La administración de Joe Biden anunció este lunes un viraje en su política hacia Cuba que revierte una parte sustancial de las sanciones impuestas por el presidente Donald Trump y deja abierto un pasadizo para flexibilizar las clavijas del embargo a la isla.
Aunque los funcionarios gubernamentales y los documentos difundidos insistieron en que se trata de una decisión para empoderar al pueblo cubano y ayudarle a crear un futuro libre de represión y sufrimiento económico en medio de una crisis humanitaria sin precedentes, está claro que la Casa Blanca ha dado un paso que reconecta la estrategia de la actual administración con líneas esenciales de la política de deshielo de la era de Barack Obama.
Quedan, por supuesto, temas de alto impacto político y económico que la Casa Blanca no se plantea abordar de inmediato, como la permanencia de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, la validez del Título III de la Ley Helms-Burton y los viajes de cruceros a la isla.
El paquete de medidas anunciadas va a ser puesto en vigor en las próximas semanas con carácter expedito, según manifestaron altos funcionarios estadounidenses, pero su implementación dependerá de los cambios en las regulaciones que corresponden a departamentos y agencias federales involucrados en la política hacia Cuba. El listado incluye a los departamentos de Estado, Tesoro, Comercio, Transporte y Seguridad Nacional.
En los días venideros deben comenzar a publicarse algunas normativas para reanudar los vuelos al interior de Cuba, la liberación de las remesas y las regulaciones del programa de reunificación familiar.
Aunque las medidas fueron presentadas de manera general en cuatro bloques temáticos, esta es una relación desglosada de los asuntos sobre los cuales se formularán las regulaciones con las precisiones operativas para la nueva etapa:
1- Reapertura y procesamiento del Programa de Reunificación de la Familia Cubana, detenido en 2016 y con más de 22,000 casos pendientes.
2- Restauración de los viajes de aerolíneas comerciales y vuelos fletados a las provincias cubanas. Actualmente los vuelos de pasajeros solo pueden realizarse a La Habana, aunque hay aerolineas autorizadas para llevar carga humanitaria hasta aeropuertos del interior del país.
3- Suspensión del límite de $1,000 dólares por trimestre en remesas familiares por persona. La propuesta es levantar la restricción sin establecer un tope periódico.
4- Aumentar la capacidad de los servicios consulares en la Embajada de La Habana para el procesamiento de visas de inmigrante. La Embajada estadounidense en Guyana continuará procesando momentáneamente la mayoría de las solicitudes de los cubanos.
5- Restablecer las conexiones educativas y culturales de los estadounidenses con Cuba mediante la ampliación de los viajes de grupos para contactos pueblo-a-pueblo, suspendidos en 2019. No se otorgarán las licencias para viajes individuales de persona-a-persona.
6- Permitir los viajes relacionados con reuniones profesionales y de investigación.
7- Respaldar el acceso ampliado a Internet y a las empresas de procesamiento electrónico de remesas.
8- Favorecer las oportunidades comerciales fuera del sector estatal al autorizar el acceso a la tecnología ampliada, las interfaces de programación de aplicaciones y las plataformas de comercio electrónico.
9- Aumentar el respaldo a alternativas de pago para actividades basadas en Internet, pagos electrónicos y negocios con empresarios cubanos independientes.
10- Ampliar el acceso de los empresarios independientes a las microfinanzas y la capacitación.
11- Autorizar las remesas de donativos no familiares para apoyar a empresarios cubanos independientes.
12- Mantener en la Lista Restringida de Cuba a entidades gubernamentales y vinculadas a los sectores militares.
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