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El activista cubano Adrián Rubio, el más joven de los acuartelados de San Isidro, se tatuó la frase Patria y Vida, la cual asegura que es su "lema de por vida".
El joven de 18 años compartió varias fotos en sus redes sociales mostrando sus antebrazos, donde lleva estampadas para siempre las palabras Patria, en el brazo derecho, y Vida, en el izquierdo.
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"Me acabo de tatuar en mis brazos mi lema de por vida ¡Patria y Vida!", escribió junto a las imágenes.
"Bravo", "Que bello. Tan joven, tan patriota y valiente", "Gracias por todo lo que haces por la libertad de Cuba, nuestro apoyo siempre y solidaridad", "Bello te quedo. Patria y Vida para todos los cubanos", comentaron algunos seguidores del activista.
Además de la constante represión y persecución que ha sufrido desde que fue desalojado a la fuerza junto al resto de los acuartelados de San Isidro a finales de noviembre pasado, Adrián ha sufrido en carne propia la agresiva campaña que han desplegado el gobierno y la policía política cubana a raíz de la canción Patria y Vida.
El joven denunció y sufrió en carne propia en violento acto de repudio a Anyell Valdés por escribir en su fachada la frase Patria y Vida. Adrián, Anyell y sus hijos pequeños fueron atacados con petróleo y aterrorizados por un grupo de personas que no se limitó a lanzar consignas, sino que drogó al perro, cruzó la cerca de la casa y llenó de pintura azul las paredes y ventanas.
Ya son muchos los cubanos que se han tatuado la frase Patria y Vida en su piel, como símbolo de esperanza y cambios para Cuba. También son cada vez más los que se arriesgan dentro de la isla escribiéndolo en las fachadas de sus casas o reproduciendo la canción en sus viviendas o por las calles.
Antes de unirse a los acuartelados de San Isidro, Adrián Rubio se dio a conocer por negarse a pasar el Servicio Militar, porque "lo que el pueblo de Cuba necesita es comida, no armas".
Adrián ha sido detenido e interrogado en varias ocasiones y ha sido víctima de actos de repudio en su casa, donde vive con su mamá y su hermanita de 10 años. Movilizado por la Seguridad del Estado y las constantes campañas de descrédito en el noticiero, uno de sus vecinos arrojó botellas de cristal a su casa, mientras los tres estaban durmiendo.
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