Entrenan cazadores de fraude eléctrico en Cuba

Tendrán que estudiarse el catálogo de violaciones detectadas en el sector residencial y estatal de la Isla.

Contadores en Cuba. © CiberCuba
Contadores en Cuba. Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 4 años

Más de una veintena de jóvenes cubanos reciben entrenamiento para convertirse en cazadores del fraude eléctrico. El Gobierno les exige tener el 12 grado, conocimientos básicos de electricidad y pasar un curso de formación de tres meses.

Según informa el diario local Venceremos, la idea es reforzar el cuerpo de inspección en el sector residencial, pero también entre las empresas estatales que están cometiendo este tipo de fraudes. Destacan en este apartado las bodegas y carnicerías que tienen asignado un plan del Gobierno y que cuando se les acaba, terminan cometiendo fraude para que no se les eche a perder lo que tienen en los congeladores.


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En estos momentos la Escuela de Capacitación de la Empresa Eléctrica de Guantánamo enseña a los futuros cazadores de fraude eléctrico las principales estafas que sufre el sector en la provincia y que han sido recopiladas en un catálogo de violaciones elaborado sobre el terreno por inspectores en activo.

Lo que más preocupa a los formadores es la manera de proceder del inspector en cuanto detecta un fraude eléctrico. Por eso, aseguran que están enseñando a los alumnos a actuar con ética y justicia, además de formarlos en temas relacionados con matemática comercial, manejo eléctrico, leyes fundamentales, inspección, medición, lectura y mecanismos internos de los metrocontadores, entre otros.

Las autoridades cubanas aseguran que tienen fijado un protocolo de actuación ante un fraude eléctrico que pasa por la notificación, elaboración del expediente, cálculo de la carga de la vivienda o empresa y energía retroactiva.

Los aspirantes a cazadores de fraude eléctrico tienen que esforzarse porque sólo aseguran una plaza en el cuerpo de funcionarios de la Empresa Eléctrica a la mitad de ellos. El otro 50% se quedará en la bolsa de empleo de la compañía, a la espera de vacantes.

De hecho, el curso empezó con un centenar de alumnos, de los que sólo 22 están siendo entrenados para cazar el fraude eléctrico. El resto se ha formado como lectores-cobradores.

Un año de cárcel para quienes cometan fraude eléctrico

La escasez de petróleo que vive la Isla ha llevado al Gobierno a anunciar penas de hasta un año de cárcel para quienes sean sorprendidos cometiendo fraude eléctrico. Para ello se amparan en el artículo 325 del Código Penal cubano que prevé penas de tres meses a un año de privación de libertad y multas que van de los 100 a los 300 pesos.

Las autoridades cubanas dan por hecho un aumento del fraude eléctrico durante la cuarentena debido a que los inspectores de la Empresa Eléctrica no han estado trabajando.

El año pasado se pusieron en el país 17 mil multas de las que 2752 corresponden a La Habana.

Entre los fraudes más detectados en la Isla están los imanes que detienen la lectura del contador. Para evitarlo, la Empresa Eléctrica ha comprado contadores protegidos.

También son comunes las tendederas, que según la dirección de la compañía no se eliminan sino que se obliga a los usuarios a pagar esa conexión.

Por último es muy socorrida en Cuba la manipulación de la relojería de los contadores, que sólo se puede hacer con la colaboración de trabajadores de la Empresa Eléctrica.

En este sentido, una de las medidas de la compañía para esquivar el fraude eléctrico generado por la corrupción de los lectores-cobradores es rotarlos por distintos puntos de la provincia en la que trabajan.

En julio pasado la Empresa Eléctrica de Holguín anunció la organización de operativos para cazar el fraude eléctrico, especialmente en los meses de verano, que es cuando más se producen.

De hecho, en los primeros seis meses de este año se detectaron en esa provincia 692 fraudes eléctricos: más de tres al día, sobre todo en viviendas particulares y negocios de pequeños empresarios y comerciantes a los que se les impusieron multas de 500 a mil pesos e incluso fueron sancionadas con el corte del suministro eléctrico o la amenaza de retirarles la licencia durante seis meses o por tiempo indefinido.

El fraude más común en esta provincia es la conexión directa y la manipulación de los contadores.

En el otro lado de la balanza están las familias cubanas que no logran sacar de sus salarios de 879 pesos al mes el dinero para pagar la luz. Este es el motivo por el que la Empresa Eléctrica está cortando la luz cada día a una media de 3200 hogares en La Habana. Se trata, según la compañía, de clientes con grandes deudas que se niegan a pagar sus recibos.

Esta situación ha provocado que el pasado mes de septiembre sólo estuvieran al día en sus abonos el 52% de los habaneros.

Según las autoridades, la mayoría de los morosos son personas con negocios privados y alto nivel de vida, lo que ubicaría en este rango a más de la mitad de la población capitalina.

Hasta primeros de octubre, la Empresa Eléctrica de La Habana arrastraba pérdidas de más de 85 millones de pesos provenientes de los usuarios que no han pagado su factura de electricidad desde marzo.

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