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El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel pidió desarrollar “un profundo ejercicio de pensamiento innovador” ante la crisis generada por el coronavirus en el país y a nivel internacional.
Durante una reunión con el Consejo de Ministros, Díaz-Canel comentó que “si a algo tenemos que ponerle todo el pensamiento y llevarlo a una concepción distinta a lo que hemos venido haciendo, es a la producción de alimentos”, llamando a eliminar obstáculos y depender menos de la importación.
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“El ejercicio de pensamiento al que estoy convocando, no es más de lo mismo”, expresó, al tiempo que convocó a “cuestionarlo y revisarlo todo”, sin hacer referencias a su propia gestión y a la administración del país, responsable en gran medida del desabastecimiento y la ineficiencia esparcidos por todo el territorio.
También habló de “llegar a la transformación productiva que necesita el país en estos momentos, que garantice procesos con más eficiencia, productividad, utilidad e ingresos, que satisfaga las demandas internas, que nos dé posibilidades de exportación y que, además, propicie bienestar, desarrollo y prosperidad”.
De igual modo, consideró que los “resultados económicos” que se obtengan servirán de apoyo a “las conquistas de la Revolución y la obra de justicia social que ella ha desarrollado”. El tema no es solo defenderlas y mantenerlas, precisó, sino perfeccionarlas.
Sobre la estrategia que se plantea el régimen para hacer frente a la crisis del coronavirus y lograr la “recuperación” del país, que debe ser presentada en las próximas jornadas, Díaz-Canel reconoció que había que cambiar “un grupo de maneras de operar, de actuar y de dirigir, sobre todo la economía”.
Más adelante señaló que el diseño de la etapa de recuperación incluiría tres objetivos fundamentales: cómo se regresa a la nueva normalidad; cómo evitar un rebrote o enfrentarlo en caso de suceder, y cómo reducir los riesgos y vulnerabilidades a consecuencia del nuevo coronavirus.
La administración castrista prevé sostener las pautas de distanciamiento físico, incluso en la nueva normalidad; las medidas diferenciadas con los sectores vulnerables de la población cubana, y las decisiones que deberán tomarse durante el verano, para evitar un repunte de la enfermedad, detalla un resumen del diario oficialista Granma.
Recientemente, Díaz-Canel comenzó a ser objeto de múltiples burlas en redes sociales por decir una frase que tal vez quede para la posteridad: "la limonada es la base de todo". Con estas palabras, el gobernante cubano argumentaba que la población debía tener amplio acceso no solo al limón como alimento fundamental, sino al guarapo, bebida que se extrae de la caña de azúcar.
Las extravagantes definiciones de Díaz-Canel llegaron en un momento en el que el país atraviesa un grave desabastecimiento de productos alimenticios —incluyendo los limones— y de las mercancías más elementales para subsistir a diario.
En abril, La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) pronosticaba que la economía cubana caería un 3,7 por ciento en 2020, debido a los efectos globales de la pandemia del coronavirus y, fundamentalmente, por el declive del turismo internacional en la región.
Días después, el gobierno cubano reconoció las adversidades de la crisis en el país por el brote originado en la ciudad china de Wuhan, y comunicó que consideraba, a modo de respuesta, aplicar medidas tomadas durante el llamado Período Especial de los años 90.
Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, advirtió que Cuba tendrá que “prepararse para situaciones muy complejas” y reveló que se analizan experiencias del pasado.
“Podemos utilizar algunas medidas tomadas en aquel tiempo, como el ahorro y el uso eficiente y racional de los recursos”, refirió, aunque sostuvo que existen “mejores condiciones para enfrentar los desafíos actuales”.
“Nuestra economía es muy abierta y depende mucho del comercio exterior, por lo que se debe trabajar en función de exportar, sustituir importaciones sobre todo en lo referido a alimentos y energía, y mantener todos los esfuerzos por atraer la inversión extranjera”, puntualizó.
Sin embargo, el modelo cubano restringe bastante el desarrollo del sector privado. Según el ranking de libertad económica 2020 elaborado por la Fundación Heritage, Cuba es el tercer país con menos libertad económica del mundo, superando solo a los regímenes de Venezuela y Corea del Norte.
“Cuba ha estado gobernada por una dictadura comunista durante seis décadas. Después de que Raúl Castro renunció a la presidencia, Miguel Díaz-Canel fue seleccionado como gobernante en 2018, pero Castro retiene el poder real como jefe del Partido Comunista y las fuerzas armadas, que controlan gran parte de la economía”, explica la fundación.
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