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Un reportaje de la televisión oficialista en La Habana mostró las insatisfacciones de la población con la venta de productos controlados en moneda nacional, luego de que el gobierno adoptara un nuevo sistema de comercialización en las tiendas CIMEX y Caribe.
Aunque supuestamente el objetivo era eliminar las colas y garantizar el acceso de todos los núcleos familiares a los productos al menos una vez al mes, siguen los problemas, como sucedió esta semana en una tienda en el municipio Cerro, donde una multitud comenzó a gritar a coro: "¡Queremos el pollo! ¡Queremos el pollo!".
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El periodista Lázaro Manuel Alonso conversó con una usuaria, identificada como Milagros Domínguez, quien relató que iba una persona y daba una orientación, y luego llegaba otra y decía una cosa diferente.
"Entonces nos tenían..., no sabíamos qué íbamos a hacer", dijo.
El hecho, según Yamilet Álvarez Tejo, jefa del departamento comercial de la cadena Tiendas Caribe, fue responsabilidad del gobierno, que es el que debe organizar la asistencia de los clientes los días que les toca comprar.
Varios residentes en Diez de Octubre criticaron la inestabilidad en los surtidos y la diferencia entre las tiendas, unas abastecidas y otras casi vacías, algo que los administradores achacaron a la falta de equipos de refrigeración en los comercios.
"Aquí los productos vienen gota a gota: viene uno hoy, después a la otra semana viene lo otro, a los tres días... Hoy está surtido esto, no sé que pasó, no sé si es que lo estaban esperando a usted...", le dijo una anciana al reportero.
"Si a dos cuadras hay una tienda que está abastecida la semana completa, y dos cuadras hacia abajo también, ¿por qué aquí no tenemos las mismas condiciones", cuestionó otra usuaria.
El abastecimiento incompleto de los cinco productos a los que los cubanos tienen derecho una vez al mes, los obliga a acudir varias veces a la tienda.
"Como hoy viene el pollo, mañana viene el picadillo, dentro de cuatro días viene el detergente, que son los básicos, cada vez que me toca algo de lo básico que no he adquirido tengo que venir y choca con las personas que están comprando que les toca ese día", afirmó Barbara William.
En respuesta, los directivos aseguran que la inestabilidad en los surtidos se debe a la falta de financiamiento para su adquisición.
A principios de mes, las autoridades de La Habana eliminaron los grupos de lucha contra coleros (LCC), personas que supuestamente debían organizar las colas para comprar alimentos controlados y evitar que estos fueran a parar a manos de los revendedores.
Ante el fracaso de esta modalidad de control estatal, el gobierno anunció un nuevo sistema para la venta de cinco productos (pollo, picadillo, salchicha, aceite y detergente), que se comercializan de forma controlada en la tienda asignada al cliente según donde resida, a través de la libreta de abastecimiento.
El gobierno tuvo que admitir que los LCC no eran capaces de enfrentar a coleros, revendedores y acaparadores, pues muchos fueron denunciados por actos de corrupción, por lo que decidió desactivarlos.
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