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Ladrones y matarifes no dan tregua en campos de Pinar del Río

El régimen reconoce que la causa está en la compleja situación económica y la baja disponibilidad de alimentos en el país

Sacrificio de ganado © Internet
Sacrificio de ganado Foto © Internet

Los ladrones y matarifes de ganado mayor no dan tregua en los campos de Pinar del Río, donde al cierre del primer trimestre del año se acumularon 2.872 pérdidas, unas 2.183 más que en igual periodo de 2022.

Un reporte del diario local Guerrillero señala que campesinos de San Juan y Martínez han denunciado el robo –incluso– de las yuntas de bueyes que utilizaban para la siembra de tabaco.

Mario Jesús Gómez Marrero, subdelegado para atender la ganadería en el Ministerio de la Agricultura en esa provincia cubana, informó que al cierre del primer trimestre de 2023 ya acumulaban 2,872 pérdidas, lo cual equivale a 2,183 más que en igual periodo del año anterior.

Explicó que nunca antes en la historia de la provincia había existido un alza tan grande en este sentido, y el récord se contabilizó en marzo con 1,054 robos.

La situación se ha agravado desde mediados del año anterior, especialmente el hurto de los animales, con unas 1,798 cabezas más que el año pasado. El sacrificio reporta ya unas 385 por encima de lo reportado en 2022.

Uno de los municipios más afectados en esa provincia es Consolación del Sur con 1,016 cabezas en los tres primeros meses del año, unas 794 más que las de 2022.

El funcionario reconoció que las causas del aumento del delito está en la compleja situación económica y la baja disponibilidad de alimentos en el país.

Señala que los matarifes tienen mercado seguro para las carnes y la población no lo denuncia.

El problema "reside en que no es un delito totalmente repudiado por la población, tiene un mercado seguro en la bolsa negra, incluso antes de matar al animal, y se comercializa casi a domicilio", argumentó.

La situación se extiende a varias provincias del país, especialmente en Las Tunas, Holguín, Ciego de Ávila, Cienfuegos y Matanzas, según denuncias que han trascendido en redes y en medios oficialistas.

Recientemente un campesino tunero dijo que el incremento de matarifes en las zonas rurales deja a los campesino sin poder pegar ojo, despiertos velando a los animales todo el tiempo y a expensas de ser ellos mismo víctimas de los ladrones. Finalmente decidió vender su rebaño.

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