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Una inmensa cola para comprar pollo en La Habana terminó con la presencia de la Policía y la gente gritando a coro: "¡Queremos el pollo!".
El hecho ocurrió el miércoles en la tienda TRD situada en la Calzada de Vento y la Avenida de Acosta, en el reparto Casino Deportivo, en el municipio Cerro.
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El periodista Daniel Benítez, radicado en Miami, compartió un breve video del suceso en el que se ve a una multitud que querían el pollo, sin aclarar si el motivo es que la venta no se había iniciado o se había suspendido.
"'Queremos el pollo, queremos el pollo'. Y mientras tanto la Navidad en Cuba es una inmensa cola para el pollo, los que pueden. (...) No lo dudes: Cuba es un estado fallido, una dictadura", dijo en su muro de Facebook.
El escándalo fue tal que el semanario oficialista Tribuna se refirió a él en sus páginas.
Según el reporte, una gran aglomeración acudió para adquirir sus productos por la nueva forma de distribución, pero no pudieron hacerlo porque los cambios de numeración se hicieron sin que los anteriores hubieran comprado los suyos.
"Mala información, desorden, disgusto, etc, ocurrió en el lugar. Mala distribución y organización de la cola, cambios de numeración sin que los anteriores hubieran adquirido sus productos, etc. llevaron a este lamentable hecho", recalcó.
La publicación cuestionó a la administración del lugar por no cumplir desde el principio con lo establecido, lo que provocó un gran malestar de la población.
"Lo que se suponía una mejora se ha vuelto una pesadilla. Cómo es posible que las autoridades responsables de velar por el orden y control no abordaran a tiempo esto, para que no llegara a ocurrir tan lamentable suceso", señaló el artículo.
Al lugar tuvo que ir el intendente del municipio para conversar con la gente.
A principios de mes, las autoridades de La Habana eliminaron los grupos de lucha contra coleros (LCC), personas que supuestamente debían organizar las colas para comprar alimentos controlados y evitar que estos fueran a parar a manos de los revendedores.
Ante el fracaso de esta modalidad de control estatal, el gobierno anunció un nuevo sistema para la venta en moneda nacional de productos liberados de alta demanda que se comercializan en las tiendas CIMEX y Caribe.
Los cinco renglones controlados (pollo, picadillo, salchicha, aceite y detergente), se venden en un determinado periodo, en la tienda asignada según donde resida el cliente, y se apunta en la libreta de abastecimiento.
El gobierno tuvo que admitir que los LCC no fueron capaces de enfrentar a coleros, revendedores y acaparadores, por lo que decidió desactivarlos y adoptar otra forma de comercialización, para que los productos lleguen a todos los núcleos vinculados a las tiendas en el ciclo definido, y que exista un control sobre las entregas.
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