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La Unión Eléctrica (UE) de Cuba impuso en 2020 más de 13 mil multas por detección de fraudes eléctricos, en los cuales se robó un promedio de 2,3 MWh por cada estafa descubierta. Según explicaron los funcionarios, en muchos de los casos el cliente tuvo ayuda de trabajadores de la propia empresa.
En 2021, tras la subida de los precios del servicio como parte del ordenamiento monetario, las cifras no han ido a mejor, ya que solo en los dos primeros meses del año se aplicaron 1,467 multas por este motivo.
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El portal oficialista Cubadebate señaló que se trata de "pícaros pilluelos" que manipulan la relojería, usan imanes para evitar que el metro contador registre toda la energía que se consume o conectan de manera directa a la línea eléctrica uno o varios equipos.
Leisy Hernández González, directora comercial de la UNE en La Habana, dijo que las irregularidades se identifican sobre todo en el proceso de facturación.
Muchos casos se relacionan con hechos de corrupción, pues participan trabajadores de la empresa eléctrica que "permiten o proponen a los consumidores algunas de las violaciones anteriormente descritas, del cual pudieran recibir beneficios personales y aunque no es una acción generalizada, al menos un caso que exista empaña la integridad de nuestra entidad".
Según la Unión Eléctrica, entre las causas que facilitan estos hechos está el nivel de metros contadores ubicados dentro de las casas, la falta de un correcto sellado para cada una de las rutas, el no investigar las claves de facturación en las casas cerradas y los metros defectuosos.
Aunque el gobierno cubano sanciona con privación de libertad de hasta un año a quienes incurran en el delito de fraude eléctrico, el número de violaciones relacionadas con el robo de electricidad no disminuye.
En el área residencial se siguen detectando conexiones ilegales del tipo tendederas, mientras que en el sector estatal -el vinculado fundamentalmente al comercio y la gastronomía-, y en el cuentapropista, abunda el enmascaramiento de actividades ilícitas no relacionadas con la actividad aprobada.
Jorge Armando Cepero Hernández, director general de la Unión Eléctrica (UE), dijo que la corrupción de empleados y administrativos permite invadir el tendido eléctrico delante del metrocontador con el objetivo de usar esa corriente en más producción.
"A veces sucede que la distribución del plan de consumo del organismo no llega a algunas entidades, y ciertos directivos deciden tomar energía igualmente, sin un plan que lo respalde, ya sea por mal desglose de la corriente planificada en el mes o que el plan no es suficiente para todos los establecimientos y se prioriza entonces, según las necesidades", explicó.
Como solución, la Empresa Eléctrica propone inspeccionar a los 39 mil cuentapropistas que necesitan electricidad para desarrollar su actividad, sacar hacia el exterior los relojes que están dentro de las casas así como completar la plantilla de inspectores eléctricos residenciales, cubierta al 73 %, entre otras medidas.
Estas acciones se sumarían a otras ya adoptadas desde hace meses, que incluyen la preparación de jóvenes para convertirse en cazadores del fraude eléctrico.
Esas personas deben estudiarse el catálogo de violaciones que se cometen y se forman en temas como manejo eléctrico, medición, lectura y mecanismos internos de los metrocontadores, aunque las autoridades están conscientes de que lo más importante es cómo procedan cuando detecten un fraude eléctrico, dada la complicidad de trabajadores eléctricos con los infractores.
El gobierno cubano y la prensa oficialista dan por hecho que el fraude eléctrico es cosa de personas inescrupulosas que solo persiguen ganancias mientras roban al Estado. Ante el aumento de la tarifa del servicio, se insiste en que la solución debe ser el ahorro.
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