El gobierno de Cuba aspira a recibir seis millones de turistas para 2030, por lo que en los próximos años potenciará la construcción de instalaciones hoteleras en los principales polos del país, promoviendo fundamentalmente los destinos de sol, playa y el turismo de eventos.
Juan Carlos García Granda, ministro de Turismo de Cuba, hizo el anuncio durante una presentación de la cartera turística de la isla a empresarios españoles, previo a la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR) que se realiza esta semana, con el propósito de captar visitantes de España a partir de nuevos negocios con compañías de ese país.
El máximo directivo del MINTUR informó que para ese año proyectan aumentar la capacidad hotelera del país a 95,000 habitaciones, a partir de la consolidación de empresas inmobiliarias con capital nacional y foráneo.
Según un reporte del Noticiero del Mediodía de la Televisión Cubana, García Granda afirmó que el sector prevé crecer en otras obras, tales como los campos de golf y las marinas, opciones que atraen a visitantes extranjeros con mayores posibilidades económicas.
En su edición de 2022, FITUR reúne a más de 90,000 personas, en representación de casi siete mil empresas y 107 países. La participación de Cuba en este evento es tradicional, pues dos de las mayores cadenas hoteleras de la nación europea, Iberostar y Meliá, tienen una amplia presencia en los negocios turísticos potenciados por el régimen cubano.
En su presentación, García Granda aseguró que Cuba no tendrá dificultades con el coronavirus, pues la campaña de vacunación ya casi se completó, y subrayó la eficacia de los tres fármacos de producción nacional, aun cuando ninguno de estos inmunógenos tiene el aval de la Organización Mundial de la Salud.
Las declaraciones del ministro contradicen la realidad experimentada por algunos turistas de visita en la isla caribeña. El 12 de enero último, la canadiense Jillian White, residente en la ciudad de Halifax, en la provincia de Nueva Escocia, y que había visitado Cuba en una docena de ocasiones anteriores, dijo a la prensa de su país que no regresaría más luego de una amarga experiencia tras ser diagnosticada con coronavirus, justo antes de retornar a Canadá.
Explicó que fue trasladada a un hotel en Varadero para pasar la cuarentena, donde las condiciones de alojamiento eran malas, y que, además de perder el vuelo a su país, debió pagar todos los gastos extras. Además del caso de White, otros turistas provenientes del país norteamericano sufrieron una situación similar en el balneario de Cayo Coco.
Laurianne Gagné, de 22 años, enfermó durante su estancia en el Memories Caribe Beach Resort y tras dar positivo un día antes de su regreso a Quebec, fue trasladada al hotel Playa Paraíso, donde aíslan a los turistas contagiados con el virus. En testimonio ofrecido a la prensa canadiense, dijo que no les garantizaron ni las mínimas condiciones higiénicas: el papel sanitario y el jabón tuvieron que pedirlo durante dos días. Además, no poseían seguridad en el cuarto y se vieron obligados a poner una silla delante de la puerta.
Otra de las canadienses en la misma situación fue Audray-Ann Lapointe. Relató que en su cama encontraba arañas todos los días, el hotel parecía abandonado y apenas les daban una botella de agua al día, por la que incluso tenían que pelear.
El gobierno cubano espera recibir dos millones de visitantes extranjeros en 2022, cifra similar a la que se alcanzó en 2019, antes de que la pandemia de COVID-19 causara estragos económicos y más de 8,000 muertes en el país. En el año recién terminado, el arribo de viajeros internacionales cayó un 75%, como resultado de la crisis sanitaria y el cierre obligatorio de las fronteras nacionales, así como la cancelación de vuelos por parte de las aerolíneas que incluían a las ciudades cubanas en sus rutas.
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