Kcho expone por tercera vez en El Vaticano

Convertido en embajador de la cultura oficialista del régimen cubano ante la Santa Sede, esta es la tercera exposición de Kcho en el Vaticano.

Un Mundo Nuevo, obra de Kcho © Prensa Latina
Un Mundo Nuevo, obra de Kcho Foto © Prensa Latina

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Este artículo es de hace 1 año

El pintor cubano Alexis Leyva (Kcho) volvió al Palazzo della Cancellería del Vaticano, donde inauguró este sábado la exposición Un Mundo Nuevo, inspirada en el llamado que hizo el papa Francisco a finales de junio frente a 200 artistas internacionales.

“Los seres humanos anhelamos un mundo nuevo que no veremos del todo con nuestros propios ojos, pero lo deseamos, lo buscamos, lo soñamos”, dijo el Sumo Pontífice el pasado 23 de junio.


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Presente entre los 200 invitados del Papa, Kcho encontró en esas palabras el título para su última muestra, que se mantendrá abierta al público en uno de los salones de la majestuosa edificación hasta el 26 de noviembre.

Patrocinada por la Embajada de Cuba ante la Santa Sede y el Dicasterio de Cultura y Educación del Vaticano, la exposición es fruto “de un compromiso que encaja en el surco que ha trazado en el tiempo, donde ha dejado importantes semillas”, según Prensa Latina.

En declaraciones a la agencia oficialista, Kcho consideró que “el mensaje del papa Francisco fue poderoso, iluminador y muy necesario, con una influencia muy positiva frente a los tantos problemas de guerras, hambre y falta de humanidad que afectan al mundo de hoy”.

Convertido en embajador de la cultura oficialista del régimen cubano ante la Santa Sede, esta es la tercera exposición de Kcho en el Vaticano, luego de la realizada en mayo de 2014 (Via Crucis) y la inaugurada en octubre de 2018 (Resurrección).

A estas muestras, habría que añadir la obra Milagro, que recibió el Sumo Pontífice de manos del entonces gobernante Raúl Castro durante su visita a Cuba en septiembre de 2015, en cuyo acto de entrega estuvo presente el polémico artista: Un Jesucristo crucificado en remos que encendió el debate sobre lo inapropiado del obsequio.

Conocido por su cercanía a Fidel Castro en la última etapa de vida del dictador, Kcho llegó a convertirse en su artista fetiche y en una personalidad en la política del régimen totalitario, hasta el punto de ocupar un escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Sin embargo, escándalos que lo asociaban con abusos de menores, violencia machista, drogadicción y morosidad con la Empresa Cuba de Telecomunicaciones (ETECSA), terminaron por apartarlo de los centros de poder del régimen, llegando incluso a pasar una temporada en un retiro médico para tratar su presunta adicción a las drogas duras.

“Siempre he creído que Dios enseñó a pintar a Kcho para que pudiera comunicarse con el resto del mundo, sin tener que apelar a esa especie de dialecto en que la pasión y la prisa convierten sus palabras”, decía en julio de 2014 la periodista oficialista y actual jefa de prensa del Palacio de la Revolución, Arleen Rodríguez Derivet.

Los comunistas creyendo en Dios y los pecadores haciendo de las suyas en su casa: así “avanza” Cuba de manos de la llamada “continuidad”, empeñada en representar al soberano -al pueblo cubano- a través de semejantes personas interpuestas.

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