Un cubano dedicó una rumba a la escasez de confituras en Cuba y a los altos precios en que se venden estos productos en la isla, y su ritmo se convirtió en viral en las redes sociales.
El reguetonero Chambers El Mandatario es conocido por adaptar canciones tradicionales al ritmo de conga o rumba. En sus videos un grupo de amigos le hacen el coro a las canciones, que suelen tener letras muy divertidas, con una mirada de humor ante la cruda realidad que se vive en el país.
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Una de sus versiones más recientes es una parodia de la canción infantil "Vinagrito", de la cantautora Teresita Fernández. La versión toca el tema de la escasez y los altos precios de las confituras en Cuba, últimamente solo localizadas en el mercado informal.
"Yo buscaba en Revolico, pa' comprarle algo al nené, porque ya no hay confituras en las tiendas MLC. Alguien tenía chicles, caramelitos también y cuando pregunté el precio... ¡Te juro que me asusté!", dice la parodia.
En octubre una madre cubana denunció en las redes sociales que en Cuba hay un fuerte desabastecimiento en mercados y entre las tantas cosas que no hay, ni en moneda libremente convertible (MLC), están las confituras.
También muchos cubanos han denunciado que sí hay confituras a la venta, pero en el mercado informal y los precios son demasiado altos, tanto que la mayoría de las familias no pueden permitirse ese "lujo", porque deben priorizar alimentos sanos y productos de primera necesidad.
En el verano la prensa oficialista en Pinar del Río denunció el alto precio de las confituras en Cuba. Un caramelo "chupa chupa" llega a costar más de 70 pesos cubanos.
La incertidumbre que provoca la continua subida de precios en Cuba afecta económica y emocionalmente a las familias que no pueden ya ni compartir cosas tan simples como una merienda en una cafetería con sus hijos.
La semana pasada un padre mostró en las redes sociales una imagen del recibo de pago en una cafetería de La Habana. Se gastó 1,400 pesos en una merienda con su hija. Solo comieron una hamburguesa y dos refrescos.
"No sé si los precios son excesivamente altos o mi salario es ínfimamente bajo, solo sé que salí de aquel lugar con una mezcla de tristeza y preocupación", explicó el padre cubano. La "preocupación" se debe a que no sabe qué pasará en el futuro si la inflación sigue creciendo en Cuba.
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