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La Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) ha arremetido contra un concurso internacional convocado por el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), en el que varios reporteros cubanos, de la prensa estatal y de medios independientes, resultaron finalistas.
En un extenso comunicado, la UPEC califica de manipulación el certamen, alegando que los periodistas seleccionados ni siquiera sabían que sus trabajos habían participado en el mismo.
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“La IPYS ha manipulado a nuestros compañeros para auspiciar una nueva campaña contra el sistema público cubano. Lleva impreso un sello político contrarrevolucionario, con vergonzosos ecos en las redes que llegan al extremo de sugerir que la UPEC acepte dinero de organizaciones que tienen las manos manchadas de sangre y usan la retórica de la libertad de expresión con fines ideológicos y como ariete político”, expresa el documento.
Recientemente esa ONG con sede en Perú dio a conocer los resultados preliminares de un certamen competitivo de crónicas sobre la realidad cubana, en el que destacaron por su gran calidad obras publicadas en Juventud Rebelde y Escambray (semanario de Sancti Spíritus), junto a otras que aparecieron en revistas digitales alternativas como Periodismo de Barrio y El Estornudo. Estos últimos, según la UPEC, tienen “una línea editorial abiertamente antisocialista y alineada a las políticas de Washington contra el gobierno cubano”.
La IPYS se define como una organización civil que promueve el periodismo de investigación, el acceso a la información pública y la libertad de expresión en América Latina.
Sin embargo, para la organización oficialista cubana, no es más que una entidad “vinculada a campañas políticas contra gobiernos y organizaciones progresistas en América Latina, particularmente obsesionada con las líneas de ataque a la Revolución bolivariana”.
“La IPYS es la organización más importante del grupo GALI (Grupo Andino de Libertades Informativas), que canaliza los fondos para la injerencia y la subversión de las agencias estadounidenses en el frente de las ‘violaciones a la libertad de expresión’”, añade el documento.
La carta de la UPEC fue alabada por el gobernante Díaz-Canel, quien la calificó de “digna expresión de firmeza y patriotismo” en su cuenta de Twitter.
Aunque le pese a la UPEC y a Díaz-Canel, la prensa independiente cubana ya es un referente para quienes buscan informarse del verdadero acontecer de la Isla. Este mes se conoció que la joven periodista Mónica Baró ganó el Premio Gabo 2019, que reconoce lo mejor del periodismo iberoamericano, por su reportaje "La sangre nunca fue amarilla", publicado en Periodismo de Barrio.
Apenas dos días después, el informe presentado durante la 75ta. edición de la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció que la única “reforma” del gobierno cubano en cuanto a libertad informativa en 2019, ha sido mantener la presión sobre la prensa independiente.
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