El Gobierno cubano redujo a la mitad su predicción de crecimiento económico para 2022, un hecho que coincide con la imposibilidad de cumplir sus metas en el sector turístico.
El presidente de la Cámara de Comercio, Antonio Carricarte, afirmó el lunes que este año se espera un crecimiento de apenas 2.0%, la mitad de la predicción oficial anterior del 4.0%, informó Reuters. Ya la cifra anterior era baja si la comparamos con la proyección de 2021, cuando el gobierno dijo que esperaba un crecimiento de 6.0% en 2022.
"Esa es la estimación, basada en el aumento del turismo este año. (...) Son tiempos difíciles, pero esperamos cumplir ese objetivo", explicó el directivo en el contexto de la Feria Internacional de Comercio e Inversión de La Habana.
Tal pronóstico coincide con el de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que estimó un crecimiento económico para Cuba de 2,0 % en 2022, y adelantó que para 2023 la proyección es aún más baja, de 1,8 %.
Ese organismo ha ido ajustando a la baja sus pronósticos sobre la isla desde el pasado año: en septiembre de 2021 indicó que Cuba crecería 4.1% durante 2022; pero para abril había ajustado la cifra a 3.4%, y finalmente dijo en su último informe que al cierre de diciembre el PIB habrá crecido solamente 2.0%.
En esas cifras incide el comportamiento de la actividad turística. Si bien a inicios de año el régimen había previsto que al país llegarían 2.5 millones de turistas, en octubre bajó sus previsiones y dijo que recibiría 1,7 millones antes de finalizar diciembre.
El contexto cubano se ve agravado, además, por una crisis energética severa que afecta a las empresas y a todas las ramas de la economía, sin contar los daños a la población, que ha debido tomar las calles en protesta.
La ineficiente economía, la escasez, la falta de alimentos, los apagones, la crisis del transporte, el aumento de la represión y la inexistente perspectiva de que esa situación mejore, abonan la peor crisis migratoria cubana de la historia.
En declaraciones a Reuters un empresario europeo dijo que alcanzar la meta de 2.0% es incluso optimista, pues no ve "ningún crecimiento económico, sino todo lo contrario. Tal vez el repunte se debió a la apertura de la educación después de la pandemia", expresó.
Los pronósticos de la CEPAL y los nuevos vaticinios del propio régimen son apenas un indicativo de las dificultades que tendrá la economía cubana para encaminarse, cuando el Gobierno ha anunciado que la crisis energética se prolongará, con la salida de su principal termoeléctrica por varios meses y las continuas averías de las restantes en el país.
El ministro de Economía, Alejandro Gil, dijo el pasado año que para recuperar la economía, el gobierno debe mantener bajo control la inflación y los precios en el sector estatal y no estatal; incentivar la generación de nuevos empleos fundamentales en la actividad productiva mediante el desarrollo local; priorizar la recuperación del turismo, e incrementar las ventas de las entidades nacionales a la Zona Especial del Mariel, aún muy por debajo de las necesidades.
Pero lo cierto es que ninguno de estos objetivos se ha cumplido. La inflación sigue a ritmo creciente en Cuba, con precios estatales y privados por las nubes: Cuba presenta la segunda inflación más alta a nivel mundial.
Asimismo, el éxodo y la falta de recursos afecta la creación de nuevos empleos en un país donde la actividad productiva tiene severas afectaciones a nivel nacional, por causas como la crisis energética nacional, que obliga a miles de trabajadores a permanecer en sus casas por falta de fluido eléctrico en sus centros laborales.
En octubre, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) aseguró que la mayoría de los habitantes de Cuba viven por debajo del umbral de la pobreza.
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