La antigua Escuela Nacional de Natación "Marcelo Salado" ha dejado de serlo para convertirse en Círculo Social Obrero, y para darle solemnidad al cambio, el mandatario Miguel Díaz-Canel y otros dirigentes de la cúpula partidista y del gobierno de La Habana visitaron la obra recién terminada.
Después de mucho tiempo de un sostenido e indetenible deterioro, la instalación ubicada en Miramar fue finalmente clausurada hace más de dos años, sin que se vislumbrara su futuro inmediato.
Por sus piscinas y aulas pasaron los más importantes atletas de deportes acuáticos de las últimas décadas en Cuba, entre ellos Rodolfo Falcón y Neisser Bent, subcampeón y medallista de bronce, respectivamente, en la final de 100 metros del estilo espalda, en los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996.
Esos y muchos otros resultados destacados fueron la principal cosecha de cuanto se "plantó" y "cultivó" en aquellas instalaciones, que hoy llenan de nostalgia a muchos que, sin haber sido grandes nadadores, pasaron por ellas en su infancia y adolescencia.
Con tristeza e indignación ante lo acontecido se han manifestado muchos cubanos en las redes sociales, como Julio Antonio Varona Roca, que en su cuenta de Facebook expresó: "En pocas palabras, vergüenza es lo que sentí del movimiento del deporte cubano al despertar y ver semejante falta de respeto por la natación cubana. Yo fui alumno de esta escuela Marcelo Salado...".
El usuario exhortó en la red a que quienes estudiaron allí aboguen por que "esta institución sea devuelta a su original propósito: ser la meca de la natación cubana".
En 2017 fue trasladada hacia el Complejo de Piscinas Baraguá, al este de la capital cubana, la Escuela Nacional de Deportes Acuáticos, que casi abandonada a su suerte durante años, fue igualmente remozada para la preparación y entrenamientos de nuestros atletas de alto rendimiento en especialidades como natación, clavados, polo acuático y nado sincronizado, bastante alejadas de los logros alcanzados hace algunos lustros.
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