Síndrome de La Habana: Agente denuncia ocultación de la CIA y apunta a Rusia como posible causante

“Es un encubrimiento y debería ser aterrador para todos los estadounidenses”, dijo una ex agente de la CIA que sugirió la autoría de Moscú detrás de los supuestos ataques.

Edificio de la CIA en invierno © cia.gov
Edificio de la CIA en invierno Foto © cia.gov

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Una ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), identificada como “Alice” para proteger su identidad, denunció que la agencia encubrió los ataques relacionados con el conocido "síndrome de La Habana".

Según su testimonio, recogido por The Washington Times, Alice fue víctima de un ataque con una presunta arma energética en 2021 mientras trabajaba en África, un incidente que le dejó lesiones debilitantes que aún padece.


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Varios informes de agencias gubernamentales estadounidenses han señalado que el "síndrome de La Habana" afectó a cientos de diplomáticos, personal de inteligencia y militares destinados en el extranjero desde que se reportaron los primeros casos en Cuba en 2016.

Los afectados describieron síntomas como lesiones cerebrales traumáticas, vértigo, fallas de memoria, problemas de equilibrio, tinnitus y dolor nervioso.

Estos sucesos, denominados oficialmente por el gobierno de Estados Unidos como "incidentes de salud anómalos" (AHI, por sus siglas en inglés), han generado sospechas de que adversarios extranjeros, como Rusia y China, hayan utilizado armas sónicas o de microondas en una posible "guerra cognitiva".

El caso de Alice y sus acusaciones

Alice narró que el ataque ocurrió una noche de sábado en su casa en África. Escuchó un sonido extraño y sintió una vibración en sus pies, similar a la reverberación de un altavoz.

Inmediatamente, experimentó un intenso dolor en el oído izquierdo, vértigo y un fuerte zumbido que la hicieron temer por su vida. Según la ex oficial, estos ataques pueden ser ejecutados con armas portátiles, como dispositivos guardados en mochilas o automóviles.

Alice afirmó que la CIA no solo ha ignorado los ataques, sino que también ha ocultado información relevante, dejando desprotegidos a los agentes afectados. “Es un encubrimiento y debería ser aterrador para todos los estadounidenses”, dijo.

Además, denunció que la administración Biden está minimizando los informes sobre estos ataques y las posibles implicaciones de la participación de adversarios extranjeros.

Evidencias y controversias

Un informe del subcomité del Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes, liderado por el representante Rick Crawford, declaró recientemente que existe "evidencia confiable" de que los AHI son producto de ataques de adversarios extranjeros.

Asimismo, un documento de la Agencia de Seguridad Nacional de 2014 reveló que Rusia poseía tecnología de microondas sospechosa de estar relacionada con estos incidentes, una hipótesis que también dio por buena un reportaje de investigación publicado en abril y realizado a lo largo de un año por The Insider, en colaboración con 60 Minutes y Der Spiegel.

Según reveló el extenso y detallado trabajo periodístico, miembros del escuadrón de sabotaje de inteligencia militar del Kremlin (Unidad 29155 del GRU) habían sido localizados en los lugares de los presuntos ataques contra personal del gobierno estadounidense en el extranjero y sus familiares.

A pesar de estas revelaciones, la comunidad de inteligencia estadounidense concluyó en su evaluación oficial que es “poco probable” la participación de un adversario extranjero, generando escepticismo entre los afectados y expertos.

Catherine Herridge, exreportera de CBS y Fox News, destacó que su investigación entrevistó a más de una docena de pacientes y recopiló testimonios que acusan a la CIA de “manipular” la información sobre los ataques.

Además, Herridge aseguró que múltiples fuentes indicaron que el director de la CIA, William Burns, había expresado en privado su creencia de que Rusia está detrás de algunos de los ataques. Sin embargo, la postura oficial de la agencia sigue siendo neutral, destacando que su prioridad es garantizar un análisis profesional para aproximarse a la verdad.

Implicaciones y denuncias

El “síndrome de La Habana” sigue siendo un tema controvertido dentro de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos. Las acusaciones de encubrimiento y falta de apoyo a las víctimas han generado un intenso debate sobre cómo el gobierno ha manejado estos casos.

Mientras tanto, los afectados como Alice continúan lidiando con lesiones debilitantes al tiempo que exigen una respuesta más transparente y contundente. Por su parte, la CIA ha reiterado su compromiso con el cuidado de sus agentes y ha subrayado que está trabajando intensamente para abordar este desafío.

Sin embargo, el malestar de las víctimas y las crecientes sospechas sobre la implicación de adversarios extranjeros plantean serias preguntas sobre la seguridad de los oficiales estadounidenses en el extranjero y la capacidad del gobierno para protegerlos frente a estas amenazas emergentes.

La reaparición del “síndrome de La Habana” y la llegada de Trump a la Casa Blanca

La reaparición del “síndrome de La Habana” en la agenda política de Estados Unidos podría adquirir una nueva dimensión ante la inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Históricamente, la administración Trump adoptó una postura de "mano dura" hacia Cuba, aplicando sanciones y revirtiendo políticas de acercamiento establecidas por su predecesor, Barack Obama.

Si Trump regresa a la presidencia, el renovado interés en la investigación podría alimentar una narrativa de confrontación geopolítica. Algunos factores a considerar son:

1. Endurecimiento de la política exterior:

Trump podría utilizar este momentum para justificar un enfoque más agresivo contra regímenes considerados hostiles, como el cubano, ruso o chino. Esto se alinea con su estrategia previa de seguridad nacional, que priorizó la presión diplomática y económica sobre adversarios estratégicos.

2. Revisión de relaciones diplomáticas:

Los incidentes del “síndrome de La Habana” provocaron el cierre parcial de la Embajada de Estados Unidos en Cuba durante el mandato de Trump, así como la expulsión de diplomáticos cubanos. Si se sostiene la tesis de un adversario extranjero, es probable que un gobierno liderado por Trump restablezca estas medidas o imponga nuevas sanciones.

3. Escalada de tensión con Rusia y China:

El informe sugiere que agentes rusos podrían estar involucrados en los ataques, una acusación que podría intensificar la tensión entre Washington y Moscú. Además, China, otro adversario clave en la política exterior de Trump, también ha sido mencionada en investigaciones previas.

4. Presión sobre la comunidad de inteligencia:

El informe del Congreso acusa a la CIA y otras agencias de inteligencia de ocultar información sobre el fenómeno. Esto podría convertirse en un nuevo frente de conflicto para una administración de Trump, dada su histórica desconfianza hacia estas agencias durante su primer mandato.

En conclusión, la llegada de Trump a la Casa Blanca podría significar un giro significativo en la política estadounidense respecto al “síndrome de La Habana”. Esto podría traducirse en acciones diplomáticas, sanciones económicas y un discurso más confrontativo hacia los países señalados como posibles responsables.

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