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Actor cubano Jazz Vilá habla de su papel en Hotel Coppelia

Al narrar las vivencias de un grupo de mujeres en un burdel durante la intervención de Estados Unidos a República Dominicana en 1965, Hotel Coppelia exigió de Vilá “muchísimo respeto. Enfrentar un hecho histórico de un país que no es el mío representó una doble responsabilidad”. 

Actor cubano Jazz Vilá en Hotel Coppelia © @carlosrodriguez.do
Actor cubano Jazz Vilá en Hotel Coppelia Foto © @carlosrodriguez.do

Este artículo es de hace 2 años

Tras colocarse entre las películas más recomendadas el fin de semana de su estreno en HBO en Estados Unidos, Hotel Coppelia no para de recibir elogios, por lo que debuta en los cines este 15 de abril recomendada por el público, la crítica especializada y estrellas de Hollywood como Zoe Saldana.

A cargo de un protagónico en la cinta dominicana, el cubano Jazz Vilá reconoce en exclusiva para CiberCuba que “ha sido un boom más grande del que todos esperábamos. Es un halago que la mayoría de los comentarios se centren en las actuaciones, en el elenco, en el trabajo fuerte que hicimos. Eso se agradece muchísimo especialmente en una película coral, en la que todos tenemos que estar en un mismo tono y apoyarnos”.

Actor cubano Jazz Vilá en Hotel Coppelia / Foto @carlosrodriguez.do

El también director de la compañía de teatro Jazz Vilá Projects revela que el papel femenino que desempeñó lo marcó como ser humano y como actor porque lo hizo ampliar sus conocimientos y entender mejor la historia del Caribe como región. “A veces uno está tan encerrado en su realidad que no atiende a los paralelismos que hay entre las historias de Cuba, Puerto Rico, República Dominicana o Haití, en sus procesos de identidad, de libertad, de añoranza”, explica.

Al narrar las vivencias de un grupo de mujeres en un burdel durante la intervención de Estados Unidos a República Dominicana en 1965, Hotel Coppelia exigió de Vilá “muchísimo respeto. Enfrentar un hecho histórico de un país que no es el mío representó una doble responsabilidad”.

Actor cubano Jazz Vilá en Hotel Coppelia / Foto @carlosrodriguez.do

Si bien llegó a Santo Domingo diez días antes de comenzar el rodaje, Vilá había estado estudiando desde que le dieron el papel un mes antes. “Investigué sobre lo que había pasado antes y después de la invasión que interrumpió un proceso revolucionario en República Dominicana para comprender el contexto”, resalta.

Actor cubano Jazz Vilá en Hotel Coppelia / Foto @carlosrodriguez.do

Según comprobó, quien no conozca la historia de sus raíces no puede tener una identidad clara. “El actor se va quedando marcado por las historias que va haciendo y ésta influyó en mi identidad como latino y caribeño. Es algo muy bonito”.

El realizador de Hotel Coppelia, José María Cabral, asegura a este sitio que “sabíamos que estábamos haciendo algo especial, pero no imaginamos que llegaría a tal magnitud. Me emociona mucho que la gente haya podido conectar con la película y yo creo que tiene que ver con que es una historia fresca y nueva, que se relaciona con un momento de cambios cruciales (social y políticamente hablando) para Dominicana y El Caribe, vista desde las miradas de mujeres que por sobrevivir, por ser diferentes, por ser más liberales, son oprimidas por el sistema y en el lugar donde viven”.

No sin antes dejar claro que en una película no hay nada fácil, Cabral subraya que lo más difícil fue poder encontrar personajes que simbolizaran lo que estaba pasando en la época, “que hicieran que todo lo que sucedía dentro del hotel fuera un retrato de lo que estaba pasando afuera. Creo que la poca libertad que tienen estas chicas bajo la custodia de su madame hace que tengan que sacrificar tanto su cuerpo como sus espíritus, sus emociones, sus personalidades. Ella quiere controlarlo todo de forma tan fuerte que es como un régimen dentro del régimen”.

Por otro lado, Vilá se unió a un elenco mágico encabezado por Lumy Lizardo, que interpretó a Judith, la madame. “Tengo que ponerme siempre a sus pies. Ella me recordó mucho (y se lo dije durante el rodaje) a esa actriz cubana que fue como mi madre, Broselianda Hernández. Ella es la Meryl Streep del cine dominicano, una actriz que te mira a los ojos, que se entrega, que tiene un nivel de profesionalidad increíble y te lo trasmite magistralmente en cada escena”.

De igual forma aparecen la dominicana Nashla Bogaert, “que es muy humilde como persona, cercana, a pesar de ser una estrella famosa, súper popular” y la haitiana Cyndie Lundi, “muy talentosa”. “Es una película de República Dominicana y sobre la historia dominicana, pero con un elenco caribeño y eso enriquece muchísimo la historia”.

A Vilá le han preguntado en sus redes sociales por alguna anécdota divertida de la filmación, pero afirma que “no hubo momento para lo cómico, aunque fue un rodaje feliz porque estábamos haciendo una película comprometida sobre la supervivencia, el deseo y la necesidad de aferrarse a algo para seguir adelante, sobre esa fuerza extrahumana de las mujeres que luchan como madres, como empresarias, como potencias de la naturaleza por conservar lo que ganan y que es su espacio vital”.

A pesar de que no es nuevo para la historia contemporánea reciente del cine o la televisión, contar el guion a través de personajes femeninos es uno de los grandes logros de esta película. “Sobre todo para la audiencia dominicana, que está acostumbrada a un cine de más divertimento y no uno tan profundo, contado desde mujeres, Hotel Coppelia es algo novedoso, interesante, impactante”.

Al principio, agrega Vilá, el suyo iba a ser un personaje dominicano, no cubano. “Como llegué poco antes del rodaje no había tiempo para trabajar el acento y el director José María, que te escucha y te permite crear, dejó que Beti fuera como yo la había imaginado: una cubana que había salido huyendo de la Revolución y a la que la pillaba una segunda revolución en República Dominicana”.

Beti es, al mismo tiempo, un personaje que está buscando su propia revolución, la de su cuerpo. De acuerdo con lo que declara Vilá, se inspiró en el personaje de Marsha P. Johnson, una luchadora por los derechos trans que se dio a conocer en los años sesenta en Nueva York, para darle vida. “Fue un referente muy importante, no porque quisiera hacerlo físicamente como ella, sino por defender ese ideal de la mujer que se quiere transformar y que decide luchar y arriesgarlo todo desde el respeto y la femineidad por concretar ese sueño”.

Curiosamente, casi a mitad del rodaje de la película el actor cubano y el cineasta dominicano recordaron que se habían conocido unos cinco años antes durante el estreno de Rascacielos, una obra de Jazz Vilá Projects, en Dominicana. “Estoy súper orgulloso de haber trabajado con él y espero de todo corazón que se repita”.

Vilá considera que Cabral “es un dulce de persona, talentoso y sutil en la manera de decir las cosas para sacar lo que tú tienes que dar en la escena como actor, y a la vez muy divertido, tan vivo, tan ser humano. Lo ves y descubres que tiene unos demonios increíbles, que luego traduce a la imagen porque tiene claro dónde va a poner la cámara para que ella cuente lo que está pasando. El binomio que forma junto a Hernán (Herrera), responsable de la fotografía, es maravilloso.

“Una de las escenas más memorables que guardaré mientras viva se la debo a él. Fue al final de la película en una situación súper emotiva en la que él se metió con nosotros en la escena, delante de la cámara. Fue una forma mágica de filmar. Te lo estoy contando y me erizo. José María dejó literalmente la piel y el alma rodando esta película. Y cuando tú ves a un director que está dejando la piel y el alma, tienes que seguirlo hasta la muerte”, destaca el actor cubano.

Vilá confiesa que después de la muerte en noviembre último de su entrañable amiga Broselianda Hernández tuvo un proceso de resiliencia. “La pérdida de Brose me afectó bastante y se me unió con otros procesos difíciles dentro de esta pandemia, lo que hizo que estuviera durante un tiempo alejado, reflexionando sobre la vida, la creación, la compañía, el trabajo”.

De vuelta a los escenarios públicos, informa que terminó recientemente el rodaje del largometraje estadounidense The Mick and The Trick, “del que tuve la oportunidad de ver ya algunos fragmentos y es increíble. Espero que puedan disfrutarlo pronto”.

Asimismo, adelanta que su compañía teatral dará un giro muy importante. “La muerte de Brose cerró una primera etapa de la compañía, que ahora pasará a tener un nuevo elenco de actores, a ser un nuevo Jazz Vilá Projects, pero siempre enfocados en regalarle al público experiencias únicas. Lo próximo que estrenaremos será una obra llamada Tóxica, que viene con un formato peculiar. Sabes que la innovación forma parte de mis creaciones”.

Además, Vilá estará inmerso en un par de proyectos en Europa, “de los que contaré más adelante porque por el coronavirus no se sabe cuándo empezará el rodaje”.

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Katheryn Felipe

(La Habana, 1991) Licenciada en Periodismo por la Universidad de La Habana en 2014. Ha trabajado en diversos medios impresos, digitales y televisivos.


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