Una turista canadiense que pasó una cuarentena en Varadero, tras dar positivo al COVID-19, aseguró que no volverá nunca más a Cuba y recomendó a otros posibles viajeros de su país que se abstengan de viajar a la isla, al menos mientras dure la crisis sanitaria por la pandemia.
Jillian White, residente en la ciudad de Halifax, en la provincia de Nueva Escocia, y que había visitado Cuba en una docena de ocasiones anteriores, relató al periódico local Global News la amarga experiencia en su último viaje, luego de ser diagnosticada con el virus y forzada a permanecer dos días en un hotel de la zona de playa.
White había viajado a Cuba junto a una amiga y en el momento de regresar le informaron sobre el resultado positivo de su test, mientras que la prueba de su acompañante dio negativa. Al llegar a la instalación destinada para la cuarentena, conoció a otras personas en su misma situación. Además del tiempo extra y de tener que pagar por el lugar donde fueron retenidos, la turista se vio obligada a comprar un nuevo boleto para retornar a Canadá.
“Fue horrible, agradecí que hubiera otras personas allí con las que compartí esta experiencia tan desagradable”, explicó Jillian. "Desde que volví, me siento muy ansiosa y reviviendo, como si fuera la vida real. ¿Ha ocurrido realmente?", agregó al recordar la horrible experiencia que vivió, y aseguró que no regresará al país, a pesar de amar a Cuba.
Similar vivencia a la de White experimentaron otros canadienses, esta vez en el polo turístico de Cayo Coco, donde se hospedaron a finales de diciembre. Laurianne Gagné, de 22 años, enfermó durante su estancia en el Memories Caribe Beach Resort y tras dar positivo un día antes de su regreso a Quebec, fue trasladada al hotel Playa Paraíso, donde aíslan a los turistas contagiados con el virus. Allí la ubicaron junto a otras dos mujeres en la misma habitación.
De acuerdo con Gagné, el ambiente era pesado pues, además de las molestias de la enfermedad y la preocupación, no tenían seguridad ninguna, por lo que recurrieron a poner una silla frente a la puerta del cuarto. En testimonio ofrecido a la prensa canadiense, agregó que no les garantizaron ni las mínimas condiciones higiénicas: el papel sanitario y el jabón tuvieron que pedirlo durante dos días.
Otra de las canadienses en la misma situación fue Audray-Ann Lapointe, quien relató que en su cama encontraba arañas todos los días y que el hotel parecía un lugar abandonado. Además, contó que apenas les daban una botella de agua al día y que tenían que pelear por ella.
Otras denuncias de los turistas aislados en el mencionado hotel de Cayo Coco, refirieron que el precio de estancia y comida era de 150 dólares por día y que para colmo los alimentos estaban mal elaborados. Además, no tenían conexión a Internet para comunicarse con sus familiares.
Desde el 15 de diciembre último, Canadá recomienda no hacer viajes no esenciales, aunque aún están permitidos. Sin embargo, estos visitantes reclamaron que las agencias de viaje que ofertan el destino Cuba, mienten descaradamente. Afirman que en la isla apenas hay casos de COVID-19, cuando en realidad en todos los polos turísticos del país existen brotes de la enfermedad.
Este 6 de enero la aerolínea Air Canadá anunció la suspensión de sus vuelos a La Habana y a otros destinos de sol. El cierre temporal de su ruta hacia la capital cubana será, como mínimo, hasta abril. La cancelación incluye también a Antigua, Aruba, Samaná, Curazao, Exuma, Granada, Puerto Plata, Santo Domingo, Bermudas, Gran Caimán, San Vicente y las Granadinas, San Martín y San Cristóbal y Nieves.
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