Desde abril, se exponen seis obras, instalaciones de artistas cubanos, a la entrada del Museo Nacional de Bellas Artes, específicamente en las galerías de la planta baja del edificio. La exposición se titula La Posibilidad Infinita. Pensar la nación, una serie de cinco exposiciones que exploran la historia cubana, la identidad y las ideas que conforman lo cubano.
Entre estas obras se encuentra una de Kcho titulada Regata, de 1993, una instalación de la primera etapa del artista. Está compuesta por pequeñas embarcaciones talladas y algunos fragmentos que simulan los restos que dejaron los emigrantes en su partida durante la llamada Crisis de los Balseros. Al igual que otras obras que lo hicieron mundialmente conocido desde los años noventa, Regata impacta por el discurso de “lo efímero” que se vincula a lo histórico y trascendental.
Regata, escribe la curadora Corina Matamoros, «prefiguró los dolorosos eventos migratorios que estallaron en las costas del país en 1994. Es una lección excepcional de la historia viva», y habla de la precariedad, e indirectamente del anhelo de los cubanos por trascenderla.
Por su parte, el crítico de arte francés Pierre Restany, en un artículo dedicado a Kcho, titulado “Una revelación cubana” se expresó sobre Regata en los siguientes términos: “Fue para mí una revelación inmediata: todo el drama de Cuba era expuesto en esta pequeña 'armada' de patéticos barquitos. La historia ha decidido sobre todo el destino de la isla, su destino migratorio venía expresado en términos precisos y simples, sin la mínima retórica y sin la usual demagogia, en estos minielementos de la vida cotidiana”.
Nacido en Nueva Gerona, en 1970, su papá lo bautizó desde niño con el nombre artístico que todos lo conocemos, pero su verdadero nombre es Alexis Leyva Machado, y fue conocido fuera de Cuba, por importantes galerías de Nueva York, desde que tenía 25 años.
A través de la exposición de creaciones como Regata, y otras incluidas en esta exposición La Posibilidad infinita. Pensar la Nación, el Museo pretende poner a dialogar obras que se han generado en diferentes momentos históricos, producidas por artistas de diversas generaciones, con el propósito de recrear diversos relatos de nación que se construyen a través de superposiciones culturales y como fragmentos dispersos.
La posibilidad infinita. Pensar la nación se desgaja en cinco grandes proyectos: Nada personal, Más allá de la Utopía. Las relecturas de la historia, Isla de Azúcar, El Espejo de los enigmas. Apuntes sobre la cubanidad y Museos interiores.
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