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Hace una semana un cirujano del centro del país me aseguró que no votaría en el referendo al que será sometido el proyecto de la constitución cubana el próximo 24 de febrero. "¿Por qué?", le pregunté. Y él, con una desilusión tremenda en los ojos me respondió porque "no creo en esto".
A tenor con las palabras del doctor de 60 años, lleva más de diez años sin votar en cuantas elecciones ha habido desde entonces y el sufragio para aprobar una nueva Carta Magna no será la excepción. "A mí ya ni se molestan en a citarme y eso no me ha restado prestigio como médico. Creo que la decisión de no votar es una forma de protestar.
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"Se habla demasiado de nuestro "justo" sistema electoral, pero no le veo nada de democrático a hacer campaña política por el "Sí" y querer taparle la boca a quienes dicen "No". Una parte de los cubanos piensa diferente y eso hay que respetarlo, tenerlo en cuenta y permitirlo.
No le veo nada de democrático a hacer campaña política por el "Sí" y querer taparle la boca a quienes dicen "No"
"Ese es el caso de quienes han manifestado el deseo de participar directamente en la elección del presidente de la República y no han sido oídos. La consulta popular no debió ser solo para cambiar palabras o conceptos imprecisos, como los referidos a vivienda digna u obligación de trabajar, sino para incluir el criterio de las minorías”, afirma.
Datos oficiales plantean que durante la consulta popular en la isla se hicieron 16 mil 716 propuestas (el 2,13% del total) sobre la forma de elección del presidente y la mayoría de ellas (11 080) pidió que fuera elegido directamente.
Sin embargo, de acuerdo con el profesor Lester, de 39 años, "algunas cosas se cambiaron por unos pocos planteamientos, pero no se aceptó la elección libre, directa y secreta, que propusieron miles de cubanos. ¿Por qué no se escucha a la gente en ese aspecto? De la opinión del pueblo, el Estado sólo escuchó lo que le convino.
"¿Para qué hacemos consultas populares? Siempre ocurre que lo que más vota el pueblo no se tiene en cuenta. La consulta debe ser vinculante, de lo contrario, lo que están haciendo es jugar con nosotros. Nos piden criterios, pero luego una comisión modifica lo que piensa que es mejor para "todos". Queremos una democracia participativa, no representativa.
Nos piden criterios, pero luego una comisión modifica lo que piensa que es mejor para "todos". Queremos una democracia participativa, no representativa
"Hay que darle el poder al pueblo, pero el poder verdadero, el de poder definir a sus dirigentes y su destino. Para elegir hay que tener opciones y en las votaciones a uno le queda más que ratificar o no lo que una sacrosanta comisión decide", explica el también filólogo.
Desde otra óptica del abogado Yuniel, en el mundo hay diversas formas de elegir al presidente y "muchos cubanos preferimos hacerlo de forma directa, que no es mejor ni peor que como se dejó en el proyecto de constitución. Lo que ocurre es que no se tuvo en cuenta la opinión de miles de cubanos y el por qué no convenció porque olía a miedo.
"En otros países los partidos postulan, pero la población puede poner en la boleta a quien quiera o escoger entre los postulados o no votar por ninguno, que también es una forma de manifestar su voluntad. Mientras, nosotros no podremos hacerlo y tendremos que dejar que otros piensen y decidan por nosotros. Definitivamente, el presidente no debe ser designado", resalta el jurista.
Según el trabajador privado Eric, de 45 años, "los líderes necesitan ser legitimados y el mejor mecanismo para hacerlo es el respaldo directo del pueblo por medio del voto, el darle a la gente la responsabilidad de elegir al presidente de la nación sin intermediarios. Así mismo debiera pasar con los presidentes de gobiernos provinciales y municipales.
"Hay que permitir que haya más de un partido político para que exista quien se oponga a la gestión de los gobernantes en pos de la mejora del pueblo. No pueden limitarse a decir que hubo "muchos compatriotas’ que pidieron el voto directo, pero que "no se dejarán presionar". Yo tengo criterio propio y tampoco me gustan las presiones, por eso votaré "No"", confiesa el propietario de un bar en el municipio capitalino de Playa.
Por otro lado, uno de los foristas del sitio Cubadebate defiende que "el pluripartidismo, la oposición, equipo contrario o como deseen llamarle, no es más que la competencia a quien dirige" para ofrecer mayores garantías y servicios en función de ganar seguidores, adeptos y partidistas. Nosotros seguimos sin tener contraparte, y existen disimiles ejemplos: un solo partido político, una sola Etecsa (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba), una empresa de transporte, un Ministerio de la Construcción, y por ahí para allá solo UNO.
"¿Dónde está la competencia? ¿Dónde está el que nos critica lo mal hecho? ¿Dónde está quien ofrece mayores garantías, derechos, ventajas? ¡Si hay solo UNO! ¿Por qué no darle fuerza a la población emergente de cuentapropistas y cooperativas? ¿Por qué lejos de crear leyes para bloquearlos, no se sientan a escucharlos? ¿Cómo crecen, si constantemente, lejos de darnos maíz, nos recortan las alas?", se pregunta.
Al decir del ingeniero Julio, de 49 años, "no hay debate más intenso en las calles que el que toca el tema de las elecciones. No he conocido a nadie que defienda el sistema electoral actual. Yo no quiero que mis hijos y mis nietos tenga un presidente asignados o electo por terceras personas".
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