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La Iglesia de Jesús del Monte, símbolo del municipio Diez de Octubre, fue despojada de su cruz y de parte del techo por el tornado que se ensañó la noche de este domingo con los barrios de Santos Suárez, La Víbora, Luyanó, Regla, Guanabacoa, Habana del Este y otras partes de La capital.
“Quiere decir que ni en Dios creyó” dijo uno de los numerosos transeúntes que a altas horas de la noche pasaba cerca del templo, formando parte de un gran grupo de personas que recorría los barrios de Santos Suárez y Luyanó para constatar los estremecedores daños que pululan por doquier.
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Postes de electricidad (de concreto) caídos y árboles arrancados de raíz a lo largo de las calles Lacret, Cocos, General Lee, Diez de Octubre, Serranos, Santa Catalina, en el reparto Santos Suárez y ,en Luyanó, en Delicias, Quiroga, San Luis, Calzada de Luyanó y Concha.
A esto se sumaron autos y ómnibus desplazados, volcados y aplastados, la placa de fibrocemento de un edificio -que se dice es la residencia de los maestros de provincias que prestan servicios en La Habana- tirada en el suelo, así como arterias tapiadas por los escombros de los derrumbes parciales y totales de varias viviendas.
El hospital Materno Hijas de Galicia y sus alrededores, también fue seriamente afectado por el tornado. Numerosas ambulancias, carros de bomberos y fuerzas policiales se concentraron en la Calzada de Luyanó para evacuar a las pacientes embarazadas a otros centros hospitalarios.
Ese es el panorama dejado en esta parte La Habana por el inusual y devastador fenómeno meteorológico, cuyo ruido muchos compararon con el sonido de un avión que se les venía encima y que arrancó la cruz de la también conocida como la primera iglesia extramuros de la ciudad, una cruz que desde 1870 sobrevivió a los más feroces huracanes que azotaron a la capital.
Santos Suárez y Luyanó amancieron este lunes sin fluido eléctrico y por la cantidad de postes abatidos es posible que este no se restablezca en días.
Algunos de los habaneros más viejos que se atrevieron a salir anoche a las calles de Santos Suárez aseguran que La Habana nunca había sido testigo de “una cosa así”.
Desde las nueve de la noche hasta pasada la una de la madrugada, no dejaron de oírse las sirenas de los carros de bomberos y las ambulancias. Muchos de los heridos de Regla, Luyanó y Diez de Octubre fueron atendidos en el hospital Miguel Enríquez que aún se recupera de las afectaciones provocadas por el incendio sufrido por este centro el pasado 10 de enero.
Quienes pudieron ver el fenómeno a pocas cuadras sin ser afectados, alegan que era una inmensa masa blanca con destellos verdes, trasladándose a gran velocidad y levantando objetos por los aires con un ruido aterrador.
El Instituto de Meteorología había advertido que la tormenta podía ser peligrosa, pero para muchos la advertencia no estuvo a la altura de la gravedad de un evento tan insólito y altamente destructivo.
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