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El gobierno de Cuba comenzará a vender tractores a los campesinos en moneda libremente convertible, a través de las tiendas MLC que recibirán estos equipos comercializados por el Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura (Gelma).
Según una nota publicada en el órgano oficial Granma, unos 2 mil clientes han visitado ya los establecimientos interesados en este equipo y “se han ejecutado 628 compras, de las cuales la mayoría pertenece a productores y solo 17 al sector empresarial”.
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El dato es revelador de quiénes son los actores que están decididos a invertir en el sector agrario cubano. Con solo el 2,7% de las compras realizadas por el sector estatal, queda claro que son los pequeños agricultores y los arrendatarios de tierras quienes están invirtiendo dinero para mejorar su capacidad productiva.
A los campesino no se les permite comercializar sus productos en esa moneda, por lo que el Ministerio de Agricultura debe considerar si esta es la vía idónea para empoderar a los productores del campo cubano y para hacer que prospere una agricultura arruinada por la gestión de una economía estatalizada.
A mediados de octubre pasado, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, anunció que el gobierno comenzaría la venta en MLC de insumos para la producción agrícola en el país.
“Vamos a dar el paso con los equipos, tractores, poco a poco iremos abasteciendo ese mercado en la medida que podamos realizar esas ventas. ¿Qué mecanismos estamos utilizando para esas ventas? Fundamentalmente, mercancía en consignación importada”, aseveró Gil Fernández.
El ministro explicó que los proveedores “nos ponen en el país los tractores que vendemos en consignación, y le pagamos cuando lo vendamos. Con la divisa que obtenemos le pagamos al proveedor y este pone más tractores y así vamos suministrando, a través de la consignación, sin tener que hacer previamente un desembolso de capital o un anticipo”.
“Productores independientes, asociados a formas productivas y empresas estatales podrán adquirir, a través de las tiendas MLC de Cuba, tractores Belarús y New Holland, provenientes de Bielorrusia y Brasil, respectivamente”, informó la nota de Granma. Lo que no dijo el medio, ni la empresa estatal Gelma, es el precio de estos tractores.
Si la venta de esta maquinaria sigue la misma lógica comercial empleada por las opacas empresas del régimen que tiene el monopolio de la importación en Cuba, es de suponer que el precio de los tractores duplique o triplique el de su valor de mercado real. Si el gobierno es capaz de vender un todoterreno Kia Sportage en 50 mil dólares, cuando el precio en el mercado de un modelo con todos los extras es de unos 25 mil dólares, habrá que temer que los precios de los tractores sigan la misma lógica.
En el hipotético caso de que así sea, un tractor New Holland TT4.75 (por poner un modelo que Gelma anuncia va a comercializar), que en el mercado internacional ronda los 50 mil dólares, puede que alcance a costar unos 100 mil dólares en Cuba. Lo más probable es que el tractor en venta tenga horas de uso, lo cual haría que su precio fuese menor en un mercado libre, pero en el caso de la empresa comercializadora cubana si el precio de su tractor llegara a duplicar o triplicar el del mercado, será culpa del “recrudecimiento del bloqueo”.
En el caso improbable que se mantenga la tasa de cambio oficial y las autoridades cubanas permitan la compra de divisas, aquellos campesinos y productores agrarios cubanos que estuviesen interesados en comprar un tractor, tendrían que reunir 2 millones, 400 mil pesos para comprarlo.
“Los productores independientes interesados en estos equipos, deben entregar la documentación que los acredita como productor y para la tenencia de tierra”, aclara la empresa Gelma. La nota que publica el órgano oficial del partido comunista cubano, sin pudor alguno, informa que “la modalidad de comercio en MLC ha sido una oportunidad que, desde el 10 de septiembre del pasado año, Gelma ha aprovechado, en aras de buscar alternativas a las dificultades provocadas por el recrudecimiento del bloqueo”.
De esta forma, el ministerio de agricultura prevé la “comercialización de 32 nuevos renglones de producciones nacionales, como sacos multicapas para carbón, bandeja para huevos, botas, pinturas vinil, guantes, sacos de yute, vagones, multiarados, limas planas, cubetas plásticas, cajas multiusos y productos de higienización”, según informa Granma.
La nota termina celebrando que, con esta iniciativa de vender “nuevos renglones” en MLC a los agricultores independientes, “se han logrado recaudar cerca de 300 000 dólares”. Liberalizar unas fuerzas productivas capaces de crear riqueza en el país será un proceso complicado de asimilar para quienes llaman “recaudar” a obtener ganancias.
En las actuales condiciones de la economía y la sociedad cubanas, pretender que la prosperidad provenga del trabajo de productores mal pagados y maltratados por los precios abusivos es una evidencia más de lo desorientada que está la mentalidad elitista de los dirigentes del régimen, que solo parecen preocupados captar divisas sin importar nada más.
“Estas son cosas que están incipientes. Es un primer paso y ya abrimos en tres provincias con un grupo de productos y vamos ampliando esa posibilidad que antes no existía”, dijo en octubre pasado el ministro Gil Fernández. “En este contexto hay que tomar este tipo de medidas audaces, que no significan dolarizar el país para nada, pero hay que buscar determinados circuitos productivos que funcionen con independencia de la asignación del financiamiento central”, sostuvo.
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