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El hotel Santa Clara Libre, uno de los más importantes de la citada ciudad villaclareña, fue convertido en hospital de campaña para atender a las embarazadas que hayan sido diagnosticadas con COVID-19, ante el incremento de muertes maternas por la enfermedad reportadas en los últimos meses en el país.
Según reveló a la agencia Prensa Latina Marta María Reguera, directora provincial del programa materno infantil, en esa instalación de la cadena Isla azul hay actualmente 63 pacientes embarazadas y seis niños, aunque de estos solo uno tiene el virus SARS-CoV-2.
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Además, otras 170 capacidades en el hotel fueron destinadas a la labor sanitaria con las gestantes, en la que colaboran trabajadores que recibieron capacitación de parte del personal de salud.
Las muertes de embarazadas y recién paridas en Cuba por complicaciones asociadas con el virus han aumentado de manera alarmante. Este jueves se reportaron dos nuevos fallecimientos: una mujer de 31 años del municipio Alquízar, en Artemisa, y otra de 34 años de Camagüey.
En otras provincias las autoridades han tenido que adoptar esta misma medida con sus hoteles, ante el colapso de los hospitales por el incremento de enfermos de coronavirus.
El hotel Ciego de Ávila, en el territorio del mismo nombre, fue convertido a inicios de agosto en un hospital pediátrico con 240 camas. Desde entonces, se han atendido allí más de mil niños y adolescentes con COVID-19 o sospechosos de tener la enfermedad. Mientras, la escuela militar Camilo Cienfuegos es ahora un centro para el tratamiento de adultos.
Lo mismo sucede con el Hotel Villa 'El Bosque', de Holguín, donde se habilitaron 30 camas para pacientes en edades pediátricas y sus acompañantes.
Desde hace meses la población en Cuba está pidiendo que los hoteles, muchos de los cuales están cerrados, se pongan a disposición de pacientes y personas sospechosas de tener coronavirus, debido a las pésimas condiciones y el hacinamiento que predomina en hospitales y centros de aislamiento.
En agosto una joven embarazada denunció la deplorable situación condiciones de un centro de aislamiento instalado en la escuela vocacional José Martí, en Holguín.
La usuaria relató que no había agua para lavarse las manos y estaba conviviendo con mosquitos, ranas, murciélagos y hasta un ratón.
"Me pusieron en el 4to piso y los médicos en el 1er piso, es decir que la que se sienta mal tiene que bajar las escaleras hasta el 1er piso, si es que llega. Me pusieron en una cama donde había otra positivo, sin siquiera fumigar o limpiar la cama, así tuve que dormir", describió.
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