La pionera temba y el alimentador de catibías

Los bobos solemnes siguen acabando con la quinta y con los mangos en Cuba.

Funcionaria del Poder Popular de Guantánamo disfrazada de pionera © Facebook / Idaliena Diaz Casamayor
Funcionaria del Poder Popular de Guantánamo disfrazada de pionera Foto © Facebook / Idaliena Diaz Casamayor

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Este artículo es de hace 1 año

Una iniciativa popular debería recaudar fondos en Cuba para erigir una estatua al pony híbrido productor de catibías, que consistiría en colocar cabeza y cuello empañoletado del ministro Ydael Pérez Brito sobre el diminuto cuerpo de la funcionaria guantanamera en talla pioneril; el monumento al centauro con pañoleta, debería ser móvil y provisto de velas para ahorrar el combustible que no hay y facilitar que los pioneros de toda Cuba puedan ofrecerle ramos de moringa.

Que una mujer adulta cubana pueda vestirse con un uniforme de pionera demuestra que quienes pasan trabajo para alimentarse son muchos cubanos; incluidos miembros de la subguara dominante, y no rozagantes burócratas como el primer ministro Marrero y los primeros secretarios del partido comunista en Artemisa y Guantánamo; que están más repuesticos, desde que se vacunaron con Abdala.


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Un ministro burlándose de cubanos, mencionando la jama en casa de millones de hambreados, es consecuencia de la nefasta política de cuadros que premia la incapacidad guatacona y se empina sobre la genialidad de hacer más con menos, que ha metido a la casta verde oliva y enguayaberada en una fase guayabera de una, dos, tres muchas mentiras, como la del ministro de la Agricultura diciendo que otros gobiernos también pasan trabajo para alimentar al pueblo; quizá por eso Viet Nam, que quedó arrasado por una guerra estadounidense de exterminio, deba suministrar arroz y enseñar a cosechar café a los tardocastristas.

Eficaces productores vietnamitas y solidarios emigrados cubanos son muletas del continuismo vacuo; incapaz de producir pescado en una isla, aunque conserva intacta su capacidad de generar hambre, desamor y fantasía; mucha ventolera en esas cabezas entrenadas para apagones y la sustitución de importaciones con harina de yuca; de la que no faltarán vibrantes bardos, ponderando sus cualidades alimenticias para pioneras tembonas y ministros descerebrados.

Díaz-Canel avisó, estos corrientazos nos sirven para movilizarnos y los cubanos le tomaron la palabra el 11J; lástima que los electroshock estén en falta por culpa del imperialismo y el presidente aparezca extasiado ante una granja de cerdos, rellena la noche antes con puerquitos prestados, para que salga rechoncha en la televisión, y exclame: Esto es la constatación que sí se puede, como dijo el compañero Raúl; y luego se marcha en su BMW blindado a hacer pesas y a nadar en su palacete de Miramar; para seguir pensando en cómo trabajar mucho y bien por el bienestar del pueblo; que es su meta infinita, o sea, cuanto más se acerca a ella, más se alejan el bisté con papas fritas y el granizado; esos rezagos pequeño burgueses, que desprecian las bondades nutritivas de la calabaza cederista y el pan con na'.

Un gobierno cazuelero amarga la vida de millones de personas, a los que subestima mintiéndoles constantemente y provocando esperpentos como el de una mujer adulta disfrazada de pionera y un ministro infantiloide hablando de gobiernos ajenos, cuando no consigue ni poner boniato a precio asequible en la mesa cubana, que tampoco tiene mantel ni luz porque el imperialismo es muy malo; aunque sigamos sin saber lo bueno que son Díaz-Canel y su pelotón de fusilamientos.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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