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Los altos precios de los juguetes y las confituras para niños causan molestia en las familias cubanas, en particular en Pinar del Río, donde la oferta es escasa y el valor de los productos se incrementa de modo desmedido.
Un reportaje del canal oficialista Tele Pinar indicó que un caramelo "chupa chupa" en la ciudad más occidental del país puede llegar a costar más de 70 pesos, un precio que pocos padres pueden darse el lujo de pagar.
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Los precios de las ofertas para los pequeños se incrementan en la etapa veraniega y esto genera impotencia y malestar en las familias trabajadoras, a las que les resulta imposible complacer a sus hijos con una golosina porque deben priorizar otras necesidades básicas, como un par de zapatos para el nuevo curso escolar.
En el parque Paquito González, un centro de recreación para niños en esa provincia, las ofertas de caramelos, galleticas, helados y refrescos tienen un altísimo coste, muchos niños tienen que mirar y quedarse sin probar nada de lo que les gusta.
El tema se ha discutido con las autoridades pero las respuestas no llegan, y la especulación de los vendedores sigue en ascenso, tanto con productos importados como con los de producción nacional que no se encuentran en las tiendas.
A mediados de junio una madre cubana denunció en las redes sociales que no se pueden comprar confituras en Cuba porque a nadie le alcanza el dinero en el país, e indicó que a los único que les sobra es a la clase gobernante.
La mujer lanzó fuerte críticas a Miguel Díaz-Canel y le preguntó: "¿Hasta cuándo es el descaro?", y aseguró que mejor que las madres nadie conoce la situación en que está el país.
"Lo que quiero es saber el por qué de la mariconá de este gobierno con nuestra gente", dijo la cubana.
El 1 de junio Díaz-Canel felicitó a los niños cubanos por el Día Internacional de la Infancia con un mensaje en redes sociales, pero recibió respuestas de decenas de usuarios que le mostraron las carencias que padecen los más pequeños en Cuba.
A inicios de 2022 las madres holguineras protestaron ante su gobierno provincial y exigieron cambios ante la mala calidad y baja disponibilidad de productos de primera necesidad para el cuidado y alimentación de sus hijos.
Un millar de madres en Holguín se dirigieron a las autoridades locales y demandaron mejoras en la calidad de la leche en polvo, la oferta de pañales desechables y toallitas húmedas en la red de comercio. Criticaron la ausencia de juguetes, lugares de esparcimiento, confituras, ropa y calzado.
Unas semanas más tarde el gobierno holguinero les respondió con un comunicado oficial en el que alegaban que todas sus necesidades podrían cubrirla adquiriendo los productos en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC).
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