 también asumió como administrador parroquial del templo de Nuestra Señora de la Caridad.
Su vida estuvo marcada por una profunda cercanía con la gente sencilla, pues era conocido por sentarse antes de la misa en una esquina del templo, dispuesto a escuchar confesiones o tomar nombres de difuntos para incluir en la oración.
Además, visitaba comunidades, acompañaba grupos juveniles, celebraba catequesis, y se sumaba incluso a actividades culturales: “Participaba con ellos en lo que fuera: una convivencia, el encuentro de formación, un concierto de Buena Fe, cantar con ellos ‘Yolanda’, o ‘Probablemente’”.
En 2005, el papa Benedicto XVI lo nombró obispo de Matanzas, servicio que desempeñó hasta su retiro. El retiro se produjo por motivos de salud, atendiendo a la avanzada edad del Obispo Emérito.
También tuvo un papel activo en el histórico Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC) de 1986 y fue asesor de la revista católica Vitral, de la Pastoral Juvenil y canciller de la Curia Diocesana.
Quienes lo conocieron destacan su carácter firme, pero siempre generoso y abierto, ya que era habitual que, ante cualquier pedido, respondiera con su clásica frase: “¿Qué usted desea?”, para luego reorganizar su agenda.
Cuando alguien le agradecía, decía con sencillez: “Para servir a Dios, a la Patria y a usted”.
La comunidad católica lo recuerda como un pastor que hizo de su vida una entrega total: “¿Cómo hablar de la gente sencilla respetando su humildad y sin faltar a la verdad? Los hechos de su vida lo describen”, afirmaron sus compañeros en la nota.
Su labor pastoral transformó a las comunidades donde sirvió pues organizó misiones casa por casa, promovió la participación laical, impulsó los tiempos litúrgicos con profundidad espiritual, y no dejó nunca de llevar la comunión a enfermos o visitar a los más necesitados.
Además, se preocupaba por los presos políticos en Cuba. En 2021, visitó al prisionero político Félix Navarro Rodríguez, presidente del opositor Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, detenido durante las protestas del 11J en Cuba, quien en ese momento estaba en huelga de hambre.
“Hoy damos gracias a Dios por todos los grandes recuerdos que nos dejó a su paso. La amistad y sencillez, la pobreza y el espíritu de sacrificio, la relación íntima con Dios y el amor a la Patria, la alegría y el regaño”, señala el comunicado. “La vida del P. Manolo ha sido un regalo para nosotros”.
Con su muerte, Cuba pierde no solo a un sacerdote ejemplar, sino también al último descendiente de su rama familiar: Manuel Hilario era tataranieto de Carlos Manuel de Céspedes, el iniciador de las guerras de independencia y considerado el Padre de la Patria.
El velorio de monseñor Manuel Hilario de Céspedes se realizó este jueves en la Catedral de San Carlos Borromeo, en la ciudad de Matanzas, donde fieles, sacerdotes y amigos se han reunido para rendirle homenaje y dar gracias por su vida entregada al servicio pastoral.
“Velorio en la Catedral de San Carlos Borromeo en Matanzas, Cuba, de Mons. Manuel Hilario de Céspedes García-Menocal, obispo emérito de Matanzas y hermano de Mons. Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal, últimos descendientes del Padre de la Patria. EPD y brille para él la luz perpetua”, escribió en Facebook el usuario Fernando Suárez, reflejando el sentimiento de respeto y admiración que despierta su figura entre los cubanos dentro y fuera de la Isla.
Un familiar, Julio Héctor Smith García-Menocal, también compartió unas palabras de despedida en redes sociales: “Mi tío, Mons. Manuel Hilario de Céspedes y García Menocal ya está en la casa de Nuestro Padre. Junto a toda la familia”, escribió, en un mensaje de fe que refleja el sentimiento de cercanía y esperanza cristiana que marcó su despedida.
El activista católico Dagoberto Valdés Hernández, también compartió en Facebook un sentido mensaje en homenaje a monseñor Manuel Hilario de Céspedes. “Ha regresado a la Casa del Padre, S.E. Mons. Manuel Hilario de Céspedes y García Menocal, obispo emérito de Matanzas. Nuestro Padre Manolo ha sido un cubano de honda raíz patriótica, un cristiano coherente y profético, un sacerdote ejemplar y un obispo solícito”, escribió.
“Me honra haber trabajado juntos desde 1984 hasta 2005”, afirmó Valdés. “Fue ejemplar en la promoción del laicado, animándonos y permitiéndonos asumir las responsabilidades propias de nuestra vocación y misión. Me llamaba compadre porque fue el padrino de mi hijo Javier. Aprendí mucho de su amor a Cristo, a Cuba y a su Iglesia, unidos sin resquicios, en un solo corazón. Fue un ferviente devoto de la Virgen de la Caridad y del Venerable Padre Félix Varela. Doy gracias por su fecunda vida. Descanse en el regazo de su Padre Dios. Amén”.
Preguntas frecuentes sobre el legado de Monseñor Manuel Hilario y la situación de los ancianos en Cuba
¿Quién fue Monseñor Manuel Hilario de Céspedes García-Menocal?
Monseñor Manuel Hilario de Céspedes García-Menocal fue un obispo emérito de Matanzas, conocido por su dedicación a las comunidades católicas de Pinar del Río y de toda Cuba. Como tataranieto de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, su vida estuvo marcada por un profundo amor a Cuba y su gente. Su legado incluye una activa participación en la vida pastoral del país, donde fundó parroquias, promovió la participación laical y fue una figura querida por su cercanía y entrega al pueblo.
¿Cómo impactó Monseñor Manuel Hilario en las comunidades donde sirvió?
Monseñor Manuel Hilario transformó las comunidades donde sirvió mediante su dedicación y cercanía con la gente. Organizó misiones casa por casa, promovió tiempos litúrgicos con profundidad espiritual y no dejó de llevar la comunión a enfermos o visitar a los más necesitados. Su carácter generoso y abierto le permitió conectar profundamente con las personas, dejándoles un legado de amistad, sencillez y amor a la Patria.
¿Cuál es la situación actual de los ancianos en Cuba?
La situación de los ancianos en Cuba es crítica debido a la crisis económica y la falta de apoyo estatal. Muchos ancianos viven en extrema pobreza, sin acceso a alimentos básicos y enfrentando condiciones precarias de vida. Las iniciativas comunitarias como la de Manuel Jesús en Pinar del Río buscan aliviar esta situación, pero el apoyo estatal sigue siendo insuficiente.
¿Qué acciones han tomado los activistas para ayudar a los ancianos en Cuba?
Activistas como Manuel Jesús y otros en diversas provincias cubanas han organizado repartos de alimentos y donaciones para ancianos vulnerables. Estas iniciativas buscan suplir las necesidades inmediatas de los ancianos desatendidos y promover la solidaridad entre los ciudadanos para mejorar sus condiciones de vida.
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