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La policía cubana trasladó hacia el centro penitenciario del Combinado del Este al rapero Denis Solís, miembro del Movimiento San Isidro (MSI), quien fuera condenado a 8 meses de cárcel por un presunto delito de desacato, luego de un incidente con un oficial.
Su tío Vladimir González Scull, denunció que no se conoce el día exacto en que fue trasladado. La llamada de Solís, en la que informó sobre el cambio de prisión, sorprendió a la familia, ya que al rapero se le ha permitido comunicarse muy poco, señala una nota de CubaNet este lunes.
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El Combinado del Este es una de las cárceles de máxima seguridad que se encuentran cerca de La Habana, en el Kilómetro 13 y medio de la Autopista Nacional. Es considerado el mayor centro penitenciario de Cuba.
La directora del Centro de Información Legal Cubalex, Laritza Diversent, quien es abogada de profesión, supone que el aislamiento no debe tener nada que ver con “la seguridad sino con evitar algún tipo de apoyo”. Asimismo, cree que “tal vez en el nuevo sitio no está viendo el televisor para ver todo el apoyo que está recibiendo, que ellos (las autoridades) han televisado y que él puede interpretar como algo positivo”.
Solís fue encarcelado tras un juicio sumario celebrado el pasado 11 de noviembre. Su arresto condujo a una serie de hechos que hoy marcan el acontecer en la Isla, haciendo que los medios oficialistas dediquen su espacio a amplias campañas, al tiempo que el régimen organiza actos políticos con multitudes aun en medio de la crisis sanitaria por la pandemia del nuevo coronavirus.
La sentencia contra el rapero se pronunció en menos de 72 horas después de su detención. Los agentes de Seguridad que lo arrestaron, según las denuncias, no presentaron una orden válida y su paradero resultó desconocido durante tres días. En consecuencia, del 16 al 26 de noviembre de 2020, un grupo de activistas, artistas y periodistas independientes se acuartelaron en la sede del Movimiento San Isidro en protesta por la detención arbitraria de Solís.
Desde ese inmueble, en la calle Damas 955, emprendieron una huelga de hambre -y de sed en algunos casos- que rápidamente captó la atención de cubanos dentro y fuera de la Isla. El gobierno puso enseguida en función sus aparatos represivos, así como el despliegue propagandístico para desacreditar la manifestación pacífica, llegando al punto de sugerir que Solís y los huelguistas estaban implicados en acciones terroristas.
El 26 de noviembre, oficiales de la Seguridad del Estado irrumpieron en la sede del Movimiento y desalojaron a la fuerza a quienes la ocupaban, que volvieron luego a sus respectivas viviendas. Desde entonces, han sido asediados por la policía política, que mantiene un cerco constante de vigilancia alrededor de sus domicilios.
Similar suerte corren varios de los involucrados en otra protesta pacífica, ocurrida frente a la sede del Ministerio de Cultura en el Vedado, La Habana, el pasado 27 de noviembre, cuando centenares de artistas se congregaron allí en apoyo a las exigencias del MSI y la libertad de Solís.
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