Las prisiones en Cuba: “El mismísimo infierno en la tierra”

Varios exconvictos cuentan cómo son las condiciones de las prisiones en Cuba.

Presos en Cuba © Raquel Pérez / Cartas desde Cuba
Presos en Cuba Foto © Raquel Pérez / Cartas desde Cuba

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Este artículo es de hace 6 años

Varios exconvictos entrevistados por Cubanet aseguran que las prisiones en la Isla son “el mismísimo infierno en la tierra”. De acuerdo a sus testimonios, viven en condiciones de hacinamiento, con una pésima alimentación, son maltratados, y los dejan morir.

Hortelio García, quien ha estado preso en varias ocasiones y centros del país, aseguró que de todas sus experiencias la peor era la de una cárcel de Santiago de Cuba, destinada a hombres diagnosticados con VIH-SIDA.


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“Es como un campo de concentración. Los guardias te tratan como basura y hasta te amenazan con dejarte morir o te echan a pelear con otros presos y tienes que pagarles para que te dejen en paz”, explicó.

“No hay una posta médica para que los que están muy mal tengan atención, los dejan tirados hasta que se mueren y después le inventan cualquier cosa a la familia. Yo he visto morir gente al lado mío, por falta de atención, gente que ha entrado bien y allí se han empeorado (…) por falta de comida, porque faltan medicinas, hay humedad, no hay higiene”.

García asegura que además de que las condiciones son horribles, los derechos de los prisioneros están anulados.

“Si te quejas es peor, se ensañan contigo y eso te afecta pero también a tu familia y eso es peor”.

Según el citado medio, Rubén, un joven de 27 años –paciente de SIDA- estuvo más de una semana con una fuerte tos y vómitos, consecuencia de su enfermedad. Los presos cuentan que no lo llevaron al hospital, que siempre esperan a que la persona se ponga muy mal para que cuando lleguen al médico ya no tenga salvación.

Según dicen deben llamarle a los guardias combatientes y “un cuartón estrecho de apenas 25 metros cuadrados y mal ventilado, sirve de celda a más de medio centenar de reclusos seropositivos que cumplen condenas por delitos de todo tipo”.

Otras de las denuncias está dirigida a “Batalla de Ideas”, un centro penitenciario de mínima seguridad ubicado en el centro de Sancti Spíritu, donde los presos –con cargos menores- reciben el mismo trato que las cárceles de criminales.

“Fui por una condena de seis meses por un delito económico, un faltante que me encontraron en el almacén de las TRD donde trabajaba, pero me trataban como a un animal”, cuenta Alberto Rodríguez, de 24 años.

“Nos sacaban a trabajar antes de las 7 de la mañana y nos regresaban al mediodía pero nos dejaban al sol hasta que estaba la comida como a las 2 de la tarde. Todos tirados en el patio donde no había ni una sombrita, y si llovía era mojándonos, empapados y así muchas veces teníamos que dormir, empapados, imagínate cómo estaba el catarro, las diarreas”.

Este joven cuenta que de desayuno les daban un pedazo de pan duro y una limonada (en ocasiones huevo o sardina) pero la comida era tan poca que cuando salían a las calles a trabajar tenían que rogar por comida a quienes se encontraban.

“Nos ponían a recoger basura, escombros, a chapear, a cortar árboles y pintar contenes (bordes de aceras) pero eran horas y horas y siempre había problemas con el cobro, no sé qué pasaba pero en seis meses solo cobré 20 pesos (menos de un dólar)”.

Según varias fuentes consultadas por Cubanet, en los últimos cinco años ha habido una sobrepoblación en las prisiones cubanas. Un trabajador de una cárcel en San José, Mayabeque, asegura que han tenido que trasladar reclusos por falta de espacio.

“Tenemos albergues que estaban previstos para 20 o 30 internos y ahora viven allí más de cien, casi sin espacio para nada, lo cual genera conflictos entre los reclusos y algunos tienen sus características, son violentos y allí no existe distinción, todo el mundo está mezclado”, cuenta.

Se trata de un centro en el que confluyen igualmente enfermos de VIH-SIDA y según la fuente cuando se forman las peleas los guardias no intervienen por miedo a contagiarse.

Guillermo Triana, otro exrecluso, aseguró que ellos tienen que comprar el espacio si quieren tener donde dormir.

“Eso es muy normal. Llegas nuevo y tienes que comprar tu lugar si no tienes que dormir en el piso. Se lo compras al guardia o al jefe de la brigada que es otro preso igual que tú pero que está de acuerdo con los guardias, así que no puedes quejarte”.

Pagan con cigarros, con dinero, con transferencia de saldo del teléfono móvil…

Las prisiones de mujeres en Cuba paracen correr la misma suerte. Hace una semana la abogada Marienys Pavó Oñate, encarcelada desde 2012, aseguró que estas eran un cementerio de mujeres vivas.

De los presos en Cuba no se habla en la prensa oficialista, de las prisiones menos. El Gobierno, las pocas veces que da acceso a la prensa es para reflejar proyectos específicos con determinadas prisiones. Como cuando el trovador Silvio Rodríguez hizo una gira para cantarle a los convictos de las cárceles de todo el país. O como cuando en 2013 dieron un recorrido a la prensa extranjera acreditada en la Isla por varios centros penitenciarios, los mejores claro.

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