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Autoridades de Cuba y China firmaron esta semana protocolos que permiten la exportación al mercado asiático del camarón blanco y el camarón marino, un manjar al que los cubanos residentes en la isla tienen difícil acceso.
El acuerdo, que fue firmado por funcionarios de la Aduana china y por el embajador de La Habana en Pekín, Carlos Miguel Pereira, quien fungió como representante del Ministerio de Agricultura, precisa los procedimientos a seguir para la inspección y la cuarentena de los crustáceos. También indica los requisitos sanitarios que deben ser cumplidos en el proceso de exportación.
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Pereira calificó el acuerdo de paso histórico en la cooperación económico-comercial, pues considera que “reforzará las grandes potencialidades existentes en el mercado chino para los productos pesqueros cubanos”.
El gobierno cubano tiene en planes la próxima exportación de la anguila y el protocolo para su venta será abordado en estos días durante la cuarta Exposición Internacional de Importaciones de China de Shanghái.
Cuba exporta productos pesqueros a varios países, incluidos Canadá y España, aunque China se ha convertido en uno de los principales destinos en los últimos años.
En octubre de 2020 Xinhuanet indicó que Cuba que prevé llevar al gigante asiático más productos pesqueros como anguilas vivas, pepinos de mar y cangrejos de agua dulce, entre otros.
El consumo tanto de camarones como de langosta es un lujo entre los cubanos de a pie. Se vende a elevados precios en las tiendas en MLC, la otra alternativa es el mercado negro y la pesca furtiva, esta última penalizada en 2020 por la nueva Ley de Pesca con multas de 5,000 pesos y decomisos.
El pueblo cubano se debe conformar con una escasísima oferta de pescados de agua dulce, como la claria o la tilapia, y croquetas de pescado.
Manuel Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria, admitió en septiembre del pasado año que en Cuba hay un fuerte déficit de pescado y que su consumo está por debajo de los cuatro kilogramos al año por persona. “Es un tema en el que hay que trabajar”, apuntó escuetamente en una polémica Mesa Redonda en la que dejó algunos titulares.
Dijo que productos como el camarón y la langosta son exportados para garantizar el dinero para la compra de los alimentos que el Gobierno comercializa a través de la libreta de racionamiento. "Si nos damos el gusto de comer langosta y camarones faltará la leche de los niños", concluyó.
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