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“La que se avecina es negra”, dice un cubano sobre la crisis energética

“Creo que los que mandan quisieron dar primero, que la población pensara que lo tienen todo bajo control. Con palabras bonitas y demasiado escogidas trataron de mantener a todo el mundo tranquilo para que no se tire para la calle a protestar" comenta una cubana tras la intervención de Díaz-Canel en la televisión cubana.

Colas en El Parque del Curita en La Habana © CiberCuba
Colas en El Parque del Curita en La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

Tras la intervención realizada este miércoles por el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel para abordar “sin sustos y sin miedos” “la situación sencillamente energética” que atraviesa el país, no pocos cubanos se quedaron con más preguntas que respuestas.

Con cara de desaliento, la abogada Yamila, que maneja un hostal privado en Centro Habana, explica que, “a las 6:30 de la tarde todo el mundo en mi cuadra estaba sentado delante del televisor para enterarse del 'anuncio'. Había miles de cubanos temiendo las peores noticias. Si lo llevamos a la literatura, parecía que íbamos a ver la Crónica de una muerte anunciada y terminamos leyendo París era una fiesta.

“La expectativa fue grande y por eso tal vez nos decepcionamos tanto. Creímos que nos iban a hablar de una crisis (aunque la palabra 'crisis' nunca salió a relucir y sí los vocablos 'coyuntural', 'temporal', 'momentáneo', que era evidente que había que mencionar cada dos minutos), pero hasta risas y chistes hubo.

“Supuestamente, se iba a abordar el mal momento energético, que repercute en todos los órdenes de la vida de este país, mas todo se centró en elogiar los problemas que aparentemente tenemos resueltos y en apenas tocar los que nos tienen al borde del suicidio”, acota la cuentapropista de 41 años.

De igual forma, opina el taxista Carlos Alberto, “aún sin habérnoslo dicho sabemos que el panorama es mucho más malo de lo que se ha planteado porque llevamos meses pasándola horrible y hasta ahora no se molestaron ni en intentar explicar por qué.

“Nos quedamos sin saber hasta dónde lo que ocurre repercutirá en la mesa del cubano, en sus posibilidades de transportación o en la disponibilidad de corriente eléctrica para estar cómodo en su casa. Nunca se dijo cuántas serán las horas de apagones, a cuánto se reducirán los viajes del transporte urbano o qué producciones se verán afectadas.

Nos quedamos sin saber hasta dónde lo que ocurre repercutirá en la mesa del cubano, en sus posibilidades de transportación o en la disponibilidad de corriente eléctrica para estar cómodo en su casa

Lo que se informó en esta Mesa Redonda ‘especial’ pudo haberse expuesto en una de las habituales notas oficiales que redactamos en Cuba. Estoy lleno de dudas y de incertidumbres porque no se aclaró correctamente cómo se enfrentará la escasez”, apunta el también ingeniero retirado.

La arquitecta Sara, por otro lado, lamenta no haber podido ver el programa entero porque estuvo sin corriente por más de dos horas.

“Ya sabíamos que que lo que venía no era fácil, pero no quedamos con las ganas de escuchar los pormenores. No obstante, lo único que sé es que se hace difícil no caer en pánico. La que se avecina es negra. Ya nos veo comprando bicicletas y cocinando con leña.

Lo único que sé es que se hace difícil no caer en pánico. La que se avecina es negra. Ya nos veo comprando bicicletas y cocinando con leña

“Creo que los que mandan quisieron dar primero, que la población pensara que lo tienen todo bajo control. Con palabras bonitas y demasiado escogidas trataron de mantener a todo el mundo tranquilo para que no se tire para la calle a protestar. Se ve que ninguno de los que dio la cara en televisión tiene problemas con la corriente o se faja con una guagua para llegar al trabajo. Las mayores dificultades que tenemos se tocaron superficialmente.

“Solo rezo para que se publiquen y se respeten los horarios de los apagones y que la población pueda resolver al menos cómo elaborar los alimentos. Tendré que ver qué magia hago para llegar pasadas las cinco de la tarde a cocinar. Que Dios permita que por las noches haya corriente para no volvernos locos. Hay demasiado calor y no hay quien duerma sin un ventilador”, dice la trabajadora estatal, residente en Boyeros.

De acuerdo con la ama de casa Alina, de 44 años, “se han parado a decir que no habrá problemas con las balitas de gas, pero así y todo se extendieron los tiempos del ciclo de entrega que ya era apretado para la mayoría de las familias y se suspendió la venta de gas liberado. ¿Cómo es posible que el gas licuado no tenga afectación cuando ya lleva casi un mes suspendido para los cuentapropistas y limitado para la venta?

“El ministro de Energía y Minas afirmó en televisión que existe disponibilidad de gas licuado para los clientes que usan ese recurso para la cocción de alimentos para lo que resta de 2019, pero hace semanas que existen problemas con el servicio.

“Sin dudas, el tema del ahorro es complicado porque perjudica la industria y eso atenta contra el desarrollo. A pesar de que aseguran que esta situación energética es coyuntural está claro que sobre todo los transportistas privados tratarán de subir los precios, así como los expendedores particulares de productos agrícolas”, indica.

Asimismo, el universitario Alejandro plantea que “llevamos meses sufriendo la escasez de combustible. Por eso hoy me quedé esperando medidas concretas. Deberemos volver al uso de la tracción animal, a los caballos y los carretones para la transportación y a los bueyes para las labores agrícolas. El mensaje ha sido sencillo: poco combustible para todo. O sea, que Cuba entró en modo ahorro total”.

Llevamos meses sufriendo la escasez de combustible. Por eso hoy me quedé esperando medidas concretas

Según declara Jose en Cubadebate, “lo que no entiendo es porque llaman la situación de coyuntural: ¿Va a cambiar la política de Estados Unidos? ¿Ya encontramos una empresa que nos transporte el combustible desde Venezuela y no tema que luego el barco no pueda entrar en EE.UU.?”

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