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Armando Rosendo Guerra Funcasta, agente de la inteligencia cubana vinculado a acciones desestabilizadoras en América Latina y España, volvió a la embajada cubana en Chile como comisario político, según informó el portal de noticias El Líbero.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones exteriores de Cuba (MINREX), Guerra se desempeña en la nación sudamericana como “primer secretario encargado de asuntos políticos” y puede ser contactado a través del correo electrónico ofipolitica@embacuba.cl.
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Sin embargo, fuentes de El Líbero aseguran que en la práctica sus funciones responden a la Dirección de Inteligencia (DI) del Ministerio del Interior cubano, ubicada en la intersección de la avenida Línea y la calle A, en La Habana.
Guerra ya había estado en Chile entre octubre de 2018 y febrero de 2020, donde fue identificado como uno de los articuladores del estallido social de 2019.
“En los meses de octubre y noviembre de 2019, cuando arreciaron los graves disturbios en las calles de Santiago de Chile y otras ciudades que pusieron contra las cuerdas al Gobierno de Sebastián Piñera, varios medios chilenos y disidentes cubanos lo señalaron como uno de los instigadores de esa revuelta”, reveló un reportaje del diario ABC en marzo de 2021, que destapó a Guerra como cabecilla de una red de espionaje en España.
Tras su salida de Chile en 2020, se fue a España en febrero de ese año, y también ostentó el mismo cargo en la embajada de Cuba en Madrid. En territorio español, fue señalado como jefe de la red de más de 50 asociaciones de cubanos residentes y de solidaridad con Cuba manejadas por La Habana, que alentaron procesos separatistas vasco y catalán, aseguró ABC.
En declaraciones a CiberCuba en 2021, un exoficial de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) de Cuba, residente en Europa y que pidió no ser identificado, dijo que la caída de red Avispa demostró que fue un "error garrafal de mandar espías al extranjero con identidades falsas" y, desde entonces, Cuba ha enviado a "oficiales y agentes con sus identidades reales a países como Chile, donde debían nacionalizarse".
Estas asociaciones son usadas por Cuba para ejercer influencia directa en partidos y políticos afines o de interés sin necesidad de exponer a sus agentes con vínculos directos, aseguró el año pasado a CiberCuba una fuente próxima al Palacio de la Moncloa.
De ahí que Guerra "visitó España durante 2020, pero no dejó rastro de actividad con relevancia operativa". No obstante, el agente devenido diplomático no ha podido evitar que el gobierno español haya detectado su actividad e influencia en los ámbitos citados, dijo la fuente a este medio.
Armando Guerra se graduó en 1994 del Instituto Superior de la Inteligencia Adriana Corcho. “Es un viejo oficial de la inteligencia cubana. Algo muy interesante es que ocupó posiciones de fachada en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP)”, dijo a El Líbero en marzo de 2021 Enrique García, exoficial de la Dirección de Inteligencia (DI).
El ICAP es dirigido por Fernando González Llort, uno de los cinco espías de la red Avispa encarcelados en Estados Unidos, que cumplió su condena íntegra de casi 18 años y no entró en el canje establecido por Barack Obama y Raúl Castro. Es una institución que la inteligencia cubana ha usado durante décadas como fachada de espionaje. Sus actividades incluyen la penetración, influencia y la propaganda en el mundo entero, explicó García.
El propio exoficial de la DI había dicho a CiberCuba el año pasado que el destape de la red liderada por Guerra en España podría entenderse como "un toque de atención" a La Habana, incluso "cerrar la puerta, sin que lo parezca, al desembarco en Madrid del diplomático Armando Guerra Funcasta", identificado por ABC, pero recordó que los objetivos de la DI cubana "abarcan todos los ámbitos españoles, incluidos partidos políticos que no son afines", empresarios y empresas de tecnología.
Guerra regresó a Chile como parte del equipo de la nueva embajadora cubana desde mayo en ese país, Mercedes Vicente Sotolongo, dos meses después de la llegada del izquierdista Gabriel Boric a la presidencia de Chile que ha generado muchas expectativas, no solo por los cambios profundos que promete en su país sino por las posibilidades de estrechar alianzas que oxigenen al agonizante régimen de la isla.
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