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Ante el incremento de casos de coronavirus en Cuba, muchas personas se preguntan por qué el gobierno no compra en el extranjero alguna de las vacunas ya producidas que se están administrando en otros países.
Al respecto, Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma, explicó en la Mesa Redonda televisiva que Cuba no planea comprar vacunas extranjeras porque no hay suficientes y son muy caras.
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“Hasta la fecha solo se han aplicado 108 millones de dosis, lo que significa que solo se han vacunado un poco más del uno por ciento de la población. Los países que más han vacunado son Estados Unidos y China. Solo 13 países han aplicado más de un millón de dosis de vacunas”, dijo.
“Vemos en las noticias que hay incluso contratos preestablecidos que se hicieron anteriormente que no se están cumpliendo”, agregó.
Martínez Díaz reconoció que el ritmo actual de vacunación en el mundo debe ser más rápido a medida que estén disponibles más dosis de los fármacos.
“En datos que hemos conocido, en compras públicas de grandes cantidades las dosis varían entre 10 y 35 dólares. Es decir, para inmunizar a un millón de personas que necesitan dos millones de dosis, hacen falta (multiplicando por 10) 20 millones de dólares. Esperemos que los precios bajen para que tengan acceso los países más pobres”, señaló.
El experto se refirió a otros problemas que surgen para los compradores de estas vacunas, como la conservación.
“Una de las ventajas de los candidatos vacunales cubanos es que no necesitan de grandes cadenas de refrigeración, como la Pfizer-BioNTech, sino temperaturas de dos a ocho grados que son las típicas en esta industria”, subrayó.
“Otra de las ventajas de nuestras vacunas, con respecto a otras que en estos momentos se están utilizando, es que con la aparición de las nuevas variantes del virus ya se está hablando de implementar una tercera dosis y hay algunas de esas vacunas aprobadas que no pueden aplicar una tercera dosis. En el caso de las nuestras es posible aplicar dosis sucesivas de refuerzo”, aseguró.
El gobierno cubano desarrolla cuatro proyectos de inmunización contra el coronavirus: los inyectables Soberana 01, Soberana 02 (el más adelantado), y Abdala, además del spray nasal Mambisa.
El régimen apuesta por sus científicos para frenar la pandemia, dado que las anteriores medidas adoptadas dieron resultado solo hasta que se reactivó la llegada de turistas y visitantes internacionales. El país atraviesa su peor momento de la pandemia, con un grave aumento de casos positivos en todas las provincias.
Las autoridades cubanas anunciaron que Soberana 02, que ha mostrado una respuesta inmune más “temprana” que los otros candidatos (en 14 días), pasará a la fase 3 en marzo para las últimas pruebas, antes de aplicarse a 150.000 voluntarios.
También se dijo que el país se prepara para producir cien millones de dosis de este inyectable, una noticia que fue puesta en duda por numerosos cubanos por la creciente escasez de medicamentos que existe.
Muchas personas cuestionan la capacidad de Cuba para fabricar esa enorme cantidad de fármacos, si no es capaz de cubrir la demanda interna de antibióticos y analgésicos.
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