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Ante las dificultades y largas colas para extraer efectivo de los cajeros electrónicos en Cuba, las autoridades limitarán la extracción de efectivo a mipymes, cuentapropistas y otros actores económicos del sector privado.
“Nos informaron que a nivel de país se van a hacer, próximamente, algunas restricciones para limitar la extracción de tan altos volúmenes por estos segmentos particulares en los cajeros”, indicó este lunes Ladys Mora García, subdirectora del área contable en la Dirección Provincial del Banco de Crédito y Comercio (Bandec).
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En declaraciones al medio oficialista Escambray, la directiva consideró que la medida permitirá mejorar el servicio y que dure “un poco más la disponibilidad de efectivo”.
“Tenemos algunas dificultades con el efectivo, pero no para los cajeros automáticos. En su desabastecimiento también nos está golpeando la extracción de volúmenes altos por segmentos particulares como mipymes, trabajadores por cuenta propia, fundamentalmente”, explicó.
Para la funcionaria, la percepción de la población sobre el funcionamiento de los cajeros, es errónea. Miles de cubanos se quejan de problemas para extraer dinero de los cajeros automáticos, de unidades con roturas o fuera de servicio, y de largas colas de clientes, pero “la población no comprende cómo funciona un cajero automático”.
Encerrados en la lógica “revolucionaria” de que un mal servicio se mejora con la comprensión del cliente, las autoridades bancarias del país se esfuerzan por hacer pedagogía en vez de buscar soluciones a los problemas.
“Los niveles de extracción que hoy se producen por la inflación son muy altos para las denominaciones que entregan los cajeros y eso provoca que tengamos que reaprovisionar muchas veces”, continuó Mora García.
Según la directiva, “no es ponerle dinero y ya”. El servicio de los cajeros depende de otras variables como los apagones o la deficiente conexión a las bases de datos. “Hoy presentamos una situación muy difícil con la parte técnica, existen afectaciones eléctricas y no contamos con respaldo de baterías”, reconoció.
“Existen otros problemas técnicos que también afectan y no dependen de nosotros, sobre todo la falta de comunicación, que no conectan con la base de datos. En algunos lugares estuvimos un día sin conexión y ahí el cajero no funciona. También hemos tenido afectaciones por apagones, dificultades técnicas con los dispensadores y falta de piezas de repuesto”, insistió la subdirectora de Bandec.
Para aliviar la situación, las autoridades cubanas han decidido establecer una especie de “tope” a la retiradsa de efectivo de los emprendedores y demás actores económicos del maltratado sector privado de la Isla.
Además, buscan promover otras formas de pago y retirada de efectivo que alivie el uso de los cajeros. “En las sucursales se presta el servicio por las ventanillas, en las áreas comerciales por reservación de saldo en línea, por los Post o TPV”, resaltó Mora García.
“Nos han pedido que nos acerquemos a los gobiernos de los territorios para impulsar el uso de las pasarelas de pago que existen, como Bulevar Mi Transfer y EnZona. Pretendemos que la inmensa mayoría de las operaciones se hagan por esas vías”, añadió.
Según datos de la Dirección Provincial del BPA, son muchos los clientes que ya utilizan estas opciones electrónicas para abonar diversos servicios y realizar transferencias, pero la inmensa mayoría son personas naturales y no empresas, mipymes, o cuentapropistas, que son quienes concentran los mayores volúmenes de efectivo para sus transacciones.
Estas opciones no terminan de convencer al sector privado cubano, que ve en ellas un mecanismo para el “control sobre sus finanzas, ya que ese dinero iría a su cuenta de operaciones y tendrían que tributar por allí”.
“Pero más temprano que tarde el país se tendrá que ir ordenando. Hoy casi todo se maneja en efectivo y por eso ocurren estos colapsos. La idea no es crecer más en cajeros, sino en las operaciones por los canales de pago. Tendremos que capacitar mucho. Hay que romper el hielo para ese cambio”, concluyó la funcionaria apelando nuevamente a la pedagogía y la cultura de unos clientes que, como tales, no deberían preocuparse por el funcionamiento de los bancos donde depositan su dinero.
La bancarización de la economía cubana y la modernización de los servicios de pagos y transferencias -a través de cajeros automáticos, tarjetas magnéticas y plataformas de pago digitales-, están generando problemas y malestar entre los clientes y usuarios de estos servicios, que los perciben como anacrónicos en una sociedad donde la tecnología choca con la estatalización de los servicios, los apagones, las deficientes telecomunicaciones y la crisis sistémica de un país cuyos incapaces dirigentes viven aferrados al poder.
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