Vídeos relacionados:
El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este viernes una ley en apoyo de las víctimas del conocido como "Síndrome de La Habana", dando un paso más en el reconocimiento de unos hechos que el régimen cubano se empeña en negar y considerar como una especie de "histeria colectiva".
Mediante la legislación, bautizada "Ley de La Habana", se compensará a diplomáticos del Departamento de Estado, oficiales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y otros funcionarios federales que han sufrido lesiones neurológicas traumáticas que están siendo investigadas por la comunidad de inteligencia.
Lo más leído hoy:
Aunque por el momento no se han descubierto el origen de las lesiones, si fueron motivadas por un “ataque sónico” o de microondas dirigidas, como tampoco se ha podido precisar qué país o servicio de inteligencia está o están detrás de los eventos, lo cierto es que la comunidad científica y de inteligencia estadounidense dan por cierta la teoría de una agresión con efectos que han podido verificarse médicamente como ciertos.
La “Ley de la Habana” toma su nombre del síndrome con el mismo nombre, identificado como tal por ser la capital de Cuba donde se detectaron los primeros casos hace cinco años, y desde entonces se comenzó a hablar de los extraños "ataques" contra diplomáticos estadounidenses.
Tras presentar muchos de ellos y sus familiares destinados en la isla síntomas similares a los de lesiones cerebrales, mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración, el Departamento de Estado y demás agencias iniciaron investigaciones y la anterior administración señaló a La Habana como responsable del daño provocado en sus funcionarios.
Este viernes, sin ceremonia y con pocos comentarios públicos, Biden firmó la Ley de La Habana, autorizando al Secretario de Estado Antony J. Blinken y al director de la CIA, William J. Burns, para brindar apoyo financiero a los empleados que han sufrido lesiones cerebrales. Para el New York Times (NYT), la parquedad de Joe Biden es reveladora de que no existe una conclusión definitiva, a pesar de que ordenó a todas las agencias concernidas que avanzaran en la investigación e identificación de los supuestos ataques.
Si bien algunos funcionarios están convencidos de que el síndrome es el resultado de ataques y que una o más potencias rivales son responsables, las agencias de inteligencia aún no han llegado a conclusiones firmes, a pesar del nombramiento de múltiples grupos de trabajo para identificar la causa y las posibles contramedidas.
"Estamos utilizando todos los recursos del gobierno de los Estados Unidos para brindar atención médica de primera clase a los afectados y llegar al fondo de estos incidentes, incluso para determinar la causa y quién es el responsable", dijo Biden sobre la Ley.
Sin emplear la palabra "ataques", el presidente estadounidense refirió que “funcionarios públicos, oficiales de inteligencia, diplomáticos y personal militar de todo el mundo se han visto afectados por incidentes de salud anómalos”. Sin embargo, como recoge el citado medio, estos “incidentes”, lejos de haber disminuido, siguen produciéndose con alarmante frecuencia.
La firma de “Ley de la Habana” se produjo justo cuando los episodios parecen estar aumentando en frecuencia y, según el NYT, algunos se han vuelto más descarados. El último de estos misteriosos incidentes se produjo hace unas semanas, cuando un oficial que viajaba a la India con el director de la CIA fue víctima de un “ataque” de estas características.
Este incidente, que involucró a altos funcionarios de la administración, se produjo después de que se informaran dos docenas o más de casos en Viena, que alberga tres embajadas estadounidenses (dos de las cuales están vinculadas a agencias de las Naciones Unidas), así como las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán. También es el territorio operativo de espías de todo el mundo. Durante el verano, un viaje de la vicepresidenta Kamala Harris a Vietnam se retrasó varias horas debido a las preocupaciones sobre los incidentes allí.
Existe una creencia generalizada, respaldada por un estudio de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, de que la causa es energía dirigida, posiblemente microondas, presuntamente dirigida a embajadas y residencias. Pero incluso esa es solo la teoría principal, y aunque Rusia es el principal sospechoso, no es el único país con la tecnología para llevar a cabo tales ataques. El C.I.A. y el Consejo de Seguridad Nacional ha creado un panel externo con acceso a información clasificada para ayudar a buscar una causa.
"Nos tomamos muy en serio todos los incidentes denunciados y lo que queremos hacer es asegurarnos de que nuestro equipo de seguridad nacional esté utilizando todos los recursos a nuestra disposición", dijo Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca. “Sin una atribución y una valoración de la causa del origen, no quiero ir más lejos”, añadió.
A pesar de que las decisiones adoptadas por la administración Biden indican que dan credibilidad al llamado "Síndrome de La Habana", el régimen cubano persiste en su versión de que no existió tal "ataque". El pasado sábado, el teniente coronel Roberto Hernández Caballero, de la Dirección General de Investigación Criminal del Ministerio del Interior, insistió en la hipótesis de una "enfermedad sicogénica", asegurando que no existía "una sola evidencia" de que funcionarios extranjeros hayan sido blanco de agresión en territorio cubano.
Archivado en: