10 expertos tienen la palabra: ¿Qué esperar de las conversaciones migratorias entre Cuba y EE.UU?

CiberCuba consultó las opiniones de reconocidos políticos, diplomáticos, académicos y abogados de inmigración sobre las conversaciones que sostendrán delegaciones de Cuba y Estados Unidos este jueves en Washington.

De izquierda a derecha: Embajadora Vicki Huddleston, Senador Marco Rubio, María Werlau y Ted Henken © Capturas de video/CiberCuba
De izquierda a derecha: Embajadora Vicki Huddleston, Senador Marco Rubio, María Werlau y Ted Henken Foto © Capturas de video/CiberCuba

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Este artículo es de hace 2 años

Los gobiernos de Cuba y Estados Unidos reanudarán conversaciones migratorias este jueves en Washington después de mantenerse congelado el diálogo bilateral sobre estos temas desde julio de 2018.

La ronda de negociaciones entre representantes de ambos países se produce en un momento decisivo, marcado por el agravamiento de las tensiones diplomáticas, un imparable éxodo desde Cuba que registra cifras récord durante el último semestre, la profunda crisis económica y social de la isla y la compleja situación internacional al calor de la guerra en Ucrania.


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Cuba no ha sido -ni puede serlo ahora- una prioridad de la administración de Joe Biden, pero las estadísticas del flujo de cubanos por la frontera de México, las desesperadas salidas por vía aérea y en viajes marítimos desde la isla, y la andanada de represión desatada por el régimen ante el descontento popular, han obligado a la Casa Blanca a retomar la agenda postergada sobre el país vecino.

¿Qué puede esperarse de esta jornada diplomática? ¿Podrá Washington detener la avalancha de cubanos, que suman más de 110 mil en los 14 meses de la presidencia de Biden? ¿Se hablará solo de inmigración o, como suele suceder en estas ocasiones, habrá otros asuntos capitales sobre la mesa?

CiberCuba consultó a 10 reconocidas personalidades del ámbito político, diplomático, académico y jurídico sobre sus criterios y vaticinios en torno a las conversaciones, y estas son posibles coordenadas para descifrar un encuentro que se vislumbra tan complejo como impredecible. Las opiniones vertidas aquí son a título personal, no comprometidas con las entidades u organizaciones a las que sirvieron o pertenecen.

Vicki Huddleston, embajadora, exjefa de la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana:

Espero que las conversaciones sean productivas y que Estados Unidos comience a cumplir el acuerdo migratorio de 1994/95 que nos obliga a expedir visados de inmigración a los cubanos que cumplan los requisitos. Lamentablemente, la situación económica de Cuba parece ser tan grave que la emigración se está convirtiendo en una opción cada vez más atractiva. Si EE.UU. echara a un lado la política interna en asuntos sobre Cuba, pudiera disminuir la atracción de la migración permitiendo las remesas y las visitas de intercambio pueblo-a-pueblo.

Marco Rubio, senador republicano por Florida:

Esto es lo que el régimen cubano quería crear: una crisis migratoria para que el gobierno de Estados Unidos tuviera que responderle sentándose a negociar. No me sorprenden en nada estas conversaciones. Hemos visto que consistentemente el régimen cubano ha utilizado la emigración como un arma contra Estados Unidos, especialmente cuando hay un demócrata en la Casa Blanca. Y lo están haciendo otra vez, utilizando ahora a un simpatizante del régimen para negociar con los cubanos. Imaginemos cómo esto va a terminar.

María Elvira Salazar, congresista republicana por Florida:

El Departamento de Estado invita a un alto funcionario de la Cancillería cubana para venir a sentarse con ellos a hablar de temas migratorios. Eso demuestra que la administración del presidente Biden es bien inocente. Los cubanos lo único que van a hacer es aprovecharse del tema migratorio, tan contundente como el que enfrenta el presidente Biden en la frontera de México, para sacar beneficios para ellos, porque están en el negocio del poder. La delegación cubana, que encabeza Carlos Fernández de Cossío, viene a negociar y a tratar de sacar lo que más puedan, no a ayudar a los cubanos que quieren escapar de la tiranía. Como representantes de los cubanos del sur de la Florida queremos saber qué es lo que van a negociar. No tengo ningún problema con que la madre que está esperando para reunificarse con su hijo pueda venir a Estados Unidos. Pero queremos saber qué es lo que se va a negociar, porque lo han hecho en silencio. ¿Por qué la administración Biden no puede compartir con el Congreso lo que se va a negociar con el gobierno cubano? Siguen siendo tan inocentes en pensar que el régimen castrista tiene buenas intenciones.

Jorge Duany, director del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de Florida (FIU):

La reunión entre representantes de los gobiernos de Estados Unidos y Cuba sobre cuestiones migratorias debe producir algún acuerdo sobre dos temas medulares: la reanudación del otorgamiento de visas estadounidenses en La Habana y la aceptación de cubanos deportados por parte del gobierno cubano. El primer tema ya ha sido abordado parcialmente con el aumento gradual del personal diplomático en la Embajada de Estados Unidos en La Habana y el anuncio de que se gestionarán algunas visas allí, aunque la mayor parte de los trámites seguirá realizándose en la Embajada de Estados Unidos en Guyana. Las autoridades cubanas han insistido en el cumplimiento de un acuerdo bilateral de 1995, cuando el gobierno estadounidense se comprometió a ofrecer al menos 20,000 visas anuales a migrantes cubanos, compromiso que suspendió en 2018 a raíz de los “ataques sónicos” (o incidentes de salud, como se les llama ahora). El segundo tema, la admisión de los indocumentados devueltos a Cuba, representa un asunto urgente para Estados Unidos. En vista de la inminente crisis migratoria en la frontera con México, una vez se levanten las restricciones actuales sobre peticiones de asilo, la administración de Biden necesita la cooperación del régimen de Miguel Díaz-Canel para tratar de frenar lo que se ha convertido en el mayor éxodo indocumentado de la isla desde el episodio del Mariel en 1980.

Ted Henken, sociólogo, profesor de Baruch College, Nueva York:

Durante muchos años era difícil descifrar los motivos complejos de los migrantes cubanos. ¿Se iban atraídos por el trato preferencial bajo la política “pies secos / pies mojados”? ¿Era más bien un flujo clásico de refugiados políticos huyendo de un sistema represivo? ¿O se les podía describir mejor como migrantes económicos dada la crisis crónica en la economía centralizada de Cuba? Ahora que ya no gozan de un trato excepcional queda más claro que su partida de Cuba se debe al colapso virtual de la economía de la isla y la represión burda que se ha aumentado desde el pasado 11 de julio.

Aunque llegar a un acuerdo migratorio sería un beneficio tanto para los gobiernos de Cuba y EE.UU. como para los migrantes cubanos, La Habana se encuentra bajo una presión urgente para resolver el problema de las partidas cada vez más masivas y evitar una verdadera crisis al estilo de Mariel, dado el impacto en las relaciones bilaterales tras la invasión de Rusia a Ucrania y la falta de una solución del régimen cubano a los problemas domésticos, políticos y económicos, causados por su sistema vertical, centralizado y no-democrático.

Avelino González, abogado de inmigración:

Conversaciones como estas solo persiguen un acercamiento por parte de Cuba a Estados Unidos en un intento por retornar a la era Obama, sabiendo que Biden y su esposa Jill fueron parte de la jugada en el pasado. Cuba llevó el caos migratorio hasta el extremo en la frontera sur de Estados Unidos, incitando indirectamente a la salida a miles de jóvenes y no tan jóvenes, primero con la represión post 11-J y luego con la situación económica y el confinamiento excesivo por el COVID-19, principalmente en el interior del país, y facilitando el éxodo a través de Nicaragua, que abre y cierra al clamor de Cuba como válvula de escape. Estados Unidos es nuevamente una víctima y va a acabar cediendo como siempre. Puede que se regularice la situación de la Embajada/Consulado en La Habana a pesar de no quedar claro lo que sucedió con el llamado "Síndrome de la Habana". Aún siento vergüenza ajena por ello. Y, segundo, puede que Cuba comience a aceptar deportados nuevamente, lo cual sería una migaja suficiente a Estados Unidos. En otras palabras, cualquier conversación migratoria es solo una fanfarronada y un acto de mero valor político, pues ellos hacen lo que quieren mientras nosotros los normales dormimos.

Ángel Leal, abogado de inmigración:

Esperamos la reanudación de procesos consulares migratorios en la Embajada de Estados Unidos en La Habana en todas las categorías de visas de inmigrante, al igual que entrevistas para visas de no-inmigrante. De esta manera quedaría restablecida La Habana y no Guyana como la sede consular principal para Cuba. También garantías de seguridad para personal consular, migratorio y diplomático estadounidenses, y comparecientes cubanos. Se debería restaurar el otorgamiento de visas de turista B1/B2 por cinco años con entradas múltiples en vez de tres meses de entrada única. Y se debería reanudar el Programa de Reunificación Familiar Cubano (CFRP), categorías CP-1 y CP-3, desde la Embajada de Estados Unidos en La Habana, el cual permanece suspendido desde noviembre del 2017, y priorizar aquellos casos ya aprobados y con trámites pagados que sigan calificando bajo ese programa.

Silvia Pedraza, profesora de Sociología en la Universidad de Michigan y autora de Political Disaffection in Cuba's Revolution and Exodus (2007):

Lo más crucial es que vuelvan a abrir la Embajada en La Habana con suficiente personal, pues es enorme el backlog (atraso) después de varios años. Junto con eso va que la entrevista pueda ser en La Habana y no en países como Guyana, algo que lo hace tan caro y peligroso para los cubanos.

Tal vez pudiéramos volver a la normativa "pies secos/pies mojados", que no era ninguna maravilla, pues resultaba totalmente arbitraria, pero les daba la posibilidad de salir del país y legalizarse en Estados Unidos a quienes no tenían familia que los reclamara. La situación en Cuba es cada vez peor y el cubano que se quiere ir de su país no lo hace solo por y no solo por la bancarrota económica, sino también por la represión política y el miedo con que se vive allí. Por último, es importante que pueda mantenerse en pie la Ley de Ajuste Cubano (CAA), que es clave para regularizar la situación migratoria de los cubanos y para ayudarlos a prosperar en Estados Unidos.

María Werlau, investigadora, directora ejecutiva de Archivo Cuba:

Espero, lamentablemente, lo contrario a lo que considero una política migratoria que pudiera impulsar un cambio a la democracia en Cuba. Esta, en mi opinión, requeriría que Estados Unidos deje claro a la dictadura cubana que la emigración forzada es un acto hostil que da lugar a medidas que se mantendrán hasta que se permita una transición a la democracia:

1. Cierre total de la frontera de EE.UU. a todo cubano que solicite asilo político desde todo Estado que no sea Cuba.

2. Abrogación de los acuerdos migratorios del gobierno de Clinton que establecen una cuota anual de 20,000 visas.

3. Fiel aplicación de la ley Helms-Burton con mínimas excepciones del Ejecutivo, desautorizando los pagos por telecomunicaciones y de Seguro Social desde EE.UU., permitiendo solo remesas y ayudas por un monto máximo de $250 al mes por núcleo familiar, autorizando viajes solo para emergencias humanitarias o visitas a Cuba de ciudadanos de EE.UU. una vez cada tres años y no permitiendo viajes de intercambio académico y cultural o de cubanos que han obtenido refugio político en EE.UU. a menos que sean para la repatriación.

Andy Gómez, académico, Profesor Emérito de la Universidad de Miami:

No espero mucho porque Cuba siempre le pide a EE.UU. que levante el embargo antes de empezar a conversar sobre otros temas y eso siempre ha paralizado las negociaciones. Ahora la situación económica en Cuba está más deteriorada, lo que pudiera entonces provocar un cambio de estrategia por parte del gobierno cubano. Vamos a ver qué pasa, pero Cuba no ha demostrado aún que está dispuesta a negociar seriamente ni a mirar hacia sus problemas internos, sino más bien a exportarlos.

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Wilfredo Cancio Isla

Periodista de CiberCuba. Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de La Laguna (España). Redactor y directivo editorial en El Nuevo Herald, Telemundo, AFP, Diario Las Américas, AmericaTeVe, Cafe Fuerte y Radio TV Martí.


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