El piloto cubano Léster Pérez Sánchez sobrevivió este martes a un accidente aéreo en la provincia de Sancti Spíritus, cuando la avioneta en la que volaba sufrió una falla en el motor y se precipitó a tierra.
El aviador realizó un aterrizaje forzoso en áreas del Sur del Jíbaro luego de que el "dromedario" en el que realizaba su trabajo sufriera un daño en el motor y cayera "desde una altura considerable", explicó en Facebook Julio Bismar Hernández, primer secretario del partido en el municipio espirituano La Sierpe.
Pérez Sánchez, natural de Cienfuegos, "salió ileso de su precipitación a tierra" en un avión de la Unidad Empresarial de Base subordinada a la ENSA (Empresa Nacional de Servicios Aéreos).
"Pudo mucho ante el hecho su destreza en la profesión, ya listo para recuperar su Mig-18 y asumir nuevas misiones", afirmó.
Aseguró que la maniobra usada por el experimentado aviador, con más de 30 años de servicio, le salvó la vida.
"No sentí miedo al caer, me asusté en tierra ya, pero listo para la pelea", dijo Pérez Sánchez tras recuperarse del susto.
Ernesto Cuéllar Rodríguez, director de la Unidad Empresarial de Base subordinada a la ENSA y radicada en Sancti Spíritus, aseguró al periódico Escambray que es muy probable que el "dromedario" también se salve de su aparatosa caída porque los daños no parecen ser significativos.
Al lugar del siniestro acudió un equipo de investigación que determinará las causas del accidente.
Sancti Spíritus cuenta con la única base de aviones M-18 –conocidos como dromedarios– de Cuba que se usan para labores agrícolas y sofocar incendios forestales.
Pérez Sánchez ha trabajado en labores de fumigación de la arrocera Sur del Jíbaro en La Sierpe, en la sofocación de los incendios de los supertanqueros en Matanzas y en los recientes incendios forestales en Holguín.
En marzo pasado, Escambray lo entrevistó para un reportaje donde destacó sus más de tres décadas en el oficio. Sobre las labores de extinción de incendios en las que ha participado, el piloto expresó que volar "es lo que nos toca por la profesión; miedo no hay, tensión, sí, porque para mí apagar el incendio es el vuelo más difícil que hacemos nosotros".
En octubre del pasado año un piloto cubano, también trabajador de Sancti Spíritus, huyó de la isla en una de las avionetas de ENSA hacia Estados Unidos, país que le concedió asilo político en marzo.
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